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Otro año complicado para el trading: inflación, recesión y elevada volatilidad MERCADOS

Otro año complicado para el trading: inflación, recesión y elevada volatilidad

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Lógicamente, las decisiones sobre política monetaria a lo largo de 2022 han marcado la pauta para el trading. Eran la principal herramienta de la Fed para luchar contra una inflación desbocada y empezaron en EE.UU. antes que en otras economías desarrolladas.


Las primeras estimaciones sobre lo que puede pasar en la economía de los Estados Unidos en 2023 ponen énfasis en los hechos evidentes: la elevada inflación, la posibilidad de una recesión y un alto nivel de volatilidad.

Sin embargo, a pesar de que en diciembre los traders tendrán una última subida de tipos por parte de la Reserva Federal, algunos economistas consideran que en 2023 será más importante vigilar los datos de actividad de los consumidores y la salud de la economía que las decisiones del banco central.

Lógicamente, las decisiones sobre política monetaria a lo largo de 2022 han marcado la pauta para el trading. Eran la principal herramienta de la Fed para luchar contra una inflación desbocada y empezaron en EE.UU. antes que en otras economías desarrolladas.

Pero los últimos datos de inflación se van suavizando y así lo ha recogido el índice del S&P 500 con subidas de más de 14% desde los mínimos de octubre. Mientras tanto, la renta fija ha caído, al reflejar las expectativas de una inflación más baja y de unos tipos de interés ajustados a esa inflación, también a la baja.

No es la inflación, es la recesión

Los economistas afirman que los inversores que han tenido a la Reserva Federal en el punto de mira para tomar sus decisiones se han perdido las complicadas implicaciones del tensionamiento de las políticas monetarias: una recesión o ralentización económica.

La economía estadounidense es probable que empiece a sentir los efectos de las subidas de tipos de interés en 2023, pues los resultados económicos de estas subidas suelen verse a partir de entre los seis y los 12 meses.

Así, muchos economistas predicen que el crecimiento económico de Estados Unidos en 2023 sea suave, con los volúmenes de negocio de las empresas, su capacidad de imponer precios y sus beneficios, a la baja. Y todavía las previsiones de beneficio y los precios de las acciones no reflejan estas estimaciones.

Por ese motivo, algunos economistas aconsejan poner el foco del trading en la actividad de los consumidores más que en las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Eso es así porque el gasto de los consumidores, que forma dos tercios de la actividad económica de los Estados Unidos probablemente determinará el timing y la profundidad de la ralentización económica.

También es probable que influya en el calendario de las bajadas de los tipos de interés, que históricamente han sido una señal más de fiar del final de un mercado bajista.

Y cuando hablamos de consumo, debemos aceptar que las cifras han sido extremadamente fuertes a lo largo de 2022. Por ejemplo, el mercado laboral ha aguantado bien, con una tasa de desempleo en el 3,7% en noviembre, solo ligeramente por debajo de los mínimos de 50 años.

Por otro lado, el crecimiento de los salarios, aunque no ha compensado totalmente la inflación, ha sido sólido, a un 5-6%. Y el gasto personal se ha mantenido, con los datos del mes de octubre apuntando a un ritmo del consumo real cercano al 6%.

Por último, las ventas minoristas ajustadas a la inflación han permanecido por encima de la tendencia desde 2015.

Primeras señales de ralentización

Pese a todos estos buenos datos, ya aparecen algunas señales que apuntan a una ralentización económica. Por ejemplo, la tasa de ahorro personal, una vez impulsada por los estímulos, ha caído desde un máximo del 33,8% en el mes de abril hasta un 2,3% en el mes de octubre, su nivel más bajo desde 2005.

La deuda procedente de las tarjetas de crédito revolving que financian las compras ha subido a un máximo histórico que ronda los 1,2 billones de dólares. Y el número de ofertas de empleo está bajando, tal y como se refleja en la encuesta de Job Openings and Labor Turnover Survey. Había 10,3 millones de vacantes en octubre, el último dato disponible, 760.000 menos que un año antes.

La misma encuesta también mostraba una tendencia a la baja en el nivel de rechazos, que apuntaba hacia los cuatro millones frente al récord de 4,5 millones que se recogió en marzo de 2022, lo que sugiere que hay menos confianza en la posibilidad de encontrar empleo.

Si ponemos todos estos datos juntos, es posible capar que los datos del mercado laboral y los de consumo son los más importantes a partir de ahora, pues determinarán qué es lo que viene en cuanto a la economía y el trading.

Sobre todo, porque esta creciente ansiedad ante una economía que se frena no parece estar acompañada por las actuales valoraciones y las expectativas de beneficio. Y puesto que los mercados bajistas impulsados por una política económica no terminan típicamente hasta que las estimaciones tocan techo y la Fed empieza a bajar los tipos, esto implica que es probable que tardemos en ver el final de este mercado bajista en las acciones.

Por lo tanto, el trading en acciones tendrá que ser más bajista que alcista y convendrá poner el foco en acciones de valor más que de crecimiento, buscando esa rentabilidad más segura que pueden proporcionar a los inversores a lo largo de un año complicado.

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