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Negando al gobierno, sin mencionar a Piñera y endosándose peyorativamente a Larroulet, los candidatos de Chile Vamos tuvieron un primer debate donde nadie se movió de su guión ELECCIONES 2021 Captura de pantalla.

Negando al gobierno, sin mencionar a Piñera y endosándose peyorativamente a Larroulet, los candidatos de Chile Vamos tuvieron un primer debate donde nadie se movió de su guión

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Más allá de acusaciones de deslealtad, de ignorancia o desconocimiento de sus propias propuestas, los cuatro candidatos a la primaria de Chile Vamos buscaron cada uno reforzar su perfil sin grandes novedades.


El primer debate, de tres comprometidos, previo a las primarias presidenciales de Chile Vamos, tuvo como denominador común renegar del Gobierno, no mencionar al Presidente Piñera, y demonizar el eventual endoso del jefe del segundo piso, Cristian Larroulet, a uno u otro competidor.

La instancia se dio en el marco de la reciente derrota en las internas de RN de Mario Desbordes, que como efecto secundario, no sólo afectó políticamente su candidatura, sino que además pasó a llevar la del candidato UDI, Joaquín Lavín, quien fue su socio en esta carrera. Sumado a aquello, alimentó el sustento electoral de su más cercano competidor, Sebastián Sichel, a quien desde la nueva directiva encabezada por Francisco Chahuán, le abrieron definitivamente las puertas desde el interior de la tienda .

En cerca de dos horas del debate transmitido por CNN Chile y Chilevisión, el candidato con mejor aspecto según las encuestas, Joaquín Lavín, no dudó en hablarle a la derecha más tradicional, presionado por su partido, la UDI, quienes le dieron mayor claridad en las definiciones que su electorado interno.

De esta manera, no se movió de su forma de entender el matrimonio entre un hombre y una mujer, se abrió a pactar con Republicanos y respecto al conflicto que se vive en La Araucanía, su respuesta estuvo dirigida a un déficit en el equipamiento de Carabineros. Aquello, luego de haber saludado en mapudungún.

En el caso de Mario Desbordes, y con la derrota de las internas a cuesta, buscó cerrar la fuga de potenciales electores de su partido hacia la figura de Sebastián Sichel, a quien » sacó al baile» en más de una ocasión. Le recordó que ha una militado en más de un partido, intentando dar en su línea de flotación que es el ser el único independiente, lo apuntó como el factor que rompió el fair play interno, le recordó que sí existe sucursal del Banco Estado en La Pintana, y ante la acusación del ex ministro de Desarrollo Social respecto de que sabía que a dos cuadras de su casa vendían droga, le espetó si es que había hecho la denuncia.

Por su parte Sichel, no se salió de su libreto que lo tiene según las encuestas, en el segundo lugar, detrás de Joaquin Lavín, y con las puertas abiertas en RN. De esta manera reiteró en varias oportunidades su biografía, que apunta al esfuerzo, al salir adelante – guión que le encanta al sector-, sumado al trato despectivo hacia el poder que considera tienen los partidos políticos.

En el caso del candidato de Evópoli, el único que se presentó con corbata, buscó reforzar la identidad de que sería él quien mejor representa un perfil institucional antipopulista. De todas formas, le sacaron en cara el haber estado en contra de los retiros del 10 por ciento en su cargo como ministro de Hacienda, y de haber celebrado las 65 mil pesos del primer IFE, lo que entienden los demás candidatos, es su punto más débil.

Durante el debate hubo episodios de mayor tensión como cuando Briones interpeló a Sichel y le preguntó: «¿Te parece leal con tu equipo decir que otros no querían avanzar, en el tema de las ayudas sociales?». La respuesta fue casi automática: «Terminé saliendo yo del gabinete, así que se responde sola la pregunta. No estoy de acuerdo con haber demorado las entregas a cambio de un acuerdo político que, según conversamos en ese minuto, iba a parar el estallido», comentó el ex ministro de Desarrollo Social.

La aparición del nombre del asesor más influyente de La Moneda, Cristián Larroulet, también dio paso a un encontrón en la primera parte de la transmisión, entre los candidatos Mario Desbordes y Sebastián Sichel, a propósito de los apoyos que cada candidato representa y que en el caso del ex presidente de BancoEstado, han sido vinculados al asesor de Gobiern y los grupos empresariales.

“Esa es una caricatura, siempre he sido de centro y liberal”, se defendió Sichel, descartando cualquier atisbo de cercanía con Larroulet. Comentó a los entrevistadores que “tantos años de amigo de Lavín y ahora me lo cargan a mi. No voy a aceptar que hayan políticos que digan que a uno lo apoyan tal o cual político. Yo no voy a decir a quién apoyan los otros candidatos, ellos lo dirán”.

La frase no le pareció correcta a Desbordes, y en respuesta a Sichel, aseguró que esas descalificaciones forman parte de la “vieja política” de asignarle nombres particulares a los presidenciables más jóvenes.

“Las descalificaciones vienen de Sichel, salió peleado de los partidos donde estuvo y esa frase de la vieja política que busca descalificar, de decir ‘yo soy el impoluto’. Si usted googlea va a encontrar un alto nivel de insulto del candidato Sichel y su equipo”, aseguró Desbordes, remarcando que a “Larroulet no lo satanizo, pero él es más cercano a Libertad y Desarrollo”.

Todo esto enmarcado en el peor momento electoral del sector, que sufrió cuatro derrotas de cuatro posibles, y que han puesto en duda el si existe o no una posibilidad real de quedar fuera de la segunda vuelta presidencial, tal como ocurrió en la elección del gobernador regional de la RM.

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