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El costo del retraso de la ley de plásticos de un solo uso: 44 mil toneladas de desechos al mar

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¡Hola! Como muchos de ustedes, imagino, nunca he visto un huemul o un pudú en su ambiente natural. Me gusta pensar que antes era más fácil, antes de todo, antes de la deforestación, de la urbanización descontrolada y de un largo etcétera de lo que hoy conocemos como impactos antropogénicos. O tal vez no sea tan así, el pudú puede que haya sido siempre un pequeño ciervo muy tímido. Sea como fuere, de algo creo tener pocas dudas: será cada vez más difícil que alguna vez tenga la experiencia de cruzarme con una manada de huemules o con una familia de pumas con sus crías. Por fortuna, sí he visto cóndores y de muy cerca, caminando por los cerros de Los Andes, de donde soy oriundo.

En este número de Juego Limpio he querido hablar de conservación y, para ello, es aconsejable primero recordar que en los tiempos que corren, junto a la amenaza del cambio climático, hay que hacer frente a la crisis de la contaminación y la pérdida acelerada de biodiversidad.

  • Sobre esto último, acá les dejo un dato tan esclarecedor como sobrecogedor: Chile alberga más de 700 mil especies registradas, pero alrededor del 30% de ellas está en riesgo de extinción.

Pensemos en el mar, en el mar de Chile. De acuerdo con datos de la ONG Oceana, cada año se vierten en nuestros mares 23 mil toneladas de plásticos y envoltorios que se utilizan una sola vez. Ahora hagamos un cálculo aritmético muy sencillo. ¿Cuántas toneladas de plásticos y envases desechables eventualmente se vierten en un año y medio? Más de 44 mil toneladas.

Esa es la cantidad que podría llegar al mar desde el 13 de agosto de este año hasta inicios de 2026, después que la Cámara de Diputadas y Diputados aprobara –tal como lo hizo antes el Senado– un proyecto para aplazar en 18 meses la entrada en vigencia de la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso. En esta edición te contamos qué dice el Ministerio del Medio Ambiente de su responsabilidad –que la tiene– en el retraso de esta ley que se votó por unanimidad el año 2021. Y, también, te contaré de la estrategia global de las grandes cadenas de comida rápida para frenar iniciativas como esta.

  • En esta edición veremos igualmente cómo avanza el ambicioso proyecto 1000 Genomas,a través del cual nueve centros de investigación de excelencia chilenos se dieron a la tarea de secuenciar genéticamente a las especies endémicas de nuestro país, en un esfuerzo crucial para la conservación de la biodiversidad en Chile.
  • El primer animalito del que se conocerá en detalle su estructura de ADN será el pudú, luego que la ciudadanía lo eligiera para iniciar con él este proceso de secuenciación genética. El ciervo miniatura habita el sector cordillerano entre el Maule y Aysén y, según el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE), se encuentra en estado «vulnerable», vale decir, bajo amenaza.

Conversaremos además con el geofísico de la U. de Concepción Martín Jacques Coper sobre el fenómeno de la Niña, que de acuerdo con una nueva estimación llegaría a fines de invierno y nos hará olvidar rápidamente los ríos atmosféricos recientes, para recordarnos la sequía que afecta a la zona centro del país desde hace 20 años. Y ante las consecuencias adversas que traería aquello a la agricultura, el ministro del ramo nos contará, entre otras cosas, sobre la red Red Agrometeorológica Nacional, un proyecto piloto para que los agricultores puedan contactarse con la estación meteorológica más cercana a sus predios, a fin de anticiparse a los eventos extremos.

Para finalizar sabremos más de la misión del CCCC, el Comité Científico Asesor de Cambio Climático en Chile, que acaba de crearse y está integrado por destacados científicos de múltiples especialidades para apoyar la gestión del Estado. Paralelamente, te contaré cómo se prepara el país para la COP16, la cumbre de la biodiversidad que se llevará a cabo este año en la ciudad de Cali, en Colombia.

Y como bonus track, Alexandra Guerra, directora ejecutiva del Jane Goodall Institute Chile, nos introducirá al pensamiento de Goodall –la primatóloga más conocida del mundo–, quien estuvo de visita en nuestro país hace solo unos días, para recibir la distinción Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile.

Ya saben. La invitación está hecha. ¡Comencemos a jugar limpio!

  • Antes de comenzar,quiero invitarte a que compartas Juego Limpio, así nuestra comunidad crecerá más cada día. Si aún no te sumas, o si alguien que te aprecia te compartió este boletín, te invito a que te Inscribas gratis, para que no te pierdas los análisis y descubras los secretos del tema climático.
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El precio del retraso: 44 mil toneladas de desechos

En agosto de 2021, el Congreso aprobó de forma unánime la Ley N° 21.368, que tuvo como objetivo la protección del medio ambiente y la disminución en la generación de residuos.

Esta ley se sitúa en un periodo crítico. De acuerdo con estimaciones de organismos internacionales, solo en Chile cada año se vierten al mar más de 23 mil toneladas de plásticos y envoltorios de un solo uso, impactando no solamente en la contaminación de los océanos sino también en la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.

  • La legislación, después de tres años desde que se aprobó, debía entrar en vigencia el 13 de agosto de este año, pero el Congreso –a solo días de que se aplicara la ley– votó de urgencia un proyecto que retrasó en 18 meses la entrada en vigencia de la nueva normativa ambiental. Vale decir, que siendo una ley que se aprobó en 2021, su aplicación real quedó para 2026.

Para dimensionar hay que tener el siguiente dato. Dentro de los capítulos de la normativa hay uno particularmente sensible: que tanto los negocios de pequeño y mayor tamaño del rubro de la gastronomía, así como también las grandes cadenas de comida rápida, debían tener todo preparado para que, a contar de esa fecha, cada uno de sus procesos que incluyeran envases desechables –de plástico o no– fueran reemplazados por productos reutilizables.

Esto que puede verse como algo de sencilla aplicación, en el caso de las grandes cadenas implica cambiar toda una cultura, donde el comer y botar se apreció como una cualidad que forma parte del servicio que prestan. Desde esa perspectiva es que se entiende toda la campaña que han levantado a nivel global empresas como McDonald’s, para impedir que legislaciones como esta avancen en los países en donde se ha dado la discusión.

Pero vamos por parte. La primera responsabilidad del retraso en esta ley –que, de haber entrado en vigencia, pudo haber evitado que cerca de 44 mil toneladas de basura llegaran a los mares de este país– es del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), que debió haber elaborado el reglamento que permitiera la aplicación de ley, dando certeza jurídica.

El senador UDI Sergio Gahona, uno de los parlamentarios que presentó el proyecto de aplazamiento, señaló que el proyecto tenía como objetivo darle más plazo al Ejecutivo. «Dado que el Gobierno no ha podido dar cumplimiento con el reglamento para que esto se pueda materializar, dando claridad sobre cómo se iba a fiscalizar, entonces decidimos aplazar la ley, pensando también en los pequeños restaurantes, pequeñas y medianas empresas relacionadas con la gastronomía, que tuvieran más plazo para irse adaptando», me dijo.

  • ¿Y por qué el Ministerio del Medio Ambiente ha dilatado la elaboración del reglamento?Hechas las consultas, del MMA acusan que el retraso de debió a las numerosas observaciones que se agregaron tras una consulta pública.

«Los equipos legales y técnicos han elaborado un documento robusto, que incluyó una fase de participación ciudadana en que recibimos más 500 observaciones, cuando en promedio se reciben entre 50 y 100 observaciones. Se trabajó para incorporar esta visión de la ciudadanía con el objetivo de que el país cuente con la mejor normativa. Este reglamento estará en tabla en el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático durante agosto«, sostienen. Y agregan que, tras la firma del Presidente, el reglamento podrá ya ingresar a Contraloría para su revisión y toma de razón, cuyo plazo depende de dicho organismo.

Aunque resulte comprensible el argumento del retraso, Cristóbal Correa, de Oceana, complejiza más el tema con otra arista. «Pero la obligación principal de la ley de prohibir la entrega de desechables para el consumo dentro de los locales no depende –ni siquiera– de reglamento alguno», escribió para una columna que publicamos en El Mostrador esta misma semana. «Las cadenas de comida rápida no han realizado ningún tipo de esfuerzo por cambiar sus modelos y adecuarse a una ley que cumplirá tres años esta semana», agregó.

Y si el reglamento está prácticamente listo para ingresar a Contraloría durante este mes y, además, tampoco era necesario contar con él para la aplicación de esta normativa, ¿por qué se aplaza toda la ley 18 meses? Aquí la respuesta deja de ser tan consistente y da espacio a nuevos elementos que tienen sustento en la experiencia extranjera.

Aunque el senador Gahona me descarta que en el aplazamiento haya tenido que ver el lobby de empresas como McDonald’s –cuyo operador es Arcos Dorados para América Latina–, lo cierto es que diversas fuentes en el Congreso me han confirmado que la presión ha sido enorme, y que no viene de un solo lugar, sino que la fuerza emana de distintos frentes, incluyendo a sectores que se atribuyen la conservación ecológica. El argumento es claro y directo: «La reutilización de los envases produce más gases de efecto invernadero que la de los desechables». En otras palabras, el envase de un solo uso sería más ecológico.

¿Dónde se ha escuchado ese argumento antes? En Europa. Hace solo un par de meses, en Francia, se dio una tremenda polémica cuando McDonald´s y otras cadenas de comida rápida levantaron un estudio científico para defender el envoltorio desechable.

  • En esa coyuntura lanzaron la campañaNo Silver Bullet (No hay bala de plata), planteando que la reutilización era peor para el medio ambiente y que, por lo tanto, el modelo de todo desechable debía continuar.

Ante la arremetida de McDonald’s en Europa, fue que un grupo de científicos especializados en el análisis de ciclos de vida de envases decidieron revisar una serie de estudios en la materia, incluyendo el de la transnacional:

“Hemos analizado diferentes estudios de acuerdo con 11 criterios científicos y el reporte de McDonald’s no cumple con ninguno de los criterios que definimos. De acuerdo con nosotros, no puede considerarse ciencia”, sentenciaron ocho expertos, que publicaron el resultado de sus análisis en el medio científico especializado The International Journal of Life Cycle Assessment.

  • En el estudio, los científicos apuntan a que es necesario, en este tipo de legislaciones, que la evidencia que se entrega para la discusión parlamentaria pase la prueba del rigor científico. En el estudio se lee textualmente lo siguiente:

«Al comparar los envases reutilizables con los de un solo uso, existe una necesidad urgente de aclarar e integrar los requisitos metodológicos necesarios para garantizar la fiabilidad de los estudios y permitir una comparabilidad imparcial de los resultados».

«Centrándonos en el reciente debate en la Unión Europea (UE) sobre el Reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR), nos preocupa que estos estudios y otros similares puedan influir en las decisiones de los parlamentarios europeos y situar a la UE en una trayectoria potencialmente desfavorable para las próximas décadas. Instamos a que, si se utilizan estudios de ACV para tomar decisiones políticas, su metodología debe ser examinada minuciosamente antes de publicar sus resultados y conclusiones«.

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La amenaza latente de la Niña

Los ríos atmosféricos, las bajas presiones, los sistemas frontales y los anticiclones nos dejaron postales que van a quedar grabadas en muchos hogares, especialmente en aquellos que aún están sin servicios eléctricos, pese a que las razones de la falta de servicio dejaron de ser climáticas, para ser directamente administrativas.

Pero fuera de esta discusión, hace meses que la ciencia meteorológica viene prediciendo que el fenómeno climático de la Niña es irreversible. Nadie duda que llegará, solo que esta vez se dio una nueva estimación: a fines del invierno y comienzos del otoño, vale decir, dentro de un mes y medio más.

  • De acuerdo con los modelos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), existe un 70% de probabilidad de que el fenómeno se establezca durante este trimestre (fines de agosto, septiembre, octubre).
  • El hecho de que condiciones oceánicas necesarias –incluyendo un enfriamiento de al menos 0,5 °C– aún no se han cumplido, es lo que impide afirmar que la Niña ya se ha instalado.

Buscando causas climáticas de este retraso, consulté al geofísico de la Universidad de Concepción Martín Jacques Coper. «Para que se establezca la fase de la Niña, la temperatura superficial del mar (TSM) del Pacífico tropical centro-este debe descender por debajo de un umbral crítico. Eso ocurre cuando un gran volumen de agua subsuperficial fría aflora en la superficie. El desplazamiento de tal volumen de agua se puede monitorear y, aunque en marzo-abril de este año parecía que dicho afloramiento sucedería en pocos meses, esa situación se ha ido retrasando», explica.

¿Persiste entonces la incertidumbre? Jacques Coper así lo cree: «Si ahora se anuncia una probabilidad de 66% para septiembre-noviembre, aún hay >30% de probabilidad de una condición neutra. Eso refleja la incertidumbre».

Como en cualquier orden de cosas, no todo es necesariamente blanco o negro y las consecuencias de este fenómeno en Chile tampoco lo son.

«La Niña tiende a inducir veranos más lluviosos en el Altiplano, y eventualmente en la parte austral del país. Por otro lado, en el Atlántico norte, la Niña tiende a asociarse con condiciones favorables para una temporada de huracanes más activa. En general, los impactos de la Niña pueden ser positivos o negativos, dependiendo de la variable climática de interés y de la región. Lo esencial aquí es incorporar en el proceso de toma de decisiones que la información derivada de pronósticos estacionales tiene carácter probabilístico y suele disminuir su incertidumbre a medida que disminuye el horizonte de pronóstico».

  • Precisamente sobre la importancia de tomar decisiones oportunas, sobre la base de la mejor información científica en el marco de las probabilidades, es que consulté para Juego Limpioal ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, sobre la transferencia de información científica desde el mundo de la gente y el agricultor. Y de más está decir que fenómenos de esta naturaleza y la oportuna reacción no solo pueden tener impacto en el negocio, sino que también se reflejan en el precio de los productos. En el bolsillo de los hogares.

A través de la Unidad de Emergencia del Minagri respondieron que la Unidad de Gestión de Riesgo de Desastres Agrícolas (UGRA) ha estado impulsando un Plan Invierno –que más adelante continuará como Plan Primavera–, que consiste en difundir permanentemente información sobre alertas meteorológicas y recomendaciones para que los agricultores de los distintos rubros (producción ganadera, apicultura, fruticultura, hortalizas, producción bajo invernadero, etc.) puedan enfrentar los entornos climáticos cambiantes de la temporada. «Estas recomendaciones van asociadas a los distintos eventos que ha ido enfrentando la agricultura el último tiempo: precipitaciones y vientos intensos, heladas, alzas de temperaturas, entre otros fenómenos».

«La Niña en primavera ya es casi un hecho y se esperaría que se prolongara hasta el verano 2024-2025. Con la Niña normalmente se producen heladas y también se reduce la posibilidad de precipitaciones, pudiendo ocasionar déficit hídrico o sequía en algunas zonas del país (zona central y sur durante primavera-verano)».

En lo concreto, el ministro Valenzuela señaló que especial confianza tienen en la agregación de valor de la plataforma AGROMET de la Red Agrometeorológica Nacional (RAN), que consiste en un sistema piloto para enviar alertas meteorológicas y el mejoramiento en la gestión de datos (PYT-2022-0497), proyecto desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

«El Sistema permite la detección en tiempo real de zonas expuestas a riesgos climáticos y de generación de información crítica asociada para el soporte de decisiones” (código ID23I10272), que permitirá contar con información ajustada a necesidades locales (piloto regiones Ñuble y Biobío), definiendo variables y umbrales de riesgo según las condiciones del territorio, más una plataforma de alertas de acuerdo con perfiles de usuarios y cultivos priorizados por índices de vulnerabilidad.

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1000 Genomas: la secuenciación genética de Chile

Hace pocos días, de la fundación Fundación Rewilding Chile me contactaron con una información que los tenía positivamente impactados.

  • En el borde costero de lo que será el futuro Parque Nacional Cabo Froward, ubicado en el punto más austral del continente americano, un equipo de investigación de esta fundación tuvo un encuentro inesperado en su última expedición: un joven huemul macho, posiblemente desplazado por otro macho y en búsqueda de nuevos territorios.

El avistamiento –me señalaron– abría esperanzas de hallar en el último confín del continente americano una subpoblación de esta especie, la cual se encuentra catalogada en peligro de extinción desde 1973.

El huemul originalmente habitaba en Chile desde la Región de O’Higgins hasta la de Magallanes. Una serie de amenazas, destacando entre ellas la fragmentación y degradación de su hábitat, han provocado que hoy solo sobreviva el 1% de su población original y que su área de distribución haya disminuido en más de un 50%. Además, las poblaciones están cada vez más aisladas entre sí, lo que expone a la especie a extinciones locales.

  • Este hallazgo y la esperanza de conservación que levantó el equipo de investigación me hizo recordar el proyecto 1000 Genomas, tal vez una de las iniciativas de mayor proyección que se haya llevado a cabo en Chile sobre conservación de la biodiversidad.
  • En el proyecto 1000 Genomas, nueve centros de investigación de excelencia (CMM, iBio, ACCDIS, BASE, CHIC, IMO, Copas, IEB e IMO) se propusieron la tarea de descifrar la vida a nivel molecular de las especies endémicas del territorio nacional, ya sea fauna, flora y también microorganismos. Es a través de esta secuenciación genética que se permitirá conocer en detalle el ADN de las especies, para una comprensión profunda de su biología, sus adaptaciones y también vulnerabilidades.

Para Miguel Allende, director del Instituto Milenio Centro de Regulación del Genoma – CRG, académico de la U. de Chile y coordinador del Comité de Educación en 1000 Genomas, en el caso de especies en peligro de extinción, como el huemul, este conocimiento es esencial para que puedan desarrollarse estrategias de conservación más efectivas, como programas de reproducción en cautiverio, reintroducción en sus hábitats naturales y la identificación de genes que puedan estar asociados con la resistencia a enfermedades o a cambios ambientales.

«La secuenciación genética es una herramienta poderosa en la identificación y estudio de enfermedades genéticas en animales. Al secuenciar el genoma de una especie, podemos identificar mutaciones o variaciones genéticas que estén asociadas con enfermedades. Esto no solo nos permite entender mejor estas enfermedades, sino que también nos ayuda a desarrollar estrategias para prevenirlas o tratarlas. Además, la secuenciación genética puede revelar patrones de susceptibilidad a enfermedades que podrían ser cruciales para la conservación de especies en riesgo«.

Este trabajo de secuenciación genética, me cuenta Allende, no ayudará solo a las especies de estudio, sino también resultará clave en la detección de patógenos emergentes, como los virus zoonóticos, que no amenazan únicamente a la biodiversidad, sino que pueden transmitirse a los humanos, como ocurrió con el SARS-CoV-2. «Esto subraya la importancia de monitorear y estudiar estos patógenos para prevenir futuras pandemias y proteger tanto la salud humana como la de los ecosistemas».

Para iniciar este proceso de secuenciación, el proyecto vinculó a la comunidad a través de una consulta ciudadana para preguntarles con qué especie chilena se debería partir. Candidatos no faltaron. El cóndor y el huemul tuvieron posiciones destacadas, pero finalmente el vencedor fue el pudú.

  • El pudú o Pudu puda, nombre científico otorgado en el siglo XVIII por el sacerdote naturalista conocido como abate Molina, es un mamífero perteneciente a la familia de los Cervidae. Este tipo de mamíferos se caracteriza por ser rumiante, poseer largas y delgadas extremidades, y en gran parte de sus especies presentan cuernos en la parte superior de la cabeza que se renuevan anualmente.

La bióloga Juliana Vianna será –junto a un grupo de investigadores– la encargara de revelar la secuenciación genética de este pequeño ciervo y me cuenta que, conociendo la diversidad genómica, se puede «tener un proxi de su estado de conservación», ya que esta representa el potencial adaptativo de la especie, pues una especie con baja diversidad genómica posee baja capacidad para responder a cambios ambientales (sean naturales o debida acción humana) y, por lo tanto, persistir en el tiempo.

«Estudiando fragmentos pequeños del ADN vimos diferencias genéticas entre el pudú de la Isla de Chiloé y del continente, un genoma permite comprender aún mejor estas diferencias y posee una implicancia directa en las estrategias de manejo, como es el caso de las áreas de reintroducción de los animales. Esta es una especie que infelizmente es frecuentemente derivada a centros de rehabilitación, debido al impacto de perros de vida libre que atacan frecuentemente al pudú en diferentes áreas de Chile. En su mayoría mueren, pero algunos llegan a centros de rehabilitación. En este caso, obvio que debe haber además otras acciones de políticas públicas efectivas para que esto no siga ocurriendo«.

Que la biodiversidad de Chile sea secuenciada en nuestro país –apunta Vianna– posee muchas implicancias, como el patrimonio genético y generación de conocimiento, pero también la formación de futuros científicos.

  • «El proyecto 1000 Genomas está en constante contacto con expertos internacionales y adscrito a consorcios internacionales (Earth Biogenome Project), que están continuamente actualizando en tecnologías y análisis de datos que cambian continuamente, e intercambiando experiencias e información. Todo esto apoya en el desarrollo del proyecto, pero también en la formación de capital humano. En una situación de emergencia como ha sido una pandemia, necesitamos científicos formados en este minuto».

En términos de estudios científicos, todos los genomas generados serán publicados por un grupo de investigadores, de manera que estén disponibles en bases de datos públicas.

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La esperanza, pese a todo, de Jane Goodall

No cabía un alma. En un salón repleto de estudiantes y académicos en la Universidad de Chile, la doctora Jane Goodall se acercó el viernes pasado al micrófono y, de pronto, comenzó a emitir sonidos que imitaban los aullidos de un mono en Tanzania. «Así es como me llaman los chimpancés», aclaró rápidamente, provocando risas y aplausos en el público.

Durante la charla magistral, en el marco de la distinción Doctor Honoris Causa que le otorgó la Universidad de Chile, la emblemática primatóloga dio a conocer sus «razones para la esperanza». Confía en los animales, claro está, pero también en los humanos. En su capacidad para enmendar el rumbo, aunque sea a última hora.

Por diferentes medios busqué conversar con ella, pero como a sus 90 años sus actividades son restringidas, para conocer más en detalle me acerqué a Alexandra Guerra, directora ejecutiva del Jane Goodall Institute Chile, quien respondió un breve cuestionario.

-Conociendo su pensamiento, ¿cuál sería el mensaje principal que viene difundiendo Goodall en un mundo en que, además del cambio climático, padecemos la crisis de la biodiversidad?

-El principal mensaje de Jane Goodall respecto a todos los acontecimientos de cambio climático que están sucediendo y también la crisis que estamos viviendo en conservación de la biodiversidad, es principalmente el tener esperanza. Ella bien reconoce que la ventana de tiempo que tenemos para poder hacer frente a esto, para poder hacer mejor las cosas, se está acortando. Sin embargo, en esta brecha de tiempo tenemos que albergar y mantener muy viva la esperanza de que las cosas pueden cambiar, de que las cosas pueden ser mejor, de que realmente sí podemos cohabitar con todas las especies de la naturaleza que nos rodean y de la cual somos parte. Sin embargo, esta esperanza tiene que ser gestionada o llevada a cabo a través de acciones concretas.

-Siguiendo el pensamiento de Goodall, ¿cuál es la relación de dependencia entre el ser humano y el resto de la especies? ¿Por qué, si no se hace una buena conservación, se hipoteca el futuro?

-Nuestra especie, como una especie más que habita el planeta, obviamente que va a depender del equilibrio del ecosistema. Dependemos de la existencia de otras especies para poder vivir en armonía. Y no me refiero solamente al mundo animal, sino que también tenemos que pensar en la flora, en el reino fungi, en los insectos, las abejas y otros polinizadores, como aves y murciélagos, con quienes también cohabitamos. Si se pierde el equilibrio del ecosistema en el cual hemos evolucionado, bajo condiciones muy específicas, definitivamente termina afectándonos a nosotros como especie. Lamentablemente, nuestra especie está presionando algo que es muy frágil y creo que deberíamos poner más atención a cuidar el ecosistema tan frágil en el que vivimos, porque es el que mantiene el equilibrio de la vida en la Tierra.

¿Cuál es la misión de presente y futuro del Instituto Jane Goodall Chile?

-El pilar fundamental del trabajo del Jane Goodall Institute en Chile es promover la educación ambiental en nuestro país, porque la educación es una herramienta muy potente que no solo involucra la adquisición del conocimiento, sino también la integración del mismo. Esto lo llevamos a cabo a través del programa educativo Roots & Shoots (raíces y brotes en español), el cual tiene por objetivo la creación de diferentes grupos que promuevan un cambio positivo a través de diferentes acciones que tengan un impacto sobre animales, medio ambiente y comunidades. A través de este programa educativo y también de nuestro programa, el Día de la Fauna Chilena, es que buscamos como objetivo, tanto en el presente y a futuro, el poder inspirar a más personas a través de la adquisición de conocimiento e integración de este, poder tomar mejores decisiones que las que hemos tomado hasta ahora, que realmente tengan un impacto positivo sobre la conservación de la naturaleza y su biodiversidad y, obviamente, también el poder generar un cambio. Como bien dice la doctora Jane Goodall, “cada acción cuenta”. Nosotros podemos marcar la diferencia desde diferentes aspectos y ámbitos de nuestra vida, pero tenemos que decidir qué tipo de diferencia queremos marcar.

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CCCC: una tarea contra el tiempo

Hace pocos días sesionó por primera vez el recién creado Comité Científico Asesor de Cambio Climático (CCCC) en Chile. La misión de este equipo de científicos es brindar asesoramiento al Ministerio del Medio Ambiente en la elaboración, diseño, implementación y actualización de los instrumentos de gestión del cambio climático. O sea, una carrera contra el tiempo.

Un dato previo para tener en cuenta:

  • Fue en la Ley Marco de Cambio Climático que se estableció la creación de este Comité Científico de Cambio Climático, con la finalidad de asesorar al Ministerio del Medio Ambiente (MMA) para enfrentar los efectos adversos del cambio climático en las diversas esferas de la vida, de manera que se adopten e implementen sobre la base de la mejor evidencia científica disponible. En la misma ley se estableció un Decreto (Decreto Supremo N° 15, 2023) que fija las tareas del comité, como también las funciones, con un calendario de trabajo anual.

Para conocer con mayor cercanía el desafío del CCCC, conversé con Sandra Cortés, quien es experta en enfermedades relacionadas con el medio ambiente. La primera presidenta de este comité refiere que la parte inicial de su trabajo es transmitir, nada menos, que su propia existencia.

«Necesitamos que Chile sepa que existimos como comité y que tenemos tareas que cumplir mandatados por ley. Para cada uno de los miembros de Comité Científico, nuestro trabajo representa una gran responsabilidad, dada la crisis climática que enfrentamos junto a otras crisis sociales y ambientales. Como Chile ha tomado diversos compromisos internacionales, a nosotros nos corresponde apoyar en la incorporación de estos compromisos en los instrumentos de gestión climática, tal como los planes de adaptación y de mitigación y, por cierto, en la estrategia climática de largo plazo –ECLP-LIVIANO.pdf (mma.gob.cl)–. El objetivo global es avanzar en la reducción gradual de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que significa avanzar en acuerdos con diferentes sectores a través de los instrumentos de gestión nacionales, y también regionales y comunales».

El comité científico, que preside Cortés, fue seleccionado a partir de un llamado específico del Ministerio de Ciencia a principios de este año, el que fue abierto a todos quienes han trabajado en temas relativos al clima. De los 42 candidatos y candidatas admisibles, se seleccionaron 11 investigadores con experiencia y excelencia académica, participación de género, presencia de regiones y, especialmente, la integración y complementariedad de disciplinas. «Somos un grupo que reconoce su complementariedad y su compromiso de trabajar ad honorem para mejorar la toma de decisiones basada en la evidencia científica».

  • En efecto, el equipo esta formado por expertos en ecosistemas marinos, de montaña, terrestres, especialistas en salud pública, climatólogos, expertos en recursos hídricos para la agricultura, en la dimensión humana del cambio climático desde una perspectiva psicológica, en nutrición de rumiantes, en diseño urbano sustentable, en el estudio de la adaptación de especies vegetales a entornos contaminados, y en optimización de sistemas de energía renovable, entre otros.

La tarea contra el tiempo, explica la experta en Salud Pública, tiene que ver con desafíos impostergables, con la revisión de planes de adaptación y mitigación en áreas fundamentales para las comunidades, como en biodiversidad, salud, recursos hídricos, entre otros. Además, les corresponde apoyar en la elaboración de la actualización de la contribución nacionalmente determinada, que Chile deberá presentar en la COP30 en Brasil, el año 2025.

«Pero, sin duda, si el Ministerio del Medio Ambiente nos lo indica, estamos preparados para entregar nuestra opinión experta en otras materias emergentes y de impacto para el país, relacionadas a clima».

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¡Eureka!

1. «Altamira en riesgo: un modelo matemático para salvar el arte rupestre del cambio climático»

Las emblemáticas pinturas rupestres de la cueva de Altamira, conocidas como la «Capilla Sixtina del Arte Paleolítico», enfrentan una amenaza inminente debido al cambio climático. Científicos han advertido que el aumento de las temperaturas exteriores y la consiguiente elevación de los niveles de dióxido de carbono (CO2) dentro de la cueva, podrían causar un deterioro irreversible en las imágenes de bisontes, ciervas y otras figuras plasmadas por los artistas del Paleolítico Superior hace más de 35.000 años.

Para enfrentar este desafío, un equipo de investigadores españoles y franceses ha desarrollado un modelo matemático que se ha revelado como una herramienta clave en la conservación del arte rupestre. Este modelo, resultado de un estudio llevado a cabo por instituciones como el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Instituto Geológico y Minero (IGME), permite proyectar escenarios futuros sobre la concentración de CO2 en la cueva, tomando en cuenta tanto factores climáticos externos como la actividad humana en su interior.

Roberto Ontañón, director de Cuevas de Cantabria, subraya la importancia de este modelo para la gestión de los sitios arqueológicos. Actualmente, las visitas a Altamira están restringidas a cinco personas por semana, pero podría ser necesario eliminar este cupo para proteger las pinturas. Además, se plantean otras medidas de conservación, como la instalación de antecámaras para aislar mejor las cavidades y la protección del entorno exterior para evitar la dispersión de microorganismos que podrían dañar las obras.

El estudio también destaca la necesidad de limitar la insolación y mantener el suelo exterior sin modificaciones para evitar el levantamiento de partículas. Con este enfoque preventivo, los científicos buscan mitigar los efectos del calentamiento global en las joyas del arte prehistórico y preservar este patrimonio invaluable para las futuras generaciones.

2. Lo último en energía sustentable: aerogeneradores sin aspas para proteger aves y mejorar la eficiencia

En la actualidad, la energía eólica representa el 23% de la electricidad en España, una cifra que crece cada año gracias al apoyo del país a las tecnologías limpias. Sin embargo, los tradicionales aerogeneradores presentan riesgos significativos para la fauna local, en especial para las aves, y pueden causar problemas de salud en comunidades cercanas, debido al ruido de baja frecuencia.

Frente a estos desafíos, una innovación española podría cambiar el panorama: aerogeneradores vibratorios sin aspas. La empresa Bladless Vortex ha desarrollado un dispositivo que, mediante oscilaciones generadas por el viento en una estructura cilíndrica, produce electricidad sin las aspas tradicionales. Este diseño no solo reduce el riesgo para las aves, sino que también es más económico y adaptable a diversos entornos.

El Bladless Vortex tiene dos modelos: el Vortex Nano, para pequeños dispositivos, y el Vortex Tacoma, que puede alimentar instalaciones pequeñas fuera de la red. Con planes para desarrollar modelos más grandes que puedan suministrar energía a hogares enteros, esta tecnología promete ser un complemento valioso para otras fuentes de energía renovable, como la solar.

Este avance representa una evolución significativa en la búsqueda de energías limpias, minimizando los impactos ambientales negativos y demostrando que la sustentabilidad y la innovación pueden ir de la mano.

3. Revolución fotovoltaica: una nueva era para la generación de energía desde casa

La energía fotovoltaica, una de las opciones más prometedoras para generar electricidad limpia desde el hogar, está experimentando avances significativos. Tradicionalmente, esta tecnología se ha asociado con grandes plantas solares, especialmente en España, donde es muy conocida. Sin embargo, aún enfrenta desafíos importantes, como la necesidad de amplias superficies para la instalación de paneles y su limitada adaptabilidad a diferentes tipos de superficies.

Un reciente estudio ha explorado nuevas alternativas para mejorar la eficiencia de las células fotovoltaicas. Se ha identificado un material innovador que no solo aumenta la eficiencia en la conversión de luz solar en electricidad, sino que también introduce una flexibilidad sin precedentes. Esta flexibilidad permitiría que los paneles solares se instalen en superficies más complejas y diversas, superando así las limitaciones actuales.

Este desarrollo podría transformar el uso de la energía fotovoltaica, facilitando su adopción en hogares y otros espacios, y resolviendo problemas como la necesidad de grandes áreas libres para la instalación de paneles. La capacidad de adaptar estos nuevos paneles a diferentes entornos abre nuevas posibilidades para la energía solar, que continúa evolucionando hacia un futuro más sostenible.

En resumen, este avance podría marcar una nueva era para la energía fotovoltaica, haciendo que la tecnología sea más accesible y eficiente, y posicionándola como una pieza clave en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.

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El martillo del SMA

Caso 1: La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) inició un procedimiento sancionatorio contra Statkraft Eólico S.A., por exceder los niveles de ruido permitidos en su parque eólico en Litueche, tras recibir diez denuncias ciudadanas. La empresa enfrenta una posible multa de hasta mil unidades tributarias anuales (UTA), equivalentes a más de $790 millones.

Caso 2: La SMA formuló cargos contra las empresas Duas Rodas Chile S.A. y Finning Chile S.A., por incumplir el Plan de Descontaminación Atmosférica en la Región Metropolitana. Ambas empresas superaron los límites de emisión de material particulado en mayo de 2023, y podrían ser multadas con hasta cinco mil UTA, lo que equivale a más de $3.954 millones.

Caso 3: La SMA ordenó a Agrícola Ceres Limitada ingresar su proyecto «Loteo Praderas del Pedernal» al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), debido a que no cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA), a pesar de tratarse de un proyecto de desarrollo urbano en Frutillar. La empresa tiene 15 días hábiles para presentar sus observaciones antes de que la SMA resuelva el caso.


Hemos llegado hasta el final con este número dedicado en gran medida a la biodiversidad, un tema que no cabe duda que volveremos a abordar. Y esto muy próximamente, ya que va quedando poco tiempo para que se lleve a cabo en Cali, Colombia, la COP16, la cumbre global de la biodiversidad.

¡Hasta pronto!

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