Se invertirán más de 16 millones de dólares en los programas sociales que potencian el turismo interno y social en nuestro país, para recuperar a uno de los sectores más afectados con la pandemia.
Durante una semana, la Organización Internacional de Turismo Social (ISTO) celebró un evento que congregó a países de todo el mundo para debatir y compartir sus experiencias de un turismo diferente.
En este ámbito, nuestro país es considerado un pionero en Latinoamérica, debido a los resultados positivos que se han obtenido para esta industria. En veinte años de funcionamiento de los programas Vacaciones Tercera Edad, Gira de Estudio y Turismo Familiar, se han visto beneficiadas empresas que operan estas iniciativas y personas que pueden viajar gracias a estas oportunidades.
En miras a una futura reactivación del turismo, Sernatur organizó un conversatorio que se enmarcó en la denominada Semana Virtual de Turismo para Todos, Solidario y Sostenible organizada por ISTO, instancia en que participaron representantes de cerca de doscientas empresas que son oferentes de los programas de Sernatur.
En la oportunidad, Andrea Wolleter, directora nacional de Sernatur, destacó que los “programas sociales contribuyen durante todo el año a desarrollar el turismo local, manteniendo flujos de turistas y ocupación en destinos nacionales que están fuera de los circuitos tradicionales. Esto se volverá incluso más que relevante cuando llegue el momento de retornar”.
Esta reactivación debería comenzar en septiembre, siempre y cuando la realidad sanitaria del país lo permita.
“Es por eso que parte de la inversión del gobierno en materia turística estará concentrada en capitalizar el potencial de estas iniciativas de turismo social e impulsarlas con más de 16 millones de dólares entre 2020 y 2021, a fin de que más personas viajen por Chile, lo cual redundará en que se vean beneficiadas más empresas”, afirmó.
Por ahora hay que además completar una serie de protocolos sanitarios para minimizar la transmisión de Covid-19, documentos que se están trabajando en coordinación con los gremios y otros actores de la industria; adaptar los paquetes turísticos a los nuevos requerimientos que supone convivir con el virus; y desarrollar planes de marketing, todo antes de volver a comercializar e reiniciar los viajes, según la planificación previa a la pandemia.