Las abejas silvestres, junto a otros polarizadores, contribuyen al 85 % de los cultivos que consumimos, por lo que gran parte de la diversidad de alimentos que comemos depende de la supervivencia y el bienestar de las abejas.
La Organización de la Naciones Unidas (ONU) declaró al 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas, fecha que corresponde al aniversario del nacimiento de Anton Janša, pionero en el siglo XVIII de la apicultura moderna en Eslovenia, y quien además elogiaba lo eficiente que son las abejas y la poca supervisión que necesitan de su trabajo.
A través de la polinización -proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas- las abejas juegan un rol protagónico en la producción y reproducción de diversos cultivos y numerosas plantas silvestres en todo el mundo, convirtiéndose en agentes indispensables para conservar la biodiversidad. Día a día deben enfrentar factores externos que afectan su hábitat, tales como la aplicación indebida de agroquímicos, incendios forestales e incluso efectos derivados del cambio climático, los que se convierten en verdaderas amenazas para las colonias de abejas en todo el mundo.
“La mayoría de las personas asocian a las abejas sólo con la producción de miel, sin saber que ellas cumplen un rol crucial en la polinización de cultivos de interés agronómico”, sostiene Enrique Mejías, director general de Abeille Consultores quien, bajo el patrocinio de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), encabeza una investigación para desarrollar un método eficaz para combatir enfermedades apícolas. Asimismo, en su trayectoria profesional ha desempeñado labores de docencia en universidades y apoyo a la gestión en I+D+i.
Según la ONU, la mayoría de las 25.000 a 30.000 especies de abejas (Hymenoptera: Apidae) son polinizadoras eficaces y, junto con las polillas, moscas, avispas, escarabajos y mariposas, constituyen la mayoría de las especies polinizadoras. En esta cifra se incluyen diversas especies de abejas nativas que cumplen un rol fundamental en la preservación del bosque nativo.
En Chile existen más de ocho mil apicultores registrados, quienes manejan sobre un millón de colmenas, según los datos entregados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Por tal motivo, existe una preocupación permanente para preservar la actividad apícola nacional mediante actividades coordinadas por diversas agrupaciones gremiales de apicultores que desarrollan en conjunto con instituciones gubernamentales.
“Sin la abeja de miel (Apis mellifera) no hay agricultura, pero no debemos olvidar la importancia de las abejas nativas que en Chile superan las 450 especies descritas. Todas ellas nos ayudan a la preservación de ecosistemas y mantienen la biodiversidad de nuestros bosques nativos”, finaliza el investigador.
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