Publicidad
Dime con quién reciclas y te diré de dónde eres Opinión

Dime con quién reciclas y te diré de dónde eres

Publicidad
Melissa Jeldes
Por : Melissa Jeldes Consultora en innovación y emprendimiento. Directora de Glocal
Ver Más


Simulemos un juego para el Día del Reciclaje ahora que está de moda el autoconocimiento, como una herramienta para visualizar objetivos y lograrlos. Partamos de la base de que “la basura no existe” y que todos los desafíos que tenemos en esa materia son un error de diseño, en el que solo necesitamos aprender de la naturaleza y consumir en equilibrio, reintegrando lo que utilizamos a un ciclo en donde todo tenga una nueva vida.

La verdad este es un juego muy corto y, donde más vale la pena detenerse, es en sus conclusiones. Para partir entonces pensemos en la pregunta base: ¿con quién reciclas? Si puedes responder y tienes a alguien con quien reciclar de manera efectiva, seguro que vives en una gran ciudad. Ahora si además de eso cuentas con servicio de reciclaje en tu domicilio, es muy probable que habites en la capital.

Hace algunos días, un proyecto de reciclaje explicó la localización de su quehacer como si fuera una obviedad: “Es que el 60% de los residuos se generan en Santiago”, dijo. Pero hay variables que muchas veces hacen que lo obvio pueda estar equivocado, y este es el caso. Hay una razón muy importante para explicar que ese 40% restante es el más importante de abordar.

En términos de superficie, la Región Metropolitana representa solo el 2% de nuestro país y cuando profesamos mensajes sobre el cuidado del planeta y la tierra, debemos saber que el 98% del territorio restante, contiene una gran biodiversidad que también deberíamos proteger, cuando nos esforzamos por reciclar.

El problema dentro del tablero del juego del reciclaje, es que hay dos fenómenos particulares que hoy estamos viviendo como país y que los proveedores de esos servicios no están tomando en consideración: la migración pandémica y por cambio climático.

Existen muchas zonas ubicadas cerca de maravillas naturales únicas que han recibido una llegada masiva de habitantes desde Santiago y grandes ciudades, quienes -declarándolo o no- priorizan sobre todo lugares con acceso garantizado al agua, considerando que nuestro país ha sido y será uno de los más afectados por la sequía en el mundo.

El problema no es la migración, dado que todos tenemos el derecho válido a movernos por el mundo y tener acceso a la naturaleza, lo complejo es que se están habitando zonas que no están preparadas para los hábitos de consumo de quienes llegan y en términos de gestión de residuos hoy están colapsando.

Sigamos con referencias didácticas con un ejemplo concreto. En la zona lacustre de la Región de la Araucanía, donde hay zonas que han duplicado sus habitantes solo en el último año, si un relleno sanitario drena su toxicidad a un río, puede devastar un lago completo. Y en el norte hay ejemplos similares si consideramos los riesgos asociados con la contaminación en el mar.

Superemos el antropocentrismo y démonos cuenta de que no habitamos solos este país. Hablemosle directamente a las empresas, proyectos y emprendedores que no han sabido reconocer la verdadera necesidad y oportunidad detrás de sus soluciones de reciclaje. Que no se han adelantado a las evidentes tendencias de migración climática y pandémica que tienen a territorios del sur de nuestro país saturados con un crecimiento explosivo de población en donde hay muchas problemáticas por resolver, siendo la gestión de residuos una de las más evidentes.

Solo en una de las tantas comunas donde se ha dado esta tendencia se pasó de 28 mil a 45 mil habitantes en un año y no es de las más sobrepasadas con este tema.

En las zonas de nuestro país alejadas de grandes ciudades, el impacto negativo de la basura es muchísimo mayor. Los municipios que velan por su funcionamiento tienen escasos recursos y las pocas personas que se hacen cargo de ese desafío no están dando a basto.

Es que aunque existen muchas personas conscientes y comprometidas con el cuidado del medio ambiente, e incluso dispuestas a pagar por no ser parte de este dilema, la intención no es suficiente. Y pareciera que el problema de diseño tiene mucho que ver también con la excesiva centralización de Chile que -entre edificios de concreto- no puede empatizar con millones de otras personas y especies que hoy no están cerca de ellos. ¿Dónde se necesita más reciclar? Creo que es crucial llegar donde hoy no se tiene el foco puesto. Los invito a jugar, visualizar objetivos y lograrlos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias