La experimentación con nuevos sabores están creando una experiencia de cerveza artesanal emocionante y que amenaza el paladar.
Si bien los expertos en cerveza artesanal miden la bebida en unidades internacionales de amargor -conocidas por su sigla IBU (International Bitterness Units) que cuantifican aproximadamente el amargor del lúpulo de la cerveza, ¿qué hay de la escala Scoville de una cerveza (SHU -Scoville Heat Units, una medida del picor en los pimientos)?
Las cervezas picantes son una moda actualmente y los cerveceros artesanales están experimentando con nuevas combinaciones de sabores. Ya sea que se elaboren mediante la adición de jugo, aceite o con los ajíes enteros, las cervezas picantes son lo suficientemente comunes como para que sea un estilo reconocido en BeerAdvocate.com.
A continuación presentamos una selección de siete ejemplos eclécticos bajo la clasificación SHU, grandes cervezas que deleitan el paladar con niveles de picante que oscilan entre sutil y ardiente.
Ballast Point, de San Diego, es la 17ª cervecería más grande de Estados Unidos -según las ventas. Esta cerveza contiene una base de lúpulo que no es broma. Ballast Point condimenta la receta estándar con habaneros, lo que adorna la bebida de brillantes notas cítricas al inicio y luego cierra con un final caliente para el cual solo hay un remedio: otro gran trago.
Barreled Souls, de Saco, Maine, es uno de los equipos cerveceros más adeptos de EE.UU. cuando se trata de adjuntos no ortodoxos. Teotihuacan es una de sus mejores recetas, elaborada con granos de cacao crudos y habaneros horneados. Registra 12,9 por ciento de alcohol por volumen. Una versión envejecida durante más de 11 meses en un barril de tequila es particularmente excelente, con grandes notas de chocolate, sabores asados en la periferia y un acabado que es floral y picante.
Bogedal es una de las cervecerías rústicas más única del mundo. Está ubicada en una granja bucólica danesa construida alrededor de 1849. (Los polipastos y poleas anticuados de propulsión manual se usan para transferir cerveza de una tina a otra, evitando las bombas eléctricas modernas convenientes que tienden a romper compuestos orgánicos más delicados). Su No. 600 lo tiene todo: granos de cacao de árboles silvestres, regaliz, copos de avena, azúcar moscovado y ajíes. Su sabor es achocolatado, ligeramente amargo y cómodamente picante.
En el lado más ligero del espectro, la Sante Adairius Rustic Ales, de California, apunta a una cerveza picante con su José Pimiento, una cerveza rubia de barril con chiles secos. Con una tonalidad dorada brillante, ofrece aromas de limón, piña y bodega. El sabor resalta los ajíes, y sintetiza la bebida en un conjunto amargo y picante, con un final seco.
Está garantizado que cualquier cerveza de barril de Upright es una bebida absolutamente estelar. Upright de Fatali Four sabe a trigo, levadura y una mezcla de ginebra y barriles de vino. Como si fuera poco, se agregan ajíes fatali de cosecha propia durante las últimas semanas de envejecimiento. El resultado es un bouquet de ginebra muy botánico, un sabor seco y ligeramente ácido con un acabado aceitoso de especias.
Esta cerveza tiene historia. Voodoo, de Pensilvania, generalmente recibe aclamación universal por sus cervezas envejecidas de barril, pero esta oferta en particular fue ciertamente bastante divisiva: el amor por la salsa picante es un requisito previo. Los barriles que lo albergaban empezaron a funcionar como simples contenedores para el bourbon Heaven Hill. Luego almacenaron jarabe de arce, luego salsa picante de Louisiana y, finalmente, Hotting Up, con un 11,1 por ciento de alcohol por volumen: pura potencia imperial. Después de madurar durante 18 meses en estas barricas de roble en su cuarto uso, la cerveza terminada es salvaje: grandes notas de especias redondeadas con sabores de chocolate, arce, soja y vinagre.
Lo que comenzó como una cerveza elaborada para celebrar el primer año de Westbrook de Carolina del Sur como cervecería es ahora uno de sus lanzamientos anuales favoritos para los fanáticos. Apodada Mexican Cake (torta mexicana), es una robusta elaboración con semillas de cacao, semillas de vainilla, astillas de canela y chiles habaneros frescos. Es terrosa, picante, esponjosa, picante, dulce: todo un pudín en vaso. Para aquellos que quieren esforzarse más, pueden buscar las variantes envejecidas en barril, que amplifican los sabores.