La covid-19 ha impactado en todo el mundo y en numerosos aspectos, incluso en la posición privilegiada que tenían algunas ciudades europeas en el ranking de los mejores sitios para vivir.
Auckland, la mayor urbe de nueva Nueva Zelanda, es la mejor ciudad del mundo para vivir.
Así lo determinó la Economist Intelligence Unit (EIU), quien clasificó 140 ciudades con base en factores como la estabilidad, la infraestructura, la educación y el acceso a la atención médica.
El ranking se realiza todos los años, pero en este la pandemia resultó ser el factor definitorio.
Hizo, por ejemplo, que las ciudades europeas cayeran de sus posiciones previas, mientras que las de Australia, Japón y Nueva Zelanda subieron en el ranking.
Esos países insulares respondieron rápidamente a la crisis de coronavirus y consiguieron minimizar los contagios y flexibilizar las restricciones.
Los países de la Unión Europea comenzaron con lentitud sus programas de vacunación y muchos estados miembros impusieron confinamientos estrictos que perjudicaron su desempeño en la encuesta de este año.
Auckland encabezó la lista seguida de Osaka en Japón, Adelaida en Australia, la capital neozelandesa Wellington y la japonesa Tokio.
«Auckland subió a la cima de la clasificación debido a su enfoque exitoso para contener la pandemia de covid-19, lo que permitió que su sociedad permaneciera abierta y la ciudad obtuviera una puntuación contundente», dijo la EIU.
«A las ciudades europeas les fue particularmente mal en la edición de este año», agregó. «Ocho de las 10 mayores caídas en la clasificación corresponden a ciudades europeas».
Viena, por ejemplo, cayó del primer lugar al 12. La capital austriaca había liderado la lista durante varios años, generalmente empatada con Melbourne.
Pero Hamburgo, en el norte de Alemania, tuvo la caída más dramática, retrocediendo 34 puestos para ubicarse en el 47.
Esta tendencia fue motivada por la presión a la que fueron sometidos los recursos hospitalarios, lo que resultó en un «puntaje de atención médica deteriorado».
Las medidas de confinamiento y las restricciones de movimiento han tenido un impacto en la calidad de vida de muchos ciudadanos, según el estudio.
«Ciudades de todo el mundo son ahora menos agradables para vivir de lo que eran antes de que comenzara la pandemia, y hemos visto que regiones como Europa se han visto particularmente afectadas», dijo la EIU.
Si bien la parte superior de la lista ha cambiado, el estudio señala que hubo mucho menos movimiento en la parte inferior.
Damasco, la capital de Siria, sigue siendo la ciudad donde la vida es más dura, en gran parte debido a la guerra civil que dura ya 10 años.
Muchas de las urbes que obtuvieron una mala clasificación se han visto afectadas por conflictos, lo que ha ejercido presión sobre sus sistemas de salud e infraestructura.
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