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Viajar se transforma en la nueva terapia contra las crisis existenciales Viajes

Viajar se transforma en la nueva terapia contra las crisis existenciales

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A diferencia de las vacaciones tradicionales, quienes buscan este tipo de viajes reservan según lo que quieran -o necesitan- aprender y no a dónde quieren ir. La idea es poder incorporar esa experiencia y otra mirada en su vida.


No es inconcebible que su agente de viajes pronto pueda tomar el lugar de su médico, especialmente si el médico que ve con más frecuencia es un terapeuta.

Un número creciente de profesionales de viajes ahora están «recetando» vacaciones personalizadas, cuyo objetivo es abordar las preguntas y frustraciones que sentimos en nuestra vida diaria. Ya sea fortalecer las relaciones familiares, mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar o curar una sequía empresarial, son soluciones a problemas que no constituyen diagnósticos médicos individuales, pero que hoy en día parecen tan comunes como el resfriado.

«He estado viajando solo de esta manera durante muchos años», dice Tom Marchant, cofundador de la compañía de viajes de lujo Black Tomato. «Las cosas más valiosas que he traído de mis viajes son las lecciones de otras comunidades que he podido aplicar en mi vida diaria».

Esa filosofía es lo que lo ha llevado a crear Bring it Back, una colección de itinerarios con una misión que los viajeros pueden personalizar con base en sus objetivos y desafíos personales. Entre las necesidades que espera ayudar a los clientes a abordar se incluyen cómo convertir una pasión en una carrera, cómo estimular la creatividad o cómo llevar un estilo de vida más saludable y sostenible.

«Veo constantemente a gente luchando con frustraciones que necesitan sacar, y simplemente no sienten que tengan el tiempo», dice Marchant. «No hay nada de malo en usar los viajes para recargar energías en la playa, pero también pueden ser un vehículo brillante para encontrar esas respuestas a las preguntas fundamentales que todos tenemos».

Viajes que resolverán sus crisis de la edad mediana

Las ideas de este tipo de viaje están basadas en experiencias culturales profundas. A diferencia de las vacaciones tradicionales, los viajeros reservan según lo que quieran aprender, no a dónde quieren ir.

Para mejorar la separación entre lo personal y lo profesional, por ejemplo, Marchant recomienda Copenhague, donde los viajeros pueden reunirse con una variedad de expertos que han dado forma a la reputación de Escandinavia en cuanto al equilibrio entre trabajo y vida.

En cuanto a fortalecer las relaciones familiares, dice que Mongolia es lo mejor: allí, los viajeros pueden pasar tiempo con comunidades nómadas multigeneracionales cuyos estilos de vida tradicionales requieren que los jóvenes cuiden de sus abuelos tanto como los abuelos cuidan de los jóvenes.

«No se trata necesariamente de encontrar la forma correcta, sino de encontrar una forma alternativa», asegura Marchant, reconociendo que las diferentes culturas de todo el mundo pueden abordar los mismos problemas de manera diferente. «Queremos que las personas se expongan a una forma de pensar diferente para que puedan incorporarla a su vida diaria».

Un viaje de seis días a Islandia diseñado para abordar la «inspiración empresarial», por ejemplo, incluye lecciones diarias como «preparar su cuerpo y su mente para la transformación» (a través de un baño en las aguas termales geotérmicas en Blue Lagoon), «utilizar mejor sus recursos» (una caminata con el fundador de la floreciente empresa de viajes Into the Glacier), y «crear nuevas oportunidades a partir de obstáculos» (un día con un islandés que casi perdió todo en la erupción del volcán Eyjafjallajökull, y luego utilizó la tragedia como un trampolín para un negocio ahora próspero).

Un movimiento mas amplio

La oferta de Marchant es el primer producto formal en promover el viaje como terapia, pero otros están en la misma onda. El más notable es David Prior, quien cofundó un club de membresía de viajes homónimo el pasado otoño con principios similares a los de Bring it Back.

«Muchos de nuestros primeros clientes acudieron a nosotros buscando un reinicio total», dice Prior. «Y nuestra respuesta para eso es ir más allá del spa y las vacaciones de senderismo y hacer algo mucho más creativo y meditativo». Aprender una nueva habilidad en su lugar de origen, dice, es una estrategia particularmente buena. «Es la idea de usar las manos para salir de la cabeza».

Para un cliente en busca de creatividad, eso significaba viajar de Tasmania a Sevilla y a la campiña inglesa, aprendiendo diferentes formas de cosechar fruta y producir mermelada, un alimento favorito en cada destino. Para una madre que buscaba conectarse con su hijo adolescente, se trataba de una serie de clases de alfarería y tintura añil con maestros japoneses.

Y a veces, se necesita más que un viaje interno, asegura Prior. Para el fundador de una importante empresa tecnológica que necesitaba un descanso, la estrategia fue mostrarle el mundo a través de una óptica no empresarial y cerrar la Sagrada Familia de Barcelona para el mayor momento de contemplación. Y para un cliente que había empezado a sentirse abrumado por la condición humana a la luz de la política actual, la receta fue un escape espiritual en Varanasi y Rajasthan, en India. Cada uno de los viajes de Prior se planea como un evento único, lo que él llama una «receta de viaje» personalizada.

«Queremos enviar a las personas donde se sientan más como ellos mismos, e identificar qué será lo más liberador para ellos», explica Prior.

La medicina que no sabes que necesitas

«La mayoría de los viajes de nuestros clientes están motivados por experiencias en peligro de extinción (la conservación de la vida silvestre o cultural) y, cada vez más, por el deseo de contribuir de forma filantrópica a los lugares que visitan», dice Jimmy Carroll, cofundador de Pelorus, una compañía de viajes de expedición con sede en Gran Bretaña. Su compañía tiene un asesor de vida en su nómina que puede crear programas para los huéspedes que buscan restablecerse espiritualmente o energizarse para los próximos desafíos de la vida, pero Carroll dice que la demanda aún es incipiente para este tipo de oferta.

“Solo hacemos unos cuantos viajes como este al año”, dice, “principalmente para los viajeros más jóvenes, personas en sus 30 que están constantemente conectadas. «Tener un entrenador de vida en tus viajes, no en tu vida cotidiana, te da tiempo para pensar y reflexionar, y eso hace toda la diferencia en términos de un cambio significativo».

«Esto es algo que veremos como motivador creciente de los viajes en los próximos dos a cinco años», predice Marchant, inspirado por la mayor conciencia de la salud mental y el bienestar integral .

Prior está de acuerdo. Ya trabaja en al menos media docena de recetas de viaje cada mes. «Hay una gran industria en torno a lo que estamos haciendo que aún no se ha aprovechado por completo», dice. “Es indudablemente un mercado en crecimiento; la gente cada vez quiere más usar su tiempo libre para enriquecer sus vidas de cierta manera».

La clave, dice Marchant, es pensar no solo como agente de viajes, sino como psicólogo.

«Tenemos que hacer coincidir los destinos y las experiencias con lo que las personas están pasando en sus vidas», dice Marchant. Y esta vez, un complejo de playa donde los mimen no bastará.

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