Opinión
Cuando hablamos de sectores económicos golpeados por la pandemia, claramente dos de los más maltratados son el Turismo y la Gastronomía. Ambos generan mucho trabajo y además se pagan patentes e impuestos, mueven mucha fuerza laboral a través de proveedores que entregan sus materias primas y servicios, siendo una cadena muy larga de personas que vieron mermados sus ingresos y que pedían a gritos que esta rueda gire nuevamente.
Aunque solo fuera en sus terrazas habituales o las incluso improvisadas tomándose un espacio de vereda. Entendemos que para todos esto es nuevo, incluido el gobierno, los clientes y para todo el sector, pero pudimos sentir que las entidades fiscalizadoras tenían una posición de apoyo más que de castigo, lo que en definitiva se agradece. Existieron algunas descoordinaciones menores con temas que estaban permitidos y que personal del Seremi en terreno pidió modificar, pero siempre en la posición de ayudar. Todas las partes involucradas comprendieron que hay ajustes necesarios y que algunas cosas no quedaron 100% zanjadas, como el aforo que aún nadie logra entender cómo realmente se calcula.
Un hecho que nos alegra de sobremanera es que el mismo día de la apertura pudimos ver como restaurantes ya tenían agendada una semana de reservas por delante, esos son muchos de los clientes que esperaban ansiosos la posibilidad de salir, un poco con la necesidad de sentir que volvimos a la normalidad de antes, donde podíamos disfrutar de un agradable almuerzo o incluso un café bien conversado.
Y ¿qué viene ahora? Lo primero que hay que aclarar es que valoramos la medida, pero gran parte de la industria Gastronómica sigue detenida a nivel nacional. Esta apertura no resuelve todos los problemas que se generaron luego de estar con nuestros negocios cerrados por 6 meses. También queremos hacerle una invitación a todos los alcaldes de Chile, donde les pedimos que por favor permitan que los restaurantes puedan sacar sus mesas a la calle, que en compensación hagan planes especiales para poder lograr esto, ya que sería justo que de alguna manera le devuelvan la mano al sector por haber estado pagando patente por todo el año, sin prácticamente poder abrir nuestros negocios.
Otro análisis que planteo es lo que aún nos preocupa y esto tiene que ver con que esperamos no encontrarnos con situaciones como la apertura de los Mall, las filas para el retiro del 10% de las AFP y las interminables filas del Registro Civil. Sin duda, necesitamos que nuestros clientes sean conscientes de la situación y como lo hicieron en el día de la apertura, que mantengan la misma preocupación y respeto por las nuevas normas de relacionarse en espacios públicos. Por nuestra parte, tenemos claro que los restaurantes son lugares muy seguros, estamos acostumbrados a limpiar, mantener la buena higiene, a lavarnos las manos y a utilizar mascarillas. Nuestros clientes son la única variable de la interrogante que como empresarios del sector no podemos controlar, así que estamos en sus manos para seguir con los negocios abiertos y así poder entregarles las mismas alegrías de siempre.
