La indagación incluyó un centenar de ciudades de todo el mundo y se centró en los procesos evolutivos de una especie común en jardines y plazas: el trébol blanco. La investigación, publicada en revista Science, detectó que las plantas que crecen en las urbes presentan diferencias genéticas en relación a las que viven en los campos.
Las ciudades y las concentraciones urbanas están transformando los ecosistemas, provocando alteraciones en la evolución de la vida en la Tierra. Ésta es una de las conclusiones de una investigación internacional, en la que participó el académico del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Talca, Pedro Gundel.
El estudio efectuado por distintos académicos a nivel mundial indagó sobre el proceso evolutivo de una planta muy común en jardines y plazas, como es el trébol blanco, e incluyó el análisis de sus cambios genéticos en un centenar de ciudades en el mundo.
Mediante la comparación de las poblaciones de las ciudades y de los campos adyacentes, los resultados comprobaron que, efectivamente, las urbes afectan los procesos evolutivos de esta especie. El trébol blanco, además de ser común en las ciudades, se utiliza como alimento para el ganado y para el césped.
“Este trabajo es el primero en demostrar que las ciudades no sólo afectan lo más evidente, como la biodiversidad general, sino que también afectan a las poblaciones de una misma especie, y las revisten de atributos evolutivos distintos a los de sectores rurales”, subrayó el profesor Gundel.
“Lo importante del estudio es que la ciencia está empezando a reconocer a las ciudades como un ecosistema aparte, particular”, enfatizó.
En este caso en particular, la investigación demostró que el trébol blanco (Trifolium repens) “se adaptó a las ciudades con cambios evolutivos que los convirtieron en individuos genéticamente distintos a los del campo”, precisó el especialista.
Las conclusiones de la investigación permiten afirmar que las ciudades, que son los territorios donde se produce la mayor intervención humana del planeta, actúan como verdaderas “fuerzas de selección sobre las especies, y éstas responden evolucionando. Los efectos antrópicos o generados por el hombre sobre los ecosistemas naturales actúan sobre los organismos vivos que allí habitan”.
La investigación de gran escala se denominó “Global urban environmental change drives adaptation in white clover” y fue publicada en la prestigiosa revista internacional Science.