El abrumador triunfo del Apruebo elimina una incertidumbre para los inversores, pero ahora se viene la más compleja: el proceso constituyente pondrá sobre la mesa una institucionalidad que nos dio más de 30 años de crecimiento histórico y estabilidad macro. Ahora se volverá a discutir, entre otras cosas, la regla fiscal, la exclusividad del Ejecutivo en temas de presupuesto y la independencia del Banco Central. Además, una mirada para desmitificar 30 años de desigualdad (social y económica); y 3 preguntas a Héctor Riveros, hombre clave en el proceso constituyente colombiano.
¡Buenas! Ganó el Apruebo y ahora qué.
Es la pregunta que nos hacemos muchos. Lo que sí es seguro es que al menos eliminamos una incertidumbre: una gran mayoría de los chilenos quiere una nueva Constitución. Y como dijo hace unas semanas Matías Repetto, gerente general de la corredora de BTG Pactual Chile, si hay un triunfo claro del Apruebo y con alta participación, “sería una muy buena noticia”.
Ahora se viene lo difícil: ponernos de acuerdo y lograr un consenso acerca de qué país queremos. Eso significa un nuevo pacto social. Pero con el voto de hoy lo viejo termina de morir y lo nuevo puede empezar a nacer. Vamos a ver si podemos armar una nueva institucionalidad que nos sirva para los próximos 50 años. Porque las naciones no fracasan porque las pensiones son malas o la educación es cara. No, fracasan cuando la institucionalidad es débil y no es capaz de solucionar esos problemas.
Soy optimista, Chile es un país razonable y tengo la esperanza de que tendremos una Constitución razonable, en la cual todos podamos sentirnos representados. El proceso no estará libre de riesgos, pero ahora les toca a los líderes liderar.
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1- REGLA FISCAL Y LA INDEPENDENCIA DEL BANCO CENTRAL
Empiezan a desaparecer las incertidumbres y los inversionistas podrían interpretar el voto de este domingo como un consenso para generar un nuevo marco de estabilidad para los próximos 30-40 años.
La nueva Carta Magna pondrá sobre la mesa una institucionalidad económica que ha dado a Chile una estabilidad fiscal que hizo posible el periodo de crecimiento económico más exitoso de su historia. Nadie cree que el derecho básico de propiedad estará en juego.
El debate se va a centrar en establecer una nueva institucionalidad que supere el modelo de “Estado subsidiario” en materia económica, lo que implica definir qué rol va a promover y jugar el Estado en la organización y tipo de modelo económico en el nuevo Chile. Un Chile que apunte a un modelo de desarrollo económico equitativo y sostenible con las personas y el medioambiente.
Los tres pilares más importantes: la regla fiscal, la exclusividad del Ejecutivo en el presupuesto y a la hora de gastar dineros públicos, y la independencia del Banco Central.
Regla fiscal. Nada menor. Sobre la mesa estará quitarle la exclusividad al Ejecutivo en materias de presupuesto y gasto. Los analistas dicen que no es algo de temer y que habrá que hacer un cambio y ajuste. La nueva Constitución podría darle al Poder Legislativo el mismo poder de gastar que tiene el de Estados Unidos. Los economistas sugieren que venga amarrado al poder de veto del Presidente(a), que solo puede ser rechazado con una mayoría de dos tercios. Recomiendan una ley de responsabilidad fiscal ajustando la regla fiscal y así evitar convertirnos en un gastadero sin límites, y ahí es el problema.
La historia. La iniciativa exclusiva de la Presidencia en materia presupuestaria existe desde 1925. Para mantener la disciplina fiscal. El Congreso Nacional no puede presentar proyectos de ley o indicaciones que tengan incidencia en las finanzas públicas.
Independencia del Banco Central. Hay sectores de la izquierda que buscan quitarle la independencia. Pero si hay una institución que ha funcionado, es el Banco Central. La inflación no ha sido tema ni tampoco la estabilidad cambiaria. Lo más probable es que se le cambie el mandato a una dual que no solo tenga que mantener una meta de inflación sino que también un ojo en el empleo, que es algo que ya hace, a pesar de no ser parte del mandato dicho tema, sino solo el de inflación.
La reacción de los mercados. Hay dos lecturas. Fuentes con las que hablé esta noche dicen que el resultado ya estaba incorporado y que habrá algo de volatilidad en la semana, pero que nada dramático. Lo mismo con el dólar.
Goldman Sachs les escribió a sus clientes que el resultado es el que anticipaba el mercado y que no hay que anticipar cambios dramáticos.
La más negativa. El IPSA cae con fuerza y el dólar se dispara y se acelera la fuga de capitales. Habrá un desplome de la inversión privada y, como consecuencia, un fuerte aumento del gasto público que resultará en pérdida del grado de inversión para la economía chilena.
El FMI no le tiene miedo. Ve una nueva Constitución moderada y de grandes acuerdos, aunque advierte acerca del peligro de que el proceso constituyente se termine «decantando por el establecimiento de una multiplicidad de políticas sociales sin el sustento macroeconómico”.
Bajo ese escenario, el proceso movería “a Chile un poco hacia una economía donde los riesgos fiscales y financieros sean más elevados”.
La Bolsa. Desde el 18 de octubre de 2019, la Bolsa de Santiago acumula una caída de 26,66% en pesos, mientras que medido en dólares el desplome alcanza un 32,88%. El IPSA está entre los tres índices de peor desempeño en el mundo en ese período.
2- TRES PREGUNTAS A HÉCTOR RIVEROS, UNO DE LOS ARTÍFICES DEL EXITOSO PROCESO CONSTITUYENTE COLOMBIANO
Héctor Riveros fue viceministro del Gobierno de César Gaviria, miembro auxiliar de la Corte Suprema de Colombia y actor clave en la reforma constitucional de dicho país.
-¿Qué lecciones podemos aprender los chilenos del proceso colombiano?
-Yo creo que unas claves del proceso colombiano que hicieron que el resultado final fuera una Constitución muy legítima –que yo creo que es lo que tiene que ser–, es que tiene que ser realmente un pacto. Así incluso no todos participen en el pacto, pero un pacto, un conjunto de reglas de juego que todos siempre invocan, cualquiera sea la posición que tengan respecto de un tema. Eso me parece que es fundamental y esa es la gran clave del éxito de la Constitución colombiana. La legitimidad de la Constitución es lo primero y más importante.
Lo segundo más interesante del proceso colombiano, que yo creo que Chile está tratando de seguir de alguna manera como objetivo, es que sea una transición pacífica entre un sistema constitucional y otro. El gran desafío de las sociedades es justamente poder encontrar un método, un proceso, un procedimiento de transformación de un sistema a otro, que no signifique rompimiento institucional.
La composición de la Asamblea Constituyente. En el proceso colombiano fue clave. Más allá del tamaño de la asamblea, lo interesante fue que la asamblea de Colombia logró tener una representatividad muy interesante. Fue el primer cuerpo colegiado, elegido popularmente de cualquier nivel en toda la historia republicana de Colombia, en el que los partidos tradicionales, liberal y conservador sumados, no tenían la mayoría absoluta. Además fue la primera vez, prácticamente, que empezaron a surgir sectores no solamente políticos sino sociales nuevos que empezaron a participar en la vida política. Por ejemplo, las comunidades indígenas de Colombia nunca participaban. En Chile hay una cosa parecida, seguramente la comunidad indígena chilena es menos representativa, aunque es grande e importante. En Colombia prácticamente no participaban, y aparecieron participando los sectores de grupos religiosos no católicos –que prácticamente estaban también excluidos del sistema político–, comunidades negras, campesinas, en fin.
La suerte con el timing. El otro punto que fue importante en Colombia es que la Asamblea Constituyente y todo el proceso Constituyente se llevó prácticamente en forma simultánea al fin del de los estados socialistas o comunistas, a la caída del muro de Berlín, a la disolución de la Unión Soviética. Es decir, había como una especie de apoteosis de los principios liberales, de los derechos individuales de las libertades del capitalismo, y eso facilitó el consenso. Hoy en el mundo y en Chile hay una polarización entre sectores políticos que seguramente dificultará la toma de decisiones.
-¿Cuáles son los temas a los que hay que prestarle atención cuando nos sentemos a escribirla?
-Todos estos procesos siempre deben ir dirigidos a solucionar los problemas, y los temas son los problemas de la coyuntura. Pero expedir una nueva Constitución es mucho más que eso, es mucho más que resolver unos problemas. En Colombia, por ejemplo, había unos problemas de legitimidad del sistema político, y había que crear unas reglas de juego que abrieran el sistema.
Estábamos en un momento de una violencia muy grande, ejercida por grupos del narcotráfico, era el momento más duro de terrorismo de Pablo Escobar y también las guerrillas, entonces era un momento muy difícil. Hay que darle un valor muy importante al liderazgo del Gobierno del presidente Gaviria, quien encontró que la manera de responder a eso era promoviendo un sistema de democracia participativa que fuera más allá de los órganos representativos, lo que significó en la práctica una gran fragmentación del poder: hay un montón de órganos de poder que toman pequeñas o grandes decisiones, y la autonomía de los consejos de las universidades, y la autonomía de las autoridades ambientales –en donde participan organizaciones de ambientalistas–, y todo tipo de gremios económicos y de sectores sociales, y la obligación de consultarle a la ciudadanía cuando se van a desarrollar proyectos de gran envergadura, y después, por ejemplo, la necesidad de consultas a las minorías étnicas cuando se van a desarrollar proyectos que las afectan.
Yo creo que lo más interesante es que la Constitución sigue siendo invocada por todos los sectores políticos. Treinta años después, la pregunta a todos los sectores es: ¿cuál es la propuesta? Y todos responden ‘cumplir la Constitución’. La interpretación de eso es distinta para cada grupo, pero a todos los invoca la Constitución.
Hay que cuidar la democracia. Claro que hay unos problemas en el diseño institucional en los que yo tendría especial cuidado –dada la coyuntura política occidental–, y es que la democracia liberal está en riesgo, y hay que tomar unos cuidados respecto a que el sistema de controles quede bien diseñado para que no pueda ser captado por uno de los poderes. Para eso no hay que caer en la tentación, por ejemplo, de tener un órgano legislativo muy pequeño y unicameral, eso es terrible.
Hay que tratar de tener un órgano legislativo relativamente grande y bicameral, ojalá para que no pase lo que pasa en el Perú, en el Ecuador, donde mayorías coyunturales generan los grandes problemas de inestabilidad política. Por otra parte, la garantía de la independencia del Poder Judicial, yo creo que en Colombia ha sido otra cosa que ha permitido que, a pesar de la locura que es este país en términos de violencia, en términos de pobreza, en términos de corrupción, haya logrado mantener un sistema institucional relativamente fuerte.
-¿Por qué en América Latina nos cuesta tanto ponernos de acuerdo sobre qué sociedad queremos tener y acordar un pacto social?
-Yo creo que en América Latina el problema ha sido que hay unas élites sociales y políticas que además han estado coludidas con élites económicas que han dominado el sistema, y eso ha generado una ilegitimidad grande en las instituciones, porque la mayoría de la población siente que realmente esas instituciones no son para el beneficio colectivo, sino para los privilegios de unos pocos; y eso se agranda cada vez más, porque el resultado del sistema es también una enorme desigualdad social y económica, desigualdad por ingresos, desigualdad por riqueza, desigualdad por oportunidades, desigualdad por calidad de bienes y servicios públicos que se les ofrece a los distintos sectores sociales.
Eso ha ido generando una fragmentación que además hoy es más profunda por muchas cosas, primero, porque evidentemente el contexto político ha cambiado y la manera de hacer política ha cambiado, los partidos políticos dejaron de ser mediadores entre la ciudadanía y el Estado, ya no se necesitan mediadores por las redes sociales, hay una mayor capacidad de movilización ciudadana.
-¿Un consejo para nosotros? ¿Algo que la nueva Constitución no puede no incluir?
-Lo que no debería incluir, yo creo, son reglas en las que no quepan modelos diversos para atender los problemas de la gente. Me explico: como es la Constitución chilena actualmente vigente, claramente tiene no solamente un régimen capitalista, sino que es muy neoliberal (en el sentido que minimiza el papel del Estado). Es imposible desarrollar políticas sociales controladas y ejecutadas por el Estado con base en unas reglas constitucionales.
O al revés, teniendo una Constitución que diga que hay unos sectores que se consideran estratégicos y que, por lo tanto, siempre deben ser estatales. Cualquier camino que se tome es un error, porque lo que hace es que los vaivenes políticos se resuelven cambiando la Constitución. Si llega un Gobierno socialista, cambia la Constitución (si lo que encuentras es una Constitución que le impide asumir el control de unos sectores económicos por parte del Estado). Si es al revés, y llega un Gobierno de derecha, cuya Constitución le impide entregar a los particulares la gestión de unos determinados sectores económicos porque la Constitución dice que son públicos, entonces optará por cambiar la Constitución, y ese es el desastre. La clave, y yo creo que en eso la Constitución colombiana ha sido muy interesante, es que tiene que tener unos procedimientos, unas reglas, unos principios, en los que uno se pueda mover teniendo distintas posiciones ideológicas.
3- GRÁFICOS DE LA SEMANA (O DE LOS 30 AÑOS DE DEMOCRACIA)
La desigualdad y el modelo. Ha sido la cruz que han tenido que cargar los gobiernos de la Concertación y los dos de Piñera: el drama de la desigualdad. Existe, y la social es más fuerte que la económica. Pero sería mezquino no ver que en 30 años Chile está entre los 3 países de América Latina que más la disminuyeron.
Y tampoco es verdad que somos el país más desigual del mundo. Ni siquiera somos los más desiguales de la región.
4- EL TWITTER DEL DÍA
Google celebra nuestra democracia. El Doodle del día vino con bandera chilena incluida para celebrar el plebiscito.
5- AGENDA DE LA SEMANA
LUNES
–La Moneda el día después del Apruebo. Mañana lunes el Presidente Sebastián Piñera convocó a un consejo de Gabinete para analizar el plebiscito, abordar la pandemia del COVID-19 en Chile, la recuperación económica y la agenda democrática.
Clave será cuál va a ser el rol del Gobierno en el proceso constituyente.
–Reunión anual de la CEPAL. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe inicia su trigésimo octavo período de sesiones. El foco es analizar las prioridades de la agenda sostenible en la región en un escenario caracterizado por la crisis del COVID-19. En la sesión del lunes participarán los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel, junto al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
–El nuevo precariado. La comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados discute el proyecto denominado “Ley Rappi”, cuyo objetivo es mejorar y regularizar la situación laboral de los repartidores.
MARTES
–Presupuesto 2021 y 2º retiro de los fondos de las AFP. Se debate este martes. La Moneda se opone y esta vez cree tener los votos para frenarlo. Hacienda ya avisó que disminuiría pensiones en 23% en promedio.
JUEVES
–La economista jefe del FMI en la FEN, Gita Gopinath, es la invitada de honor de José De Gregorio en la nueva edición de Perspectivas de la Economía Mundial, encuentros organizados por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y MIT Sloan School of Management.
–Seminario Tanner. La corredora organiza un webinar donde el invitado es el subsecretario de Hacienda, Francisco Moreno. El foco: la estrategia del Gobierno para reactivar la economía del país.
VIERNES
–Minuta de la Reunión de Política Monetaria del 15 de octubre. En la reunión el Banco Central dejó la tasa de política monetaria en 0,5 en un voto unánime. Se anticipa que el comunicado dirá algo sobre el impacto inflacionario que tuvo el retiro del 10% de los fondos de AFP.
6- RECOMENDACIONES
DIÁLOGOS DE EL MOSTRADOR
Axel Christensen y el debate sobre las pensiones que se viene en la nueva Constitución: «Acá no hay balas de plata. Los sistemas de pensiones en todo el mundo están bajo presión”
A propósito de la nueva Carta Magna que vamos a comenzar a discutir, las pensiones estarán en el centro del debate. En el último capítulo de Diálogos de El Mostrador, el CEO para América Latina de BlackRock dijo que el problema no lo tiene solo Chile y que la solución parte por ser realista acerca de dos factores: no ahorramos lo suficiente y vivimos mucho más tiempo.
Eso es todo por esta semana. Les escribo el próximo domingo más o menos a esta misma hora. Si tienen algún comentario o información para compartir con nosotros, escríbeme a ivan@elmostrador.cl o sígueme en Twitter @ivanwese e Instagram @ivanwese. Inscribirse a El Semanal AQUÍ.