Reporte de oficinas estableció que la absorción neta anual para oficinas clase A+B finalizó con -39.553 m2, su menor registro anual desde que se monitorea este indicador.
El año 2020 terminó para Chile como el periodo con menor crecimiento económico desde la crisis del 2009. Los indicadores sanitarios de la pandemia provocada por el Covid-19 se mantuvieron estables durante el último trimestre del año, si bien la fragilidad de este equilibrio –tal como se ha evidenciado en Europa – no permite a los agentes económicos ni al Estado retomar las actividades con normalidad.
El mercado de oficinas cerró el año en un escenario inédito, con una absorción neta negativa, la cual, sin embargo, ya había sido anticipada por sus principales actores (propietarios, inversionistas y ocupantes). La vacancia de oficinas Clases A+B en Santiago aumentó en 1,7% durante el año hasta ubicarse en 6,4% del total de superficie de oficinas. Sin perjuicio de lo anterior, este valor, en el contexto de los últimos cinco años, debe ser visto con cautela, ya que es equivalente al del 2018 y más bajo que el peak de vacancia registrado el 2016 (10,6%).
«Lo inédito es que la absorción neta anual de todas las oficinas Clases A+B en Santiago destinadas para renta, sea negativa. Lo que se observa con mayor frecuencia son absorciones netas negativas trimestrales, que luego se revierten en los próximos periodos, o en un determinado submercado o Clase (A o B), pero no el total general anual. Y hay que tener presente que la vacancia hubiese crecido aún más si el 2020 se hubiesen entregado al mercado los proyectos de oficinas que estaban previsto inaugurarse, especialmente superficie en Providencia, Las Condes y La Dehesa”, explica Ignacio Errázuriz, gerente de servicios corporativos Newmark Contempora.
Una absorción neta negativa refleja que se restituyó a los propietarios de los inmuebles más superficie que la que les fue arrendada, comparando el último periodo de medición versus el anterior.
El informe también describe una nueva forma de trabajo de empresas de todos los tamaños, “quienes están reorganizando su estrategia inmobiliaria a largo plazo, pero también optimizando espacio y recursos en el corto plazo. Una decisión activable rápidamente es comercializar sus propias oficinas a terceros, y si bien es prematuro hacer una estimación y cuantificar su impacto en el mercado, la sensación predominante apunta a una reducción en la demanda agregada como consecuencia del teletrabajo y la incertidumbre respecto a las nuevas tendencias”, agrega el ejecutivo.
Por ejemplo, se han identificado a grandes ocupantes-propietarios en la industria de los servicios financieros reorganizando por completo el layout de sus edificios corporativos con énfasis en espacios flexibles para sus trabajadores, liberando superficies para posibles subarriendos. Por su parte, los pisos de oficinas que se han rediseñado han tendido a favorecer la implementación de plantas libres con menor cantidad de espacios privados y más para la interacción espontánea o informal.
El submercado que alcanza la mayor vacancia en Clase A es el Central Bussiness District (CDB), que en Santiago corresponde a El Golf, delimitado a grandes rasgos por los ejes de Andrés Bello, presidente Riesco, Vespucio, presidente Errázuriz y Tobalaba, con un 7,0%. En la Clase B, el submercado con mayor vacancia es el sector de Estoril, que presenta una desocupación de un 18,37% de desocupación. «En cualquier caso, la vacancia en Santiago continúa siendo sana cuando se compara con los indicadores de las principales ciudades de Latinoamérica», indica Errázuriz, que presentan un promedio regional de 17,4% de desocupación en Clase A.
Para 2021, cualquier mejora en el desempeño del mercado de oficinas dependerá de una solución permanente a la crisis sanitaria, escenario en el que el inicio del plan de vacunación anticipa mejores perspectivas para este segundo semestre.