Una corriente que está hace 30 años en Chile es el Comercio Justo, que busca el desarrollo de los pueblos. Su fin es salarios o precios adecuados para los productores, la no explotación laboral y el cuidado del medio ambiente.
De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), éste es un sistema comercial basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional prestando especial atención a criterios sociales y medioambientales. Contribuye así al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores desfavorecidos, especialmente en el sur.
En Chile, esta corriente nace hace 30 años, y el presidente de la Organización Mundial del Comercio Justo, Rudi Dalvai, mencionó en su visita al país en el año 2019 que el movimiento en el territorio nacional “está listo para crecer, debido al interés de los consumidores”.
Según el doctor en Finanzas y Socio de PKF Chile, el Comercio Justo define diez principios internacionales básicos que deben ser cumplidos por las organizaciones que trabajan en él: “Creación de oportunidades para productores con desventajas económicas, Transparencia y responsabilidad, Prácticas comerciales justas, Pago de un precio justo, Asegurar ausencia de trabajo infantil y trabajo forzos, Compromiso con la no discriminación, equidad de género y libertad de asociación (sindical), Asegurar buenas condiciones de trabajo, Facilitar el desarrollo de capacidades, Promoción del Comercio Justo, y por último, Respeto por el medio ambiente”.
Con la llegada del Covid-19 y post estallido social, los consumidores comenzaron a adquirir productos por internet, a causa de que muchas cadenas de malls comenzaron a cerrar temporalmente. Francisco Leitao, cofundador de LOMI, cuenta que lo que hizo la pandemia fue dar la oportunidad al usuario de investigar, de preocuparse por sí y darse cuenta de que existen alternativas de productos con los mismo estándares y las mismas condiciones del mercado.
“Si pudimos darnos cuenta que existen productos que a lo mejor en un comienzo no se vendían tanto, pero hoy en día el consumidor, incluso en redes sociales, en respuesta de correo, etc. Nos mencionan como lo gratificante de comprar productos que sean sustentable, apoyen el medio ambiente o estén en línea de las necesidades de tener un mundo un poco más ecológico y reducir el impacto medio ambiental”, indica el ejecutivo de la plataforma materializada en pandemia que agrupa a más de 210 productores locales bajo los conceptos de comercio justo, sustentabilidad y reducción de la huella de carbono.
En esta línea lo que se ha observado en las investigaciones más recientes dan cuenta de un cambio de patrón o de preferencia en los consumidores chilenos hacia consumir productos con un enfoque local y más sustentable.
Por otro lado, en cuanto a las cuarentenas, Ivan Ojeda, investigador del Instituto de Economía Política y Social y coordinador del Laboratorio de Sociología Territorial de la U. Chile explica que todas las investigaciones están dando cuenta que esta idea de volver a la normalidad es un error, “Lo que vamos a ver es una nueva realidad social, bastante diferente a lo que vivíamos antes de la pandemia en la cual sin dudas se van a mantener algunas transformaciones en los patrones de comercio y los consumidores que se han ido estructurando en esta pandemia”.
El investigador también se refiere a que el estallido social impactó en lo imaginario de las personas en cuanto al proceso de apoyo al comercio local, “defender a los cercanos, potenciar a los negocios más pequeños, debido a todo el cambio social, y eso seguido de una pandemia que vino a reforzar esa concientización, logró generar una corriente, un cambio de conducta que beneficia al comercio justo. El tema de la explotación laboral, el medio ambiente y la alimentación saludable, fueron tópicos importantes en las manifestaciones, entonces todo ese proceso beneficia a los comerciantes pequeños y medianos”, puntualiza.