China, que reclama Taiwán, gobernado democráticamente, como territorio propio, reaccionó con enfado a la reunión entre la Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el timonel de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy, y exigió que no se celebrara.
Taiwán no dejará de relacionarse con el mundo y no cederá a las presiones, dijo el viernes la Presidenta Tsai Ing-wen a su regreso de un viaje a Centroamérica y Estados Unidos, donde se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy.
China, que reclama Taiwán, gobernado democráticamente, como territorio propio, reaccionó con enfado a la reunión con McCarthy y exigió que no se celebrara, aunque hasta ahora ha evitado aumentar la tensión militar para mostrar su descontento.
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Tras bajar de su vuelo, Tsai afirmó que su entusiasta acogida en el extranjero constituía un poderoso mensaje.
“Hemos demostrado a la comunidad internacional que, frente a la presión y las amenazas, Taiwán estará aún más unida y no cederá en absoluto a la represión, ni detendrá los intercambios con el mundo debido a las obstrucciones”, declaró en el principal aeropuerto internacional de Taiwán, Taoyuan, a las afueras de Taipéi.
China organizó ejercicios militares en torno a Taiwán el pasado agosto, tras una visita a Taipéi de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Aunque Taiwán ha informado de la presencia de un grupo de portaaviones chino lejos de su costa oriental, no ha dado a conocer ningún otro movimiento militar inusual.
La Oficina de Asuntos de Taiwán de China, en un comunicado emitido poco después del aterrizaje del vuelo de Tsai, reiteró su oposición a su viaje a EE.UU., técnicamente calificado como un “tránsito”, aunque en realidad donde se celebraron sus reuniones más importantes.
Sin embargo, Pekín no anunció ninguna medida específica de represalia.