Chile: país obeso
Hola, ¿cómo va tu regreso a la rutina? Hace dos días, el 4 de marzo, se conmemoró el Día Mundial de la Obesidad. Una fecha que busca crear consciencia de que los kilos de más son una enfermedad que provoca otras graves dolencias, a veces mortales, y que a estas alturas es una epidemia que avanza rauda por el globo.
Según The World Obesity Atlas, casi la mitad de los adultos chilenos (42%) será obeso durante este 2025 y el 83% tendrá sobrepeso. Lo que nos ubica en el Top One de la gordura sudamericana. El panorama hacia el futuro es más desalentador, pues se estima que de aquí a 2035, o sea, en 10 años, la obesidad infantil aumentará en 100%.
- Profundizando en esta enfermedad, el médico nutriólogo Juan Carlos Vega explica por qué cuesta tanto combatir la obesidad. Y nos cuenta de una campaña recién lanzada, que visibiliza el estigma en torno a esta enfermedad.
- En Mito o Verdad revisaremos si es posible la existencia de neuronas que controlen la ingesta de alimentos. Un descubrimiento de científicos de la Universidad de Columbia que podría cambiar la historia de la obesidad.
Y esta vez, revisaremos el testimonio de Renzo Bacarrezza, un joven estudiante de medicina, que ha vivido gran parte de su vida con obesidad y que recién está sintiéndose bien en su cuerpo.
- Antes de comenzar, quiero invitarte a que compartas Efecto Placebo, así nuestra comunidad crecerá más cada día. Si aún no te sumas, o si alguien que te aprecia te compartió este boletín, te invito a que te Inscribas gratis para que no te pierdas nuestros contenidos de salud y bienestar.
Chilenos son los más gordos de la región

Foto: Cedida.
A pesar de que la obesidad fue incluida como enfermedad en la VI Clasificación Internacional de Enfermedades en 1948, esta nominación no ha sido totalmente aceptada incluso hoy, más de siete décadas después. Esto explica la idea errónea que muchas personas tienen sobre la obesidad y el estigma que cae sobre quienes viven con ella.
- Esta idea errónea está tan arraigada que se ha convertido en la norma general. Y explica, en parte, la dificultad para abordar la pandemia en que se ha convertido este mal. La obesidad es el problema de salud más importante en el siglo XXI y, además, ha aumentado a un ritmo mayor en los países de ingresos bajos y medios.
Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha establecida por la Federación Mundial de la Obesidad hace una década, para generar consciencia y promover soluciones efectivas ante esta creciente epidemia.
- Este año, el lema propuesto es: “Pongamos el foco en los sistemas, no en las personas, que necesitan cambiar”. Esto significa analizar y abordar la obesidad considerando los factores sociales, económicos, políticos y ambientales que influyen, en lugar de centrarse solo en las decisiones individuales. Un enfoque que reconoce que la obesidad no es solo una cuestión de voluntad personal, sino que está influida por condiciones externas que pueden facilitar o dificultar decisiones saludables, como la falta de recursos para acceder a alimentación adecuada.
Según la Federación Mundial de la Obesidad, la cantidad de adultos que viven con obesidad en el mundo aumentará en más de un 115% entre 2010 y 2030, pasando de 524 millones a 1,13 millones de personas. Las estimaciones señalan que los niveles de obesidad Clase II (IMC superior a 35 kg/m2), el umbral común utilizado cuando se recomienda tratamiento médico, crecerá casi un 150% en dos décadas, alcanzando 385 millones de adultos.
- El panorama para Chile es desalentador. The World Obesity Atlas 2025 proyecta para este año que el 83% de los chilenos tendrá sobrepeso y el 42% obesidad, la prevalencia más alta de Sudamérica. Nos siguen Argentina con un 39% y Uruguay con 36%.
- Chile también encabeza el listado de los adultos con mayor índice de masa corporal (IMC) alto, considerado sobrepeso (más de 25 kilos/m2) entre sus vecinos sudamericanos, con un 83% de los adultos. Le siguen Argentina, Paraguay y Perú, los tres con un 73%.


Fuente: World Obesity Atlas.
“Es una enfermedad compleja y crónica, no es algo que vamos a solucionar con solo decirle a la gente que coma menos y se mueva más, es algo que requiere de un plan específico para los pacientes a todo nivel, desde la prevención primaria, favoreciendo los cambios de hábitos alimentarios, la actividad física, la salud mental, fomentar la educación nutricional desde la niñez, donde lo vital aquí es acompañar este proceso con el debido respaldo médico”, explica el médico nutriólogo de Clínica Las Condes, Juan Carlos Vega.
- La FAO y OMS recomiendan promover la oferta de alimentos saludables y su consumo, junto con la actividad física en la población en general.
“Estas políticas son indispensables para frenar el incremento de la obesidad, pero hay que entender que los efectos de estas medidas solo podrán verse a mediano y largo plazo, y un factor importante para que los cambios sean sostenibles es asegurar una continuidad de los programas en el tiempo”, agrega el médico nutriólogo.
- Es vital que la ciudadanía pueda prevenir, acudir al médico y tener un tratamiento adecuado para acompañar este proceso de manera responsable y segura.
- Con respecto a los niños, lamentablemente, se calcula que la obesidad infantil aumente un 100% entre 2020 y 2035.
Obesidad en Chile: un problema de salud pública

Foto: Foto de Anna Tarazevich.
Chile vivió una transición nutricional en las últimas décadas a causa de múltiples factores, desde demográficos, epidemiológicos hasta económicos, donde se implementaron políticas públicas exitosas que lograron erradicar el problema de la desnutrición para fines de los años 80.
- “Posterior a esto, comenzamos a evidenciar el aumento de la prevalencia de obesidad y, cuando entendimos mejor la patología y su alarmante aumento de prevalencia, las consecuencias empezaron a ser un tema de salud pública”, explica el nutriólogo Juan Carlos Vega.
- “Hoy, sabemos que la obesidad es una enfermedad inflamatoria, crónica, recurrente, de causa multifactorial que se asocia a múltiples patologías, disminuyendo la esperanza de vida. También provoca ausentismo laboral y años de vida ajustados por discapacidad, generando una carga física, emocional y económica que tiene un impacto a nivel sistémico y a largo plazo”, añade.
Los datos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile muestran que el sobrepeso y la obesidad aumentan los costos en salud en un 65%. Se estima que el 2020 un 2,9% del gasto total en salud se destinó al tratamiento de la obesidad y sus complicaciones y esto representa el 0,8% del PIB.
- Hay que entender que las cifras y proyecciones están calculadas sobre la base del índice de masa corporal (IMC), que es una medición que nos permite categorizar en rangos de normo-peso, sobrepeso y obesidad. Sabemos que es una herramienta útil, pero no es una medición real directa del problema que tienen las personas que viven con obesidad, que es el aumento de grasa corporal y su distribución.
- Según los datos de World Obesity Federation de 2025, un 22,9% de la población mundial adulta vive con algún grado de obesidad, definido como IMC mayor a 30 kg/m2; para el 2030, un 25,1% de la población adulta mundial vivirá con obesidad, que se traduce en 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres en el mundo.
¿Por qué es tan difícil atacar o ponerle freno a la obesidad?
Responde el nutriólogo Juan Carlos Vega:
“La obesidad es una enfermedad por definición multifactorial, donde tenemos diferentes factores que van a influir en el desarrollo de esta, desde la genética, enfermedades asociadas, el género y la edad. Es importante recalcar que los factores ambientales, es decir, los modificables y prevenibles, en la mayoría de los casos son los que tienen mayor repercusión en el desarrollo de esta enfermedad”.
“El problema es tan complejo que ningún país ha conseguido revertir la tendencia al incremento de la obesidad. Las agencias internacionales recomiendan adoptar un abordaje multisectorial, coordinando el esfuerzo de diversos actores, poniendo especial énfasis en las acciones de prevención”.
–¿Cuáles son las causas o factores de riesgo de otras enfermedades que se podrían incluir en la obesidad?
-Hay que entender que el aumento de la ingesta energética determina un crecimiento del tejido adiposo, generando un tejido graso disfuncionante, que genera secreción de moléculas inflamatorias que actúan a nivel local y sistemáticamente, contribuyendo al desarrollo de más de 200 patologías, desde las más comúnmente reconocidas como las metabólicas (insulinorresistencia, diabetes, hipertensión, dislipidemias y alteraciones cardiovasculares), pasando por alteraciones estructurales por carga mecánica, diferentes tipos de cáncer hasta aumento de riesgo de enfermedades psiquiátricas, con un aumento de prevalencia de trastornos depresivos, ansiosos y trastornos alimentarios.
-¿Cuál es la importancia de la educación en la niñez?
-Los niños son la clave para generar un cambio e, incluso, los estudios lo demuestran en particular en Chile, con el impacto de las políticas regulatorias de los alimentos de alta densidad energética del 2016, los cuales lograron evidenciar que madres de niños de entre 2 y 14 años tenían un buen conocimiento sobre este reglamento, y que sus hijos tenían una actitud positiva con respecto a la alimentación y eran los promotores de cambio en sus familias.
Visibilizar el estigma
El 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad, fue la fecha elegida para poner una voz de alerta sobre esta situación que afecta la salud y calidad de vida de un número cada vez mayor de personas a nivel global. Novo Nordisk Chile busca concientizar sobre este problema de salud y lanzó una campaña que visibiliza el estigma en torno a la obesidad.
La iniciativa busca que la obesidad sea reconocida como un problema médico y fomentar así el control regular con especialistas, promoviendo el autocuidado y el bienestar de las personas.
El llamado de campaña es “Este mes de la obesidad, démosle un nuevo significado a la palabra”, porque cambiar la definición es el primer paso para cambiar la realidad. Y para dar un impulso concreto por la resignificación, la campaña comenzó por solicitar un cambio de significado de la palabra en la RAE.
Si quieres saber más, en www.razonesdepeso.cl puedes encontrar información y una guía con médicos especialistas.
Mito o Verdad: hay neuronas que ordenan dejar de comer

Foto: Cottonbro studio.
¿Has hecho dieta alguna vez? Todos tenemos una “debilidad” ante la cual es muy difícil resistirse.
- Aunque se sabe que varios circuitos en el cerebro monitorean la ingesta de alimentos, las neuronas en esos circuitos no toman la decisión final de dejar de comer. Pero un grupo de científicos de la Universidad de Columbia descubrió neuronas especializadas en el cerebro de los ratones que ordenan a los animales que dejen de comer.
- Estas se encuentran en el tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro vertebrado. El descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos contra la obesidad.
- “Estas neuronas son diferentes a cualquier otra involucrada en la regulación de la saciación”, explica el médico-científico del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, Alexander Nectow, quien dirigió la investigación junto a Srikanta Chowdhury, un científico investigador asociado en el laboratorio de Nectow.
“Otras neuronas en el cerebro generalmente se limitan a detectar los alimentos que ponemos en la boca, o cómo llegan al intestino, o la nutrición obtenida de lo que ingerimos. Las neuronas que encontramos son especiales, porque parecen integrar todas estas diferentes piezas de información y más”, agrega Nectow.
- Los hallazgos fueron publicados en el artículo, “Brainstem Neuropeptidergic Neurons Link a Neurohumoral Axis to Satiation”, aparecido en Cell hace unas semanas.
Células encontradas en el tronco cerebral
La decisión de dejar de comer es un fenómeno familiar. “Sucede cada vez que nos sentamos a la mesa: en cierto momento empezamos a sentirnos satisfechos y, luego, llegamos a un punto en el que pensamos: es suficiente”, dice Nectow.
¿Cómo sabe el cerebro cuando el cuerpo ha tenido suficiente ingesta y cómo actúa sobre esa información para dejar de comer?
- Otros investigadores habían rastreado previamente las células de toma de decisiones hasta el tronco cerebral, pero las pistas terminaron allí. Nectow y Chowdhury desplegaron nuevas técnicas de una sola célula que permiten mirar hacia una región del cerebro y discernir diferentes tipos de células que hasta ahora han sido difíciles de distinguir entre sí.
- Los investigadores descubrieron que las neuronas fueron silenciadas por una hormona que aumenta el apetito y activadas por un agonista de GLP-1, una clase de medicamentos ahora populares para tratar la obesidad y la diabetes. Estos experimentos encontraron que estas entradas ayudaban a las neuronas a rastrear cada mordida que tomaban los ratones.
“Esencialmente, estas neuronas pueden oler comida, ver comida, sentir comida en la boca y en el intestino, e interpretar todas las hormonas intestinales que se liberan en respuesta a la alimentación. Y, en última instancia, aprovechan toda esta información para decidir cuándo es suficiente”, señala el médico.
- Aunque las neuronas especializadas se encontraron en ratones, Nectow dice que su ubicación en el tronco cerebral, una parte del cerebro que es esencialmente la misma en todos los vertebrados, sugiere que es muy probable que los humanos tengan las mismas neuronas.
“Creemos que es un nuevo punto de entrada importante para entender lo que significa estar satisfecho, cómo se produce y cómo se aprovecha para terminar una comida. Esperamos que pueda usarse para terapias de obesidad en el futuro”, finaliza el investigador.
Testimonio: “La mayor parte de mi vida me mantuve en la obesidad”

Foto: Campaña NovoNordisk.
Un 88% de los adultos chilenos será obeso en 25 años más. Renzo Bacarrezza podría ser uno de ellos. El estudiante de medicina, de 24 años, siempre tuvo problemas con su peso y durante la mayoría de su vida se mantuvo en la obesidad.
- “En general solo realizaba actividad física mientras estuve en el colegio. Una vez que ingresé a la universidad se hizo mucho más difícil y tuve unos episodios cortos de idas al gimnasio que no llegaron a nada. Al igual que, por la misma intensidad del estudio, las comidas no eran las más completas y saludables”, cuenta Renzo.
- Durante la pandemia, la poca actividad física y los desórdenes en las comidas se tradujeron en una importante subida de peso. Llegó a pesar 105 kilos, lo que impactó significativamente en su percepción y autoestima hasta el día de hoy.
-¿Qué problemas le trajo el sobrepeso?
-En primer lugar, tuve problemas físicos con varias lesiones cuando practicaba deporte, pero por sobre todo psicológicos, afectando directamente en cómo percibía mi cuerpo y en mi autoestima, llegando al punto de tener que trabajar en psicoterapia.
-¿Qué gatilló que fuera a un especialista?
-Lo más clave fue darme cuenta de que era el peso más alto que había alcanzado en mi vida, me veía en fotos y me sentía avergonzado. Además mi condición atlética estaba muy debilitada y lo veía reflejado en mi salud; en aquellos momentos en que ocasionalmente realizaba actividad física. Luego de todo esto, dije que tenía que tomar el control de mi situación y hacer un cambio definitivo y mantenerme. Entonces, busqué el mejor acompañamiento y consejería posible, que fue ir al médico. El diagnóstico fue obesidad.
-¿Qué cambios hizo y qué tan difícil fue?
-Primero, realicé cambios en la dieta para seguir un mejor balance, pero no tan drástico como para que fuera un sufrimiento. Trabajé en los horarios de las comidas y en cumplirlos, y a lo que más me dedique, que fue lo más difícil, fue seguir una rutina de entrenamiento constante y exigente en el gimnasio. Una vez estando en el gimnasio, era todo un juego de resistencia mental. En ese sentido lo más difícil fue ser constante e ir las 3 o 4 veces por semana.
-¿En qué etapa está hoy, cómo se siente?
-Actualmente peso 86 kilos, un peso muy cercano al ideal y he acompañado todo este proceso de cambio de la mano a mi doctor. Ahora estamos en una etapa de ver cómo maniobro el mantener el peso, considerando el estilo de vida de turnos y estudio que llevo hoy. Me siento con más confianza, recuperando poco a poco mi autoestima, me siento con más energía y tranquilidad mental, sabiendo que mantengo una rutina de ejercicios y una comida balanceada como piedra angular. Estoy más saludable y con mejor calidad de vida, gracias al tratamiento adecuado y el acompañamiento de los doctores.
Aquí finaliza esta nueva edición de Efecto Placebo. Si tienes algún comentario, duda o información que quieras compartir, puedes escribirme a efectoplacebo@elmostrador.cl.
Inscríbete gratis en Efecto Placebo el newsletter de salud de El Mostrador. Cada jueves te informaremos sobre las últimas investigaciones, terapias, avances en medicina y las claves para alcanzar el bienestar.