Conoce la apuesta de Nayara Alto Atacama que invita a apoyar el turismo local y redescubre la cultura ancestral que da vida a San Pedro de Atacama.
Cada viaje es una experiencia única que nos invita a conocer lugares y culturas nuevas, pero son las comunidades locales las que nos permiten conectar con los sitios que visitamos, al compartir con los turistas su visión de la vida y el respeto por la tierra que habitan. El hotel Nayara Alto Atacama implementa esta filosofía desde el primer momento.
Nayara Alto Atacama recibe a sus huéspedes con un staff conformado por hombres y mujeres, en su mayoría atacameños, que encarnan la misión de hospitalidad desde el corazón. Conocedores de sus alrededores, cada uno de ellos se convierte en un valioso recurso por aportar ese dato único o historias que solo los lugareños conocen.
“Además de conformar un staff nativo de San Pedro de Atacama, en Nayara también implementamos un programa de becas de estudios secundarios para los jóvenes de la comunidad de Quitor, donde se encuentra emplazado el hotel, con el objetivo de apoyarlos a desarrollarse localmente y también en otros sitios de Chile”, cuenta Florencia Oriolo, Gerente de Experiencia en Nayara Alto Atacama.
Así mismo, se utilizan proveedores locales para abastecer las diferentes áreas del hotel. El restaurante Ckelar, dirigido por el reconocido chef Mariano Salaberry, usa productos regionales y de temporada para combinarlos con técnicas innovadoras y enfoques modernos en sus sabores y presentación. «Es una obligación para mí apoyar a los productores y agricultores del área, y un honor usar los sabores y texturas del desierto en todo lo que hago», afirma Salaberry.
Uno de los principales proveedores de las cocinas del hotel es la Granja Verde, un negocio familiar enfocado en el cultivo orgánico de verduras producidas en el desierto de Atacama. Dentro de los alimentos que la Granja Verde suministra Nayara Alto Atacama destacan las flores comestibles, mizuna verde, espárragos, verduras baby como el kale y mix de hojas verdes, entre otros productos.
En esa misma línea, el hotel suministra su cocina con lechugas hidropónicas provenientes de la localidad de Socaire a unos 86 km de San Pedro de Atacama, y con hierbas locales del emprendimiento Nellytar como la muña muña, arrope de chañar, algarrobo y rica rica, las cuales son utilizadas en diferentes preparaciones del restaurante Ckelar y del bar Puri en Nayara Alto Atacama.
El respeto por la naturaleza que da vida al desierto de Atacama también se plasma en cada área de Nayara Alto Atacama. Las excursiones del hotel no utilizan caballos como suele ser común en los tours que se realizan en la zona. Tampoco se visitan lugares fuera de los senderos establecidos ni se exploran espacios vulnerables a la contaminación ambiental como la Laguna Cejar.
El Jardín Andino del hotel, creado por la botánica y paisajista Verónica Poblete, rescata la cultura ancestral de San Pedro al estar compuesto por árboles nativos del altiplano, distintas variedades de cactus, arbustos y plantas comestibles, los cuales fueron plantados en más de 2.000 m2 de terreno árido para crear un paraíso natural en el desierto.
Cada espacio está lleno de detalles que invitan a los visitantes de Nayara Alto Atacama a descubrir la historia y cultura local de la comunidad que da vida a San Pedro de Atacama, así como también a conectar verdaderamente con la maravillosa naturaleza que entrega el norte chileno, sumergiéndose de lleno en la calma del altiplano.