El reconocido restaurante Las Lanzas ubicado en Plaza Ñuñoa, en sus 40 años de historia se encuentra pasando por un difícil momento. Primero a causa del estallido social, para después volver a recaer con la pandemia provocada por la Covid-19.
Estos días se dio a conocer que Las Lanzas, un restaurante con más de cuatro décadas de trayectoria en el rubro de la gastronomía, se encuentra en una difícil situación y enfrenta una inminente quiebra l.
Una situación que no deja de ser ajena para pequeños y grandes empresarios, sobre todo al sector del rubro gastronómico y de entretención que, primero con el estallido social y luego con la cuarentena, no pueden reactivar sus ingresos, y el icónico restaurante ubicado en el corazón de Plaza Ñuñoa no es la excepción.
“El golpe económico de la pandemia hizo imposible poder dar cumplimiento oportuno y adecuado a los compromisos contraídos previamente. Ello, sumado a los costos fijos inevitables (arriendo, leyes sociales, etc), hace que el golpe sea aún más mortal (…) Nunca se superó económicamente el 15% de las ventas normales”, expresa Manuel Vidal Flores, dueño de Las Lanzas.
El local comercial facturaba un total de $70 millones mensuales, pero hoy se encuentra muy lejos de aquella cifra: de acuerdo con su dueño, logran tan solo un millón de pesos.
Por eso ha tenido que liquidar a varia gente del personal del local, como también bienes personales desde finales del 2020, a causa de la falta de ingresos. “La ayuda prometida del Gobierno nunca existió y nunca se dieron las facilidades sustentables con apoyo del estado, entonces ha sido complicado como para cualquier empresa”, deplora
Por otro lado, en cuanto a las ayudas y prestamos, Vidal contó que el crédito Fogape (Fondo de Garantía para Pequeños y Medianos Empresarios) no los ayudó. “El anuncio presidencial comprometió hasta 3 meses de ventas; pero al dejar la decisión y curso de esos fondos en manos de la banca privada, la ayuda se transformó en gestión de negocios y no ayuda. Por ende, el monto final del Fogape se cursó de acuerdo con criterios de riesgo comerciales y no a las necesidades del comercio. A nosotros se nos asignaron 4 millones de pesos”, señala Manuel, en cuanto a que el dinero se les fue en tan solo un día.
“En esta situación estamos muchos, muchas pymes a nivel nacional, los restaurantes, los bares, los cafés que funcionan de Rancagua hacía el sur (…) no todo se soluciona con una terraza, hay muchos locales que no tienen terraza”, expresó.
Desde este martes, la comuna de Ñuñoa volvió a fase 2 del Plan Paso a Paso, y puede volver a operar, pero con ciertas restricciones, por lo que Manuel expresa la alegría y esperanza que le da volver a ver gente en su local. “Nuestros parroquianos vuelven, siempre están presentes. Pese a ello, cambiar la atención de 70 mesas a 10 es muy duro en términos de balanza ingreso-egreso”, afirma.
Durante la jornada del pasado martes, vecinos y trabajadores del local se reunieron en apoyo a los alrededores del sector, por lo que Manuel recuerda lo grato que era recibir a su gente, “Era el ser una extensión emocional del hogar de nuestros parroquianos. Era el punto de encuentro y confianza con sus familias, amigos, amores y desamores. Este lugar lo transformaron en parte de sus propias historias”, manifestó Vidal.