Se permitirán los vuelos de algunos países donde el coronavirus se considere controlada. El único país latinoamericano considerado es Uruguay.
Los Estados de la Unión Europea (UE) ultiman los detalles de un acuerdo para reabrir el 1 de julio sus fronteras exteriores, cerradas desde mediados de marzo, para los ciudadanos de algunos países dónde la situación sanitaria con respecto al coronavirus se considere segura.
Los Veintisiete trabajan sobre una lista que prevé autorizar las llegadas de apenas una veintena de países, entre los que estaría China, pero no Estados Unidos, que se ha convertido en el epicentro de la pandemia y el país más afectado, con más de 2,5 millones de contagiados y más de 125.000 muertos.
Los países confían en tener la mayoría necesaria para respaldar el texto antes del 1 de julio, indicó otra fuente diplomática.
El listado que se contempla prevé abrir las fronteras a los ciudadanos de Australia, Argelia, Canadá, China, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Serbia, Tailandia, Túnez, Uruguay y Ruanda.
Además de para Estados Unidos, las fronteras permanecerían cerradas para Rusia, el país más impactado en Europa, con más de 627.000 infectados y 9.000 muertos; y Brasil, el más afectado de Latinoamérica, con 1,3 millones de contagiados y más de 57.000 fallecidos.
Se quedarían fuera asimismo la mayoría de países de Latinoamerica, considerada por la Organización Mundial de la Salud epicentro mundial de la pandemia (acumula el 25 % de los casos a nivel global) y dónde la curva de contagios sigue siendo ascendente.
La UE cerró sus fronteras exteriores el 16 de marzo por 30 días para contener la expansión de la pandemia, una medida que se ha prolongado en varias ocasiones.
Las competencias en el control de las fronteras están en manos de los Gobiernos nacionales, pero la UE quiere coordinar la reapertura con el exterior para evitar el descontrol que se dio al inicio de la pandemia, cuando cada Estado cerró unilaterlamente sus puertas.
Con el desconfinamiento, la Comisión Europea recomendó a los Estados abrir sus fronteras con otros países comunitarios a partir del 15 de junio, pero se teme que si cada uno autoriza las llegadas del exterior de forma individual, acaben reintroduciéndose controles internos en el espacio de libre circulación Schengen para prevenir la propagación del Covid-19.
La UE ha conseguido aplanar la curva del coronavirus y los Veintisiete no quieren que los viajes desde terceros países pongan en peligro esta tendencia.
Al mismo tiempo, la llegada de turistas extracomunitarios es importante para los países que más dependen del turismo: la UE recibió 500 millones de visitantes de terceros países (la mayoría con destino al sur del continente) que gastaron 342.000 millones de euros en 2016, lo que la convierte en el primer destino turístico global, según datos de la Organización Mundial del Turismo.