¡Hola! Fuera de las responsabilidades que tendrán que ir estableciéndose contra las distribuidoras de energía eléctrica por el lento restablecimiento del servicio tras las tormentas, reconozco que nunca pensé que la anomalía climática que comenzó el martes en el sur del país y que avanzó inexorablemente hacia la zona centro-norte, alcanzando su peak la noche del jueves, dejaría a su paso más de 1 millón 200 mil hogares sin luz.
Mientras observaba, pensé: una cosa es escribir un newsletter climático y, otra muy distinta, apreciar en directo las consecuencias de los eventos extremos del clima.
¿Tiene alguna relación el brote inédito de la triple tormenta que azotó el país con el calentamiento global?
En esta edición de Juego Limpio veremos que los eventos de este fin de semana no fueron hechos aislados, sino que estaban unidos a una serie de otras extraordinarias anomalías registradas durante el otoño e invierno de este año y que, a su vez, se relacionan con eventos ocurridos en la Antártica y con el calentamiento súbito de una de las capas intermedias de la atmósfera.
Como una cara distinta de la misma moneda, revisaremos también las alertas que hicieron los cuerpos médicos a la organización de los Juegos Olímpicos sobre la ola de calor extremo en París, que ha impulsado que deportes como el triatlón, tenis, remo, rugby 7, vóleibol de playa y hockey entren en la llamada «zona de peligro».
En cuanto a la transición energética, la noticia de esta semana ha sido el megaproyecto de amoníaco verde que pretende instalarse en Magallanes y cuyo Estudio de Impacto Ambiental fue acogido a tramitación hace una semana.
Para ir cerrando, en el Termómetro del Clima nos detendremos en el día 2 de agosto y revisaremos, junto a la encuesta Ipsos, cuánto sabemos los chilenos sobre sostenibilidad o si verdaderamente entendemos algo por ello. Y para finalizar, en la sección ¡Eureka!, les dejaré algunos proyectos energéticos ingeniosos que luchan contra el tiempo para hallar la fórmula eficiente y económica que pueda jubilar el imperio de los combustibles fósiles.
¡Partamos a jugar limpio!
Para ponerlo en perspectiva, las ráfagas de viento que azotaron a buena parte del país, con voladuras de techumbres, árboles arrancados de cuajo de sus bases y olas de hasta 8 metros en la costa, son comparables con los vientos de los tornados F1. Solo la estación de la Dirección Meteorológica ubicada en Pudahuel anotó vientos que alcanzaron los 124 km/h.
Apenas se constataron los daños, hubo consenso general entre expertos en que lo experimentado hace cinco días fueron anomalías climáticas, no observadas hace muchos años.
¿Pero se trató de un hecho aislado? Para buscar respuesta, consulté al climatólogo Raúl Cordero, experto en caracterización de eventos extremos, incluyendo olas de calor, sequías, incendios, tormentas intensas y peligros glaciales. Su respuesta fue categórica: «Hemos tenido una temporada de otoño-invierno de extraordinarias anomalías climáticas».
¿Y a qué se debe?, pregunté a Cordero. Varias de estas anomalías –respondió– es probable que estén relacionadas con la debilidad del vórtice polar y la influencia de un evento de calentamiento estratosférico súbito que se produjo el mes pasado.
Para entender lo anterior, el delegado de Chile en el Grupo de Ciencias de la Tierra del Comité Científico sobre Investigación Antártica (SCAR) me explicó que el vórtice polar «es un ciclón a gran altura, formado por vientos que circundan el polo a gran velocidad».
Dentro de la misma línea del argumento, Cordero enfatizó que dicho vórtice polar ha estado, durante una buena parte del otoño y el invierno, relativamente débil, todo ello sumado a que hace un par de semanas se dio «un muy inusual evento de calentamiento estratosférico súbito, lo que ha debilitado aún más el vórtice polar». Aunque el vórtice polar se localiza a gran altura (por encima de los 10 km de elevación), su debilidad –advierte– «usualmente termina transmitiéndose a los vientos troposféricos», vale decir, a los vientos en la superficie terrestre.
¿Pero los fenómenos que experimentamos hace unos días pueden atribuirse al calentamiento global?
El climatólogo no duda:
«Aunque el vórtice polar ayuda a entender el desarrollo de eventos extremos, es muy poco probable que la sucesión de los mismos sea simplemente una coincidencia. Una de las consecuencias del calentamiento global es que hace más frecuentes e intensos los eventos extremos y lo que hemos visto en el último trimestre me parece un excelente ejemplo de eso».
De acuerdo con el informe anual de Global Carbon Project, la cantidad de CO2 que se arrojó a la atmósfera supuso un nuevo récord en 2023, con 40.900 millones de toneladas métricas, marcando el máximo de una curva que no hace más que subir desde 1995.
La descarbonización, mediante este método u otro, es uno de los desafíos centrales de la transición energética. Eso todo el mundo lo sabe o debería saberlo. Pero la ecuación no es simple. Son muchos los factores que se conjugan para que aquello que parece alcanzable y razonable se vuelva huidizo e insensato.
Una parte importante de esta preocupación es el megaproyecto de amoníaco verde que lidera el consorcio HNH Energy, conformado por las firmas austríacas AustriaEnergy y Ökowing, y el fondo de inversión danés Copenhagen Infrastructure Partners. Con una inversión de US$ 11 mil millones, el proyecto busca instalarse en la localidad de San Gregorio, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
El proyecto es ambicioso y nada fácil. Para cumplir con la estimación de elaborar 270 mil toneladas anuales de hidrógeno verde y 1 millón de toneladas anuales de amoníaco verde, esta megaindustria requiere la construcción de una planta desaladora de agua de mar y un parque eólico de 194 turbinas. Para la exportación del amoníaco, el proyecto contempla además un puerto multipropósito y su terminal marítimo de uso mixto, tanto para la importación de carga como para la exportación de amoníaco.
Visto así, cuesta pensar que alguien pudiera oponerse. Sin embargo, se anticipa una oposición de las comunidades y ONG nacionales e internacionales solo comparable a la que se levantó contra el proyecto hidroeléctrico HidroAysén.
¿Por qué? Porque se entiende que la magnitud del proyecto no se condice con el impacto sobre el territorio, las plantas desaladoras contaminarían las aguas y el parque eólico devastaría la biodiversidad de aves en la región.
Ante la pregunta sobre cómo conciliar la defensa de los territorios y la protección de los ecosistemas con la urgencia de descarbonizar el planeta, Cristopher Toledo, investigador de hidrógeno de Terram, me reconoce que se trata de un desafío complejo.
Ante lo que se vislumbra como una colisión frontal, la institucionalidad ambiental de la Región de Magallanes enfrenta un desafío hasta ahora sin precedentes.
En el SEA lo tienen claro. «Sin duda representa un importante desafío para la institucionalidad ambiental del país, en especial para Magallanes», confiesan. Y, acto seguido, declaran su fe:
¿Cómo lo harán? En el SEA me adelantan que se decidió reforzar los equipos técnicos de la Región de Magallanes, mediante la contratación de dos nuevos profesionales especializados en biología, tanto para el componente fauna como flora. Adicionalmente –señalan–, se creó en la dirección ejecutiva un equipo especial que prestará apoyo a la Dirección Regional durante todo el proceso de evaluación ambiental.
Pero a la ambición climática, a la oportunidad económica de vender energía a Europa, a la preocupación en cuanto a que la solución energética no termine perpetuando el colonialismo clásico de los territorios, al estrés de los ecosistemas y al desafío de la institucionalidad, se suma una visión económico-pesimista de aquellos que creen que ni por lejos el hidrógeno es una panacea, avizorando el rotundo fracaso de toda la industria.
Así lo cree Michael Liebreich, el principal experto en análisis e información de los mercados de energía de Bloomberg, que estará de visita este martes 6 de agosto en el país, invitado por Colbún –uno de los líderes de la energía fósil– para debatir sobre el futuro de la industria energética.
«Algo de lo que estoy seguro, no habrá naves con hidrógeno líquido porque es mucho más difícil de transportar; si en alguna parte del plan estaba la exportación de hidrógeno líquido, hay que olvidarlo. Ahora, si se piensa hacerlo como amoníaco y luego hacer el hidrógeno de este, es una locura, económicamente. Ninguna de las personas que escribieron las estrategias de hidrógeno sabía esto, lo garantizo. Es una aspiración».
Mucha agua puede correr todavía bajo el puente.
Tal como escribió el periodista Marco Fajardo hace seis días en El Mostrador, hasta el popular dicho sobre “pasar agosto” se ve trastocado por la actual triple crisis ambiental de cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad. Porque, según indican los datos de la Red Global de la Huella Ecológica (GFN por sus siglas en inglés), este año la humanidad apenas estuvo “pasando” julio, dado que el 1 de agosto la Tierra entró nuevamente en sobregiro ecológico.
El Día del Sobregiro de la Tierra se calcula dividiendo la biocapacidad del planeta (la cantidad de recursos ecológicos que la Tierra es capaz de regenerar ese año) por la Huella Ecológica de la humanidad (la demanda de la humanidad para ese año) y multiplicando por 365, el número de días que tiene un año ( o 366 días en un año bisiesto, como en 2024).
Dado el efecto acumulativo del exceso, que conduce a un incremento de este déficit hasta convertirlo en deuda, la fecha exacta del Día del Sobregiro de la Tierra para cada año es menos significativa que la magnitud del exceso ecológico.
La tendencia general de la progresión de fechas año tras año, como ahora comprenden, es idéntica a la de la relación entre la Huella Ecológica de la humanidad y la biocapacidad de nuestro planeta. Durante la última década, la fecha se ha mantenido más estable. Esto significa que la humanidad está añadiendo más daños a la biósfera a un ritmo constante.
Álvaro Salazar, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad y de la Universidad de La Serena, es doctor en Ecoclimatología de la Universidad de Queensland, Australia, y actualmente realiza un posdoctorado sobre los efectos climáticos de la restauración de la vegetación natural de Chile central.
Para Juego Limpio, el ecoclimatólogo interpreta el siguiente gráfico.
Si quieres calcular tu huella ecológica, pincha aquí: https://www.footprintcalculator.org/home/es
No cabe duda de que los Juegos Olímpicos de París 2024 no solo pasarán a la historia por las tres medallas de oro que ganó Simone Biles, sino también por la ola de calor extremo que no pretende irse de Europa.
El fisiólogo deportivo Mike Tipton describió que deportes como el triatlón, el tenis y el rugby 7 entran en una «zona de peligro» con estas temperaturas. El experto advirtió sobre los riesgos de desmayos, agotamiento por calor e incluso golpes de calor, especialmente en disciplinas que requieren un esfuerzo prolongado bajo el sol.
En el curso de los Juegos, atletas de diferentes disciplinas han expresado su preocupación. La dos veces olímpica Mathilda Hodgkins-Byrne señaló que el cambio climático es una amenaza creciente para el deporte y teme por el futuro de su hijo. Por su parte, el marchista australiano Rhydian Cowley, quien sufrió un golpe de calor, hizo un llamado a tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La presión legal y las demandas de los inversionistas han convertido las iniciativas ESG en un imperativo empresarial. En este contexto, la plataforma de consultas de opinión Ipsos realizó una nueva encuesta para conocer, por segundo año consecutivo, cómo la sociedad percibe estas acciones por parte de las compañías.
Para Juego Limpio contacté al autor del informe, Nicolás Fritis, y le hice llegar este breve cuestionario de tres preguntas:
–¿Cuáles serían las principales conclusiones que sacas tras los resultados del Monitor de Sostenibilidad 2024?
-Los datos muestran que el avance en materia de sostenibilidad que han hecho las empresas no se condice con un cambio hacia una cultura más sostenible en la ciudadanía. Hay una parte del mensaje que se está perdiendo en el viento, las empresas están trabajando mucho más que lo que las personas están viendo. Hay una necesidad de avanzar en educación y, sobre todo, en mejorar los mensajes para que sean más simples y acordes con el desconocimiento general de la población.
–A luz de la evidencia de la encuesta, ¿por qué crees que la ciudadanía entiende mejor el concepto de cambio climático, pero no identifica correctamente el concepto de la sostenibilidad?
-El cambio climático es un fenómeno que se ha comunicado mucho mejor que el tema general de la sostenibilidad, pero, por sobre todo, está generando efectos visibles en los chilenos. La sequía, los cambios en las estaciones, las olas extremas de calor, nos han hecho ser sensibles a este tema, porque nos afecta directamente. Ni hablar de lo que acaba de pasar esta semana con el temporal de viento.
–¿Qué responsabilidad tienen las empresas en comunicar a la ciudadana las gestiones que están haciendo para alcanzar una mayor sostenibilidad?
-Las empresas tienen, primero, la responsabilidad de transformarse hacia adentro, producir de manera más limpia, comprometerse al interior con generar lugares de trabajo más igualitarios e inclusivos, ofrecer productos y servicios responsables social y ambientalmente. Después de que logren eso, deben apoyar un cambio hacia una cultura más consciente de los consumidores, facilitar las prácticas más responsables, poniendo a disposición de la ciudadanía alternativas de productos responsables.
El pasado viernes pudimos observar en la Región Metropolitana –así como en muchas ciudades del sur– los efectos de temporal de viento y lluvia que azotó a buena parte del país la semana pasada y que obligó a la suspensión de clases en 10 regiones. Los vientos provocaron daños severos, con caídas de árboles sobre el tendido eléctrico y roturas de matrices de agua potable. Situaciones que mantienen hasta el día de hoy a muchos hogares sin energía eléctrica ni agua.
Como no es difícil estimar que situaciones como estas sean frecuentes en el futuro cercano, ya sea porque corresponden a circunstancias típicas del invierno o a anomalías climáticas, en el Termómetro del Clima de esta semana el profesor Pablo Sarricolea nos ayudará a entender a qué corresponde cada indicador de este mapa sinóptico, generado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio.
Pablo Sarricolea es profesor asociado, director del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile. Además, investigador adjunto del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, línea Ciudades Resilientes, y asesor científico del «Regional Copernicus Centre in Chile – CopernicusLAC-Chile», Centro de Modelamiento Matemático.
Este año, la isla de Ameland será pionera en adoptar esta nueva tecnología. Equinox ha creado una turbina submarina similar a un molino de viento, mientras que SeaQurrent ha diseñado una cometa submarina que genera electricidad al girar en forma de ocho alrededor de un generador en el lecho marino.
Países Bajos, tradicionalmente conocido por su dependencia de combustibles fósiles y su industria pesada, ha logrado transformarse en un emblema de la innovación sostenible. Hasta la década de 1970, el país enfrentaba graves problemas de contaminación del aire, escasez de tierras y el incremento del nivel del mar.
Un análisis satelital de la temperatura en el Gran Santiago durante los últimos 10 años reveló las zonas más afectadas por olas de calor, identificando puntos específicos para intervención. El proyecto “Barrios por el Clima”, impulsado por Corporación Ciudades y Fundación Ibáñez Atkinson, busca reducir la temperatura en espacios públicos o privados abandonados o sin vegetación.
El proyecto promoverá la implementación de iniciativas en las comunas más afectadas y participará en diálogos sobre la crisis climática y sus efectos urbanos.
Caso 1: Programa de Cumplimiento para Compañía Minera Florida S.A.
La SMA aprobó el programa de cumplimiento de Compañía Minera Florida S.A., tras 21 denuncias ciudadanas por material particulado y ruido. Inspecciones en 2020 revelaron fallas en las medidas de mitigación. La empresa se comprometió a implementar acciones en 24 meses, como la humectación de caminos y monitoreos de ruido. El costo total es de $965.574.000.
Caso 2: Cargos contra Galpón Pellet Futrono por Exceso de Ruido
La SMA formuló cargos contra el proyecto Galpón Pellet Futrono en Los Ríos, por superar los niveles de ruido permitidos. La empresa enfrenta una posible multa de hasta mil unidades tributarias anuales (UTA), equivalentes a más de $791 millones.
Caso 3: Incumplimiento del Plan de Descontaminación por Industrias Vínicas
La SMA acusó a Industrias Vínicas en Maule de no cumplir con las mediciones de emisiones de material particulado según lo requerido. La empresa arriesga una multa de hasta mil UTA. La superintendenta Marie Claude Plumer destacó la importancia del cumplimiento ambiental para proteger la salud pública.
Si tienen algún comentario, duda o información que quieran compartir, pueden escribirme a juegolimpio@elmostrador.cl.