Opinión
Los médicos veterinarios son una de las profesiones más antiguas de la humanidad y la que han trabajado en el control de alimentos para el consumo humano a nivel global. Además, por su formación generalista y sanitaria, permite generar intervenciones en el proceso productivo, para garantizar la inocuidad alimentaria en toda la cadena alimenticia desde el campo o mar a la mesa.
Es importante considerar y recordar que la mayoría de los brotes notificados de enfermedades transmisibles por alimentos (ETAS), se deben por la contaminación de agentes zoonoticos, que generalmente ocurren en la producción primaria.
En esta parte, se destacan intervenciones asociadas a la vigilancia, prevención y control de estas enfermedades, gestión del bienestar animal, control de calidad de los piensos (forrajes) y uso responsable de fármacos veterinarios para la identificar la causa inicial del evento y así, desarrollar medidas correctivas que deben realizarse en estrecha colaboración con profesionales de la sanidad humana y del sector silvoagropecuario, como también epidemiólogos, analistas, productores, entre otros.
El manejo de los recursos naturales es una de las principales preocupaciones que existen actualmente, tomando especial relevancia la responsabilidad y la satisfacción de las necesidades básicas, actuales y futuras.
La naturaleza se encuentra en una frágil balanza, siendo el equilibrio entre la producción y el cuidado de esta, un aspecto sumamente importante, debido a las características de la economía nacional, basada en la extracción de los recursos naturales y que, en consecuencia, se encuentra afectando a su entorno, representado por los ecosistemas y la sociedad, incidiendo tanto a la salud animal como humana.
Por lo tanto, unos de las problemáticas a la seguridad alimentaria son el aumento de factores de riesgos asociados al aumento de la población, con implicancia en cambio de patrones nutricionales, incrementos de las rutas y volúmenes comercializables de bienes alimenticios con altas demandas de alimentos de origen animal, que se relaciona con el cambio climático.
Esto, hace necesario que la Medicina Veterinaria en conjunto con otras disciplinas, puedan desarrollar un trabajo colaborativo, sostenible e integral, para que a través de esta alianza interdisciplinaria impacten en el desarrollo de políticas públicas sanitarias, acordes a las realidades y necesidades de las comunidades.
Por lo tanto, la propuesta de “Una Salud” que permitiría diseñar y aplicar programas, leyes e investigaciones, donde estos diferentes sectores disciplinares pudieran comunicarse y colaborar para mejorar la salud pública.
Por esta razón, es importante considerar que los alimentos, tienen una connotación asociado a los derechos humanos, donde los estados deben resguardar el acceso a todos y todas las personas, desde una alimentación adecuada y de calidad, donde a partir de esta mirada poder cumplir en primera instancia, con lo que se definió en la cumbre mundial sobre la alimentación (desarrollada en el año 1996), donde se acordó, cómo se debería alcanzar la seguridad alimentaria, incorporando la equidad y justicia social para el desarrollo de una vida activa y sana.
Además, cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) asociados al hambre y la pobreza, pero también que permita promover la salud y bienestar.
