La integración de espacios comerciales y de trabajo en proyectos residenciales están ganando terreno frente a los desarrollos tradicionales por sus múltiples aportes desde el punto de vista urbanístico.
La pandemia ha vuelto a resignificar la vida de barrio, instalando el concepto de “la ciudad a 15 minutos” que, en vez de separar los sectores residenciales del trabajo, el comercio y el entretenimiento, ahora los integran en un mismo sector para que no tengamos necesidad de llegar a ellos usando el auto o el transporte público.
En este sentido, los proyectos inmobiliarios de uso mixto responden muy bien esta aspiración, señala Ana María del Río, gerente comercial de Siena Inmobiliaria. “La cultura cambia y el tiempo adquiere otro valor, porque nos permite estar en familia, dedicarnos a las cosas que nos hacen feliz y nos preguntamos en qué lo estamos perdiendo, como en los desplazamientos para hacer deportes, comprar, estudiar o trabajar”, destacando que este tipo de proyectos que integran un mix de departamentos, oficinas y locales permite a las inmobiliarias agregar valor a los barrios y a la ciudad, poniendo servicios, comercio y espacios de trabajo a la mano de las personas, por lo que son fundamentales para mejorar la calidad de vida del entorno donde se insertan
Los proyectos de uso mixto también plantean desafíos para los desarrolladores, con el fin de lograr una convivencia en comunidad, de manera armónica, entre los distintos usuarios. “La responsabilidad de la inmobiliaria es lograr esto mediante accesos diferenciados, convivencias adecuadas y que los espacios permitan tener un win-win para todos los que viven, trabajan y se benefician del proyecto”, agrega la ejecutiva.
Desde el punto de vista inmobiliario, también hay beneficios porque aumentan la productividad del terreno. “Eso tiene que ver con las políticas públicas y comunales que permitan desarrollar más unidades, de mejor calidad, en mejores condiciones, al poder agregar todos estos usos mixtos, porque eso requiere mayor inversión en espacio urbano, pero también es un escenario perfecto para todas las personas puedan disfrutar de una misma calidad de vida independiente de la zona”, sostiene de Río.
La ejecutiva asegura que estas nuevas tendencias obligan a las inmobiliarias a pasar por un proceso de aprendizaje para saber cómo usar los recursos, cómo afectará cierto proyecto y qué mejoras entregará, además de los espacios que están requiriendo las personas para adaptarse a su estilo de vida y hábitos, poniendo como ejemplo la necesidad de integrar ahora estacionamientos para las motos, a raíz de boom de los servicios de delivery.