Con el repunte de la variante ómicron y el teletrabajo, el tiempo en casa aumenta y, con él, el importe de las facturas de la energía. Aquí, una serie de consejos que pueden ayudar a contenerlas.
Con el avance de la variante ómicron y su rápida expansión e incidencia, son muchas las empresas que han optado por recuperar, en este invierno de 2022, el trabajo desde casa.
Si el inicio de la covid-19 obligó a las empresas a implantar programas de teletrabajo, tras casi dos años de pandemia se ha comprobado que esta modalidad, que antes de 2020 tenía poca presencia en España, es una opción que puede beneficiar a ambas partes.
Sin embargo, del primer año de pandemia a hoy ha habido un factor que ha variado sustancialmente, y que afecta a todos los usuarios: .
Por ello, retomar el teletrabajo ahora mismo supone un quebradero de cabeza para muchas economías domésticas.
Proponemos a continuación algunas estrategias sencillas para que esta modalidad de trabajo siga resultando ventajosa para los trabajadores, sin por ello incrementar el coste de sus facturas de energía.
Todo teletrabajo conlleva consumo de energía. Por tanto, durante la jornada laboral se dará prioridad a la reducción de consumo en el resto de los aparatos de la casa.
Enchufes programables o temporizados, termostatos inalámbricos o con wifi y aplicaciones de domótica pueden ayudar a reducir el consumo de los aparatos domésticos y a consumir exclusivamente lo necesario para el trabajo.
El aspecto principal es saber que el teletrabajo también tiene un horario. Cualquier extensión del mismo va a conllevar un aumento en la factura de la luz y la calefacción. Por tanto, se ha de intentar realizar la jornada laboral en el tiempo establecido.
Ser riguroso con esto permitirá ganar en productividad y aprovechar al máximo el horario laboral. Además, al no haber desplazamientos al puesto de trabajo se optimiza y aumenta el tiempo libre disponible.
Seguir el mismo horario que se usa para ir a trabajar, incluyendo la rutina del desayuno, el aseo personal y la vestimenta, mantiene el biorritmo activo y ajusta la temperatura corporal a la rutina habitual.
Es importante considerar que el consumo eléctrico durante las horas de trabajo en casa se suma a los consumos cotidianos. Por ello es muy importante ser estrictos y rigurosos en este aspecto así como en los horarios y los equipos que se van a emplear.
Hay que intentar que los ordenadores, cargadores, tabletas, móviles, etcétera, queden completamente desconectados cuando no se está en la jornada laboral para evitar consumos fantasma.
También es recomendable hacer un uso racional de la iluminación por medio de flexos LED o lámparas de mesa, si no es necesario tener las luces generales encendidas durante el día. Se deben encender solo las luces necesarias y que vayan a utilizarse.
A nivel de temperatura, uno de los consejos más efectivos es aprovechar al máximo la iluminación natural y la radiación solar. A pesar del frío que pueda haber en el exterior, la luz solar siempre genera calor en fachadas y paredes.
Se debe intentar tener la mayor cantidad posible de luz natural en la zona de trabajo para reducir el consumo de luz eléctrica y aprovechar el calor latente. Proteger las ventanas con burletes, estores y cortinas evita que se pierda el calor generado por la calefacción en aquellas estancias que no se vayan a emplear y en las que no dé la luz del sol.
En caso de necesitar iluminación artificial, la tecnología LED es la más eficiente y, además, es fácilmente programable desde múltiples aplicaciones.
En la medida de lo posible, se debe intentar usar electrodomésticos con alta eficiencia energética (A+++). Aunque sus costes suelen ser más elevados, es una inversión interesante si el tiempo de teletrabajo se va a extender en el tiempo.
Tanto en la iluminación como en el funcionamiento de equipos hay que procurar apagar todos los dispositivos electrónicos cuando no se estén usando o al finalizar la jornada laboral. Los enchufes de los cargadores y mantener en standby los equipos electrónicos y los pequeños electrodomésticos puede consumir durante muchas horas sin darnos cuenta.
Se deben ajustar las actividades a las franjas de facturación y consumo. Tanto si se tiene tarifa plana de luz y gas como si no, lo mejor es hacer un análisis de los hábitos de consumo para hacer los ajustes que permitan consumir energía en los mejores momentos tarifarios.
Al estar en casa, se pueden programar los mejores horarios para cocinar y limpiar. Planificando las comidas se puede racionalizar el uso de los electrodomésticos y, así, evitar que se dispare la factura.
De cara a a reducir el consumo de calefacción lo más importante es mantener una temperatura confortable y estable. Para ello se pueden utilizar termostatos programables (en caso de gas) o enchufes temporizados (para equipos eléctricos).
En invierno, lo recomendable es mantener la calefacción entre 21ºC y 23ºC. En caso de tener que ventilar, al hacerlo no debe producirse una diferencia térmica de más de 10ºC con respecto a la temperatura de control del termostato. Además, un cambio térmico repentino podría ocasionar problemas de salud. Lo recomendable es no estar nunca por debajo de los 14-15ºC.
Hay que programar la calefacción para que su encendido sea eficiente. Por ejemplo, ventilar ligeramente la casa durante 15-20 minutos y posteriormente programar la calefacción a la temperatura de confort.
Si durante el día se va a estar abrigado y usando solo una o dos habitaciones se puede optimizar el consumo encendiendo la calefacción solo cuando y donde se necesite.
Elegir las tarifas que mejor se adapten a la jornada laboral, las actividades y, sobre todo, a la potencia que se necesite contribuye al ahorro energético.
Para calcular la potencia necesaria basta con sumar los consumos de los aparatos que se tienen en casa.
Obtenido este dato (y si hay divergencia con el consumo/potencia contratada actual) se debe solicitar a la compañía eléctrica la reducción o el aumento de la potencia según el tramo horario. Esto ayudará a ajustar los consumos en la factura.
La tarifa correcta ayudará al ahorro.
De nuevo la pandemia recupera el trabajo en remoto durante el invierno. Por ello, es recomendable aplicar estos consejos para ahorrar energía mientras se teletrabaja y evitar así que las facturas de la energía se disparen.
Javier Martínez Moronta, Profesor Universitario en UNIR. Arquitecto BIM. Especialización en Eficiencia Energética., UNIR – Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.