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Hablemos de lo que provoca la resistencia a los antibióticos en los sistemas de salud

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Hola, ¿cómo estás hoy? Espero que con entusiasmo para enfrentar las últimas semanas de 2024. La resistencia a los antibióticos (RAM) y otros medicamentos es una crisis sanitaria, según la OMS. Un estudio realizado en hospitales chilenos midió el efecto de la RAM en pacientes y el sistema de salud.

  • ¿Recuerdas el efecto Bouba-Kiki?Te desafío con otra pregunta y me cuentas cómo te va.
  • ¿Te imaginas por qué nunca se nos olvida andar en bicicleta? Por años los científicos pensaron que era por la memoria a largo plazo, pero un reciente estudio echó por tierra esa teoría. Te cuento de qué se trata.
  • En la sección Mito o Verdaddescubre si efectivamente quienes viven en las «zonas azules» son más longevos y saludables.
  • En elChat con la especialista, la psicóloga Daniela Toro explica por qué en Navidad y Año Nuevo se pueden intensificar los sentimientos de estrés, ansiedad y depresión.

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Resistencia de los microbios: sube riesgo de muerte, días de hospitalización y costos

En «La rebelión de los microbios» de Efecto Placebo del 21 de noviembre pasado, te conté que apenas se crearon los antibióticos, en 1928, comenzó la resistencia bacteriana o resistencia a los antimicrobianos (RAM). Y que hoy, casi 100 años después, varios patógenos se han vuelto inmunes a los medicamentos, lo que ha provocado una crisis sanitaria y socioeconómica mundial que mata aproximadamente a 4,95 millones de personas cada año.

De hecho, la OMS considera que, para 2050, se convertirá en la primera causa de muerte si no se realizan acciones para evitar su avance. En Chile también son alarmantes sus efectos.

  • Un reciente estudio–realizado por investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad del Desarrollo– reveló un aumento en la mortalidad y prolongación de hospitalizaciones debido a la RAM.
  • Los pacientes con infecciones resistentes a los antibióticos presentan un 42% más de riesgo de morir, en comparación con aquellos con infecciones por bacterias susceptibles.
  • La cifra corresponde a datos extraídos desde hospitales públicos en la zona norte, la Región Metropolitana y el sur de Chile, en la investigación «Excess Burden of Antibiotic-Resistant Bloodstream Infections: Evidence from a Multicentre Retrospective Cohort Study in Chile, 2018-2022», que fue publicada hace una semana en el The Lancet Regional Health Americas.
  • La muestra de 1.218 pacientes adultos experimentó 1.349 episodios de infecciones del torrente sanguíneo, un 47,3% atribuido a patógenos resistentes. Los microbios predominantes fueron Staphylococcus aureus(33% «MRSA» resistente a la meticilina), Enterobacterales (50% «CRE» resistente al carbapenem) y Pseudomonas aeruginosa (65% «CRPA» resistente al carbapenémico). Aproximadamente el 80% de los BSI fueron adquiridos en el hospital.
  • La investigación muestra un aumento preocupante en la mortalidad, la duración de hospitalizaciones y los costos asociados a infecciones resistentes, subrayando la urgencia de políticas efectivas para enfrentar la resistencia a los antimicrobianos. Este fenómeno se ve impulsado por el uso inadecuado o excesivo de antibióticos en humanos, animales y cultivos agrícolas.
  • “La aparición y propagación de la resistencia antimicrobiana representa un riesgo considerable para la medicina moderna y es reconocida globalmente como uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Esperamos que los resultados de este estudio sirvan para llamar la atención sobre la urgencia de este reto. Las vidas perdidas y costos económicos de la resistencia ya no pueden ser ignorados», dice el profesor de la Escuela de Gobierno UC y autor del estudio, Eduardo Undurraga.
  • Aparte del aumento del riesgo de mortalidad entre pacientes con infección por bacterias resistentes, se observó un incremento del 14% en la duración de las hospitalizaciones y una probabilidad 25% mayor de ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), además de la pérdida de 2.270 años de vida ajustados por discapacidad (DALYs – Disability Adjusted Life Years) en el país.
  • Respecto a los costos económicos, cada hospitalización por infección resistente, comparada con bacterias susceptibles, representa un costo adicional de USD 2.300 para el sistema de salud. Desde una perspectiva social, el impacto anual asciende a 53 millones de dólares.

Los autores del estudio subrayan la importancia de reforzar la detección temprana, implementar medidas estrictas de control de infecciones y promover un manejo adecuado de los antimicrobianos en los hospitales.

  • “Este estudio muestra la necesidad urgente de generar estrategias integradas para prevenir infecciones y optimizar el uso de antibióticos en hospitales. La presión que ejerce la resistencia antimicrobiana sobre los sistemas de salud sigue creciendo, a pesar de importantes esfuerzos de las autoridades sanitarias en los últimos años”, comenta el coautor y director del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina (ICIM) de la UDD, José Munita.
  • “Comprender la magnitud de las infecciones por bacterias resistentes y sus costos es clave para orientar la formulación de políticas de prevención y control y priorizar la asignación de recursos. También identificamos una brecha crítica en la investigación de infecciones adquiridas en la comunidad, lo que exige mayor atención por su posible impacto en la salud pública”, agrega el investigador de la Universidad de Oxford,Kasim Allel.
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El regreso de Bouba y Kiki

Mira las figuras sobre estas líneas e imagina que puedes tocarlas y pasar tus dedos sobre cada una. Ahora responde: ¿qué sonido corresponde a cada una? ¿Una erre fuerte como suena en la palabra roto o una ele que suena como en luna?

¿Qué respondes?

  • Antes de responderte, ¿te acuerdas de la pregunta que te hice en «Efecto Bouba-Kiki: los sentidos (no) engañan”, en Efecto Placebo del 24 de octubre?
  • En ese experimento la mayoría (95%) de las personas –sin importar su origen, etnia, edad, lengua– que se le planteaba poner un nombre a cada figura, respondía que la forma redondeada era Boubay la picuda Kiki. Se trata de una conclusión muy curiosa que, no obstante, tiene su explicación. Lo primero que hay que entender es que no se trata de ningún tipo de ilusión visual, sino que la razón de este fenómeno está en el origen de las palabras.
  • En este trabajo –y el original, realizado por el psicólogo Wolfgang Köhler en 1929en las Islas Canarias, donde pidió que se les diera nombre a las figuras con los términos Takete o Baluba– demostró que los seres humanos vinculamos la visión y el oído de una manera muy parecida.

Un nuevo estudio, publicado el 20 de noviembre pasado, en The journal of the acoustical Society of America (Jasa), explora la relación entre imagen, sonido y lenguaje.

  • A los participantes se les presentaron las dos imágenes que están ilustrando esta nota: una línea dentada y una línea recta, y se les pidió imaginar que pasaban su dedo a lo largo de cada una.
  • Luego se emitieron dos sonidos: un trino alveolar (la letra r enrollada) y un aproximante alveolar (l suave). Y se les pidió a las personas que identificaran cuál sonido describía cada línea.

La mayoría dijo que el sonido más fuerte (r) correspondía a la línea dentada y el más suave (l), a la línea recta. Un experimento solo comparable con el efecto Bouba-Kiki, han dicho los investigadores.

  • Los participantes de esta investigación léxica fueron hablantes de 28 idiomas diferentes y de 12 familias distintas.
  • El patrón es más fuerte para hacer coincidir rcon la línea dentada (hasta 100%), denominada como áspera, pero también es muy fuerte para hacer coincidir l con la línea recta, definida como suave.

Estos hallazgos amplían nuestra comprensión de las correspondencias transmodales icónicas, destacando las conexiones profundamente arraigadas entre la percepción auditiva y el tacto/visión.

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¿Por qué andar en bicicleta nunca se olvida?

¿Recuerdas cómo y cuándo aprendiste a andar en bicicleta? Puede que no tengas muy nítido ese momento preciso, pero una cosa es segura: bastará con que te subas a una bici, para que salgas pedaleando aunque lleves meses, años, décadas, sin montar una.

  • Hace más de medio siglo, los neurocientíficos descubrieron que el daño a una región cerebral llamada lóbulo temporal medial (LTM) causaba un deterioro grave de la memoria declarativa a largo plazo, es decir, borrando recuerdos de hechos explícitos como nombres y fechas, pero dejaba intacta la memoria a muy corto plazo.
  • Los pacientes con daños en el LTM podían mantener una breve conversación, pero, solo uno o dos minutos después, no podían recordar que la conversación hubiese ocurrido. Sin embargo, sorprendentemente, esos pacientes pudieron aprender nuevas habilidades motoras y retenerlas durante días, meses, incluso más, lo que indica que el daño de LTM tenía poco efecto en los recuerdos de las habilidades motoras.

Entonces, ¿qué región del cerebro es responsable de los recuerdos de habilidades motoras a largo plazo, como andar en bicicleta? ¿Existen regiones distintas donde se forman los recuerdos sensoriomotores a corto y largo plazo? Los investigadores han estado tratando de responder a estas preguntas durante años.

  • Científicos de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS) han demostrado que, al igual que los recuerdos declarativos, los recuerdos a corto y largo plazo de lashabilidades motoras se forman en diferentes regiones del cerebro, siendo el cerebelo fundamental para la formación de los recuerdos de habilidades a largo plazo. La investigación ha sido publicada en Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).
  • Según investigadores de Harvard, las memorias motoras a corto plazo, que duran menos de un minuto, juegan un papel más importante que las de largo plazo en el reaprendizaje de movimientos después de haberlos olvidado.
  • Comprender las memorias motoras a corto plazo es crucial, ya que pueden ser tan vitales como las de largo plazo para ejecutar acciones de manera efectiva.

“Esto es diferente de lo que los científicos de la memoria han asumido hasta ahora”, dice el profesor del Gordon McKay de Bioingeniería en SEAS y autor correspondiente de un artículo de PLOS Biology, Maurice Smith, que describe el estudio reciente.

  • “Nuestro trabajo sugiere que la capacidad de volver a aprender habilidades motoras rápidamente no requiere de memoria a largo plazo, como la mayoría de nosotros creíamos. En cambio, nuestra investigación muestra que la memoria motora a corto plazo, a pesar de ser fugaz, es responsable de esta capacidad”, dice Smith.
  • Para entender la conexión entre el cerebelo y estos recuerdos, Smith y el coautor Alkis Hadjiosif, investigador postdoctoral en SEAS y el Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), se inspiraron en un conjunto aparentemente desordenado de resultados anteriores sobre el aprendizaje motor en pacientes con daño cerebeloso.
  • Si bien todos los estudios previos encontraron evidencia de un deterioro del aprendizaje sensoriomotor en individuos con daño cerebeloso, el tamaño de este deterioro varió ampliamente entre ellos. «Aunque esta discrepancia podría deberse a diferencias en la cantidad o ubicación precisa del daño o a diferencias en los tipos de tareas de aprendizaje motor empleadas», ha asegurado el científico.
  • Los recuerdos motores que duraban menos de un minuto conducían a un reaprendizaje más rápido, mientras que los que duraban más de un minuto predijeron la retención de la memoria 24 horas después. Y andar en bicicleta se relaciona con la memoria motora.
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Mito o Verdad: los habitantes de las zonas azules viven más años

¿Qué sabes de las llamadas zonas azules? El concepto se acuñó en 2004 en un artículo publicado en la revista académica Experimental Gerontology, que hablaba de personas mayores que vivían en Cerdeña y se mantenían animadas y activas hasta pasados los 90 y 100 años.

  • Los investigadores utilizaron el color azul para sombrear partes de un mapa de la isla que indicaban los lugares donde la gente tenía una longevidad excepcional. Especulaban que esto podía atribuirse a la nutrición y al estilo de vida, o podría ser gracias a “la elevada tasa de endogamia” en las regiones aisladas, que posiblemente hizo que las características genéticas protectoras fueran más prevalentes en la población. Una teoría razonable y convincente de la que se ha beneficiado el comercio.
  • En los 20 años transcurridos desde que se introdujo por primera vez el término, las Blue Zones (ahora marca registrada) han generado ocho libros, una serie de Netflixasociaciones de productos(té helado Langers Blue Zones, sopas enlatadas Bush’s Blue Zones) y un programa multimillonario para que otras ciudades obtengan la “certificación Blue Zones”, todo ello en nombre de ayudar a la gente a alcanzar sus objetivos de longevidad, aparentemente imitando los hábitos de vida de las personas que viven en cada región.
  • Un caso, admitido por el reportero Dan Buettner, se dio cuando su editor en National Geographicle dijo: “Tienes que encontrar la zona azul de Estados Unidos”. La idea cobró fuerza al año siguiente, cuando Buettner utilizó la frase en un reportaje en el que destacaba tres regiones –Okinawa en Japón, Loma Linda en California y Cerdeña en Italia–, donde investigaciones habían descubierto que la gente vivía más tiempo y de forma más saludable que la media.
  • En el artículo, Buettner atribuía la longevidad y vitalidad de los ciudadanos de las regiones a sus comportamientos saludables. La gente de estos lugares –concluía el reportero– era más propensa a seguir una dieta nutritiva con mucha fruta y verdura, realizar mucha actividad física, dar prioridad a la familia y la comunidad y no fumar cigarrillos. Beber con moderación, no comer demasiado, controlar el estrés, tener un propósito en la vida, dedicarse a la religión y tener buenos genes fueron otros factores mencionados.

“Estas personas de las zonas azules no hacen ninguna de las cosas” que solemos hacer para estar sanos, dijo Buettner en una entrevista con el Times. “No están a dieta, ni hacen crossfit, ni se suben a Instagram y toman suplementos, ni van a Tulum por células madre. Ninguno de estos jaqueos de longevidad. Pero, de algún modo, viven unos 10 años más”.

  • Desde la publicación de su artículo inicial, Buettner se ha asociado con demógrafos, epidemiólogos, geriatras y otros expertos para ampliar la idea de las zonas azules, añadiendo Nicoya, Costa Rica, e Icaria, Grecia, a la lista. También lanzó el negocio de Blue Zone y rebautizó los comportamientos clave como los “Poderosos 9” (ya no se mencionan la genética ni el no fumar).
  • Buettner vendió Blue Zones en 2020 a Adventist Health, un sistema proveedor de asistencia sanitaria “fundado en la herencia y los valores adventistas del Séptimo Día” (Loma Linda tiene una de las mayores concentraciones de adventistas del Séptimo Día del país).

Entonces, ¿dónde está la polémica?

  • Todo empezó en 2019, con un artículo académico preimpreso. El estudio–que se actualizó este año y no se ha publicado en una revista revisada por pares– afirmaba que las zonas con un elevado número de centenarios y supercentenarios (personas de 110 años o más) tienen otra cosa en común: un mantenimiento defectuoso de los registros. En otras palabras, hay más personas que viven más de 100 años solo sobre el papel, no en la realidad.
  • El estudio, dirigido por Saul Justin Newman, investigador principal del Center for Longitudinal Studies de la University College de Londres, no se centró específicamente en las zonas azules. En su lugar, Newman analizó bases de datos de centenarios y supercentenarios de Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y Japón, y luego buscó puntos focales en esos países donde vivieran muchos de ellos. Estos puntos focales no coincidían totalmente con las zonas azules, aunque había cierta coincidencia.
  • “Descubrí que todos procedían de zonas pobres que, en general, tenían unos resultados terribles en la vejez, que tenían algunas de las peores esperanzas de vida de sus países”, dijo Newman. “Todo indicaba que estas altas densidades de supercentenarios se debían simplemente a la pobreza y al fraude”.
  • Newman –que tiene un historial de críticas alos estudios sobre longevidad– dijo que los bajos índices de alfabetización y el deficiente mantenimiento de registros provocaron la ausencia de certificados de nacimiento a principios del siglo XX.
  • En consecuencia, es posible que muchas personas mayores no sepan cuántos años tienen y, sin documentos legítimos, su edad es prácticamente imposible de verificar. En otros casos, un pariente mayor puede haber muerto, pero nadie registró la defunción, por lo que parece que la persona sigue envejeciendo y la familia sigue recibiendo su cheque de pensión.
  • Análisis independientes han descubierto este tipo de anomalías. Por ejemplo, en 2010, el gobierno japonés reveló que “faltaban” 230 mil centenarios, probablemente como resultado de muertes no declaradas (en un documento posterior, se argumentó que estas cifras eran exageradas).
  • Newman cree que las zonas azules sufren estos mismos problemas y ha dicho, en entrevistas, que son “el epítome” del mal mantenimiento de registros que inflan el número de centenarios.

Independientemente de si estos lugares son –o eran– reales, los expertos en envejecimiento subrayaron que los comportamientos de estilo de vida que la marca Blue Zones ha contribuido a popularizar son importantes para la longevidad. Hay pocas dudas de que una dieta nutritiva, la actividad física y la comunidad pueden ayudar a las personas a vivir más tiempo y de forma más saludable.

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Chat con la especialista: la presión de estar felices en Navidad

Estamos a pocos días de Navidad y Año Nuevo, fiestas que agudizan ciertos trastornos de salud mental. «Depresión, especialmente en personas que tienen una predisposición a sentimientos de vacío, pérdida o soledad crónica», explica la psicóloga del Centro Clínico del Ánimo y la Ansiedad, Daniela Toro.

  • Y añade: «Estrés, generado por las presiones sociales y económicas, como preparativos, gastos y eventos sociales. Ansiedad, relacionada con los cambios de rutina, las expectativas frustradas y el agobio de la temporada. Y el consumo excesivo de alcohol y drogas.Muchas personas utilizan estas sustancias como un mecanismo de escape emocional».

«Estos trastornos suelen ser más intensos en individuos con personalidades vulnerables, como aquellos que no han generado lazos significativos o quienes tienen antecedentes de problemas emocionales previos», detalla.

-¿Por qué aparecen estos problemas en Navidad y en especial Año Nuevo?

-Estas fechas son especialmente difíciles, porque la Navidad está culturalmente asociada con felicidad, unión familiar y amor, lo que puede crear presión para «sentirse feliz», incluso cuando no se está en esa disposición emocional. También hay sentimientos de nostalgia y pérdida. Se evocan recuerdos de seres queridos ausentes, separaciones o momentos difíciles del pasado. Y el Año Nuevo suele implicar una reflexión sobre los logros y fracasos, lo que puede intensificar sentimientos de frustración o desesperanza. Y los preparativos, compras, gastos y eventos generan un cambio de rutina que puede ser abrumador para muchas personas.

-Estas fechas producen nostalgia en muchas personas sin problemas de salud mental. ¿Cuándo no es normal y se debe buscar ayuda?

La nostalgia es natural en estas fechas. Sin embargo, no es normal cuando los sentimientos se intensifican y persisten en el tiempo. Hay que buscar ayuda profesional si se presentan síntomas como: dificultad prolongada para dormir o cambio significativo en el apetito, angustia o tristeza constante, pérdida de interés en actividades cotidianas, sentimientos de desesperanza, vacío o falta de sentido en la vida, dificultad para cumplir tareas laborales o domésticas, aislamiento social.

-¿Hay prevalencia en hombres, mujeres y jóvenes?

-Sí, existen diferencias en cómo afectan estas fechas a diferentes grupos. La Organización Mundial de la Salud señala que la mitad de las mujeres tiene un 50% más de probabilidades que los hombres de experimentar depresión. Además, según la APA (2019), un 44% de las mujeres reporta sentirse estresada o ansiosa durante la Navidad, en comparación con un 31% de los hombres.

Aunque menos prevalente, los hombres también experimentan estrés y ansiedad, pero suelen manifestarlo a través del consumo excesivo de alcohol. Y los niños y adolescentes pueden frustrarse si las expectativas en torno a los regalos o celebraciones no se cumplen. Esta decepción requiere un manejo emocional adecuado.

-¿La diferencia con un trastorno estacional, o no existe de esa forma?

-Existe una diferencia clara entre los problemas emocionales asociados a estas fechas y el trastorno afectivo estacional (TAE). El trastorno afectivo estacional está relacionado con la falta de luz natural en invierno, lo que afecta la producción de serotonina y melatonina en el cerebro, generando síntomas de depresión. Este trastorno es común en regiones con inviernos largos y oscuros.

En contraste, la depresión y ansiedad asociadas a la Navidad tienen un origen social y emocional. No dependen del clima, sino de la presión cultural, los recuerdos dolorosos, la soledad, el estrés por los preparativos y las expectativas no cumplidas. Aunque estemos en una época con buen clima, las emociones vinculadas a estas fechas pueden ser igualmente desafiantes.


Y hasta acá llega esta edición de Efecto Placebo. Espero que haya sido de tu agrado. ¡Que tengas felices fiestas!

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