«Uruguay es conocido mucho por la carne, por el asado, por la parrilla, pero tenemos mucho más que eso. Tenemos excelentes productos», dice el chef uruguayo Hugo Soca.
Tras muchos años de trabajo en Francia, el cocinero uruguayo Hugo Soca decidió un día volver a su país para darle «identidad» a los productos y a la gastronomía nacional más allá del producto estrella: la carne.
Con esa idea montó el restaurante Tona, bautizado así en honor a su abuela, en donde habló de su libro «Hugo Soca cocina», que semanas atrás fue galardonado como el mejor libro de cocina latinoamericana y tercer lugar a mejor libro de chefs del mundo en los Gourmand Cookbook Awards 2019.
Si bien este premio no es ajeno para él, ya que lo consiguió en 2012 con su obra «Nuestras recetas de siempre», el uruguayo de 44 años aseguró que su nueva obra es diferente porque muestra, entre otras cosas, su labor con los productos de estación, el campo y el trabajo del productor rural.
«Muestra unas recetas fáciles, unas recetas simples y sobre todo que podeis cocinar con pocos ingredientes, que podeis cocinar rico y 100 % con ingredientes uruguayos. Todas las recetas están hechas con productos del Uruguay, que es un poco la filosofía que tengo en mi restaurante Tona», subrayó el cocinero sobre su publicación.
El texto tiene como meta «empezar a darle una identidad al producto fuera de la carne».
«Uruguay es conocido mucho por la carne, por el asado, por la parrilla, pero tenemos mucho más que eso. Tenemos excelentes productos como aceites de oliva, quesos de cabra y de oveja, miel y vinos. Una tierra maravillosa que nos da unos productos increíbles», puntualizó.
Al ser consultado sobre sus recetas preferidas del libro las primeras dos que nombró fueron la «increíble» torta de zanahoria y «sabrosos» ñoquis con salsa de tomate.
Fuera de este, Soca también recordó los desayunos que le hacía su abuela antes de partir a la escuela, en los que había churrascos, huevos fritos y pan casero, así como también los tallarines caseros de su madre.
«La cocina de las abuelas, de las tías o de las madres son cocinas y sabores que emocionan, que te hacen viajar en el tiempo», aseguró.
El uruguayo explicó que todo ese tipo de recetas las reivindica por la infancia que tuvo «criado en el medio del campo», donde iba a la escuela a caballo y en donde la luz eléctrica llegó cuando tenía 16 años.
Si bien en ese momento no se imaginaba la gastronomía como una profesión, Soca siempre estuvo en contacto con la cocina, lo que lo llevó a optar por esta como un medio de vida cuando se mudó a Montevideo.
En ese lugar, pudo cumplir muchos de sus sueños como llegar a la televisión, donde actualmente conduce el programa «De la tierra al plato», y escribir libros, aunque cuando era pequeño muchos le dijeran que eran utópicos.
«La gente de campo no llega a la ciudad y no trabaja en televisión» fue una de las frases que escuchó Soca de niño, así como también de adulto recibió la negativa de varias editoriales en cuanto a publicar su libro hasta que Aguaclara confió en su trabajo, hecho que el escritor destacó.
«Yo siempre digo hay que soñar», apuntó Soca, quien está diplomado en cocina, panadería, repostería y como sommelier, y tiene títulos de grado y posgrado en L’Ecole de Le Cordon Bleu y el Instituto Paul Bocuse (Francia).
El uruguayo contó que su próximo paso es la primera película de gastronomía nacional, cuyo proyecto se estrenará el 16 de octubre, y en la que se mostrará «la riqueza» que tiene el país contada desde su historia personal.
Mientras tanto, continuará con su programa televisivo y su restaurante, que más que eso es «la casa de Hugo».
«Vos venís a mi casa, yo te voy a recibir y te va a invadir un aroma a pan casero que acaba de salir», concluyó, no sin antes destacar dos de sus especialidades: los buñuelos de espinaca y las albóndigas estofadas, dos recetas de la abuela.