¡Hola! Esta es la penúltima edición de un año que partió intenso y que está terminando igual.
Dominga, qué duda cabe –el HidroAysén del presente y del pasado, porque ya lleva más de 10 años de tramitación–, ha reforzado esta sensación de intensidad.
En esta edición te cuento de los principales argumentos que esgrimió el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) –en representación del Comité de Ministros– para pedir la nulidad del fallo del Primer Tribunal Ambiental que le dio oxígeno al proyecto minero-portuario Dominga. Fueron a la yugular.
Pero para que te enteres de que no todo se trata de ciencia jurídica, aquí en Juego Limpio te comentamos cuáles han sido las maniobras y jugadas de última hora para influir en el proceso.
Aparte entramos también en un nuevo debate que trae el polémico plan de descarbonización del Gobierno, sobre el uso del gas natural en la transición energética. ¿Por qué es importante? No por lo que se dice, sino por lo que no se dice: el gas natural es metano. Y el metano es un gas que calienta el planeta 32 veces más que el CO2.
Dentro de las buenas noticias destacamos el acuerdo entre tres poderosas empresas mineras, comunidades indígenas y el Estado para recuperar ambientalmente uno de los acuíferos más importantes de San Pedro de Atacama. Y también del proyecto para proteger a la tonina negra, el delfín chileno.
Repasaremos lo bueno y lo malo del balance anual de la Fundación Terram y, para que estemos muy atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, te traigo una actualización de los incendios forestales vigentes en el país.
Bueno, como ya es costumbre, la recomendación es que te aprietes el cinturón, que arrancamos con Juego Limpio.
Desde que partió este nuevo capítulo de la saga de Dominga, nada hace presagiar que el Comité de Ministros vaya a cambiar de parecer. Este lunes, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) –en representación del mentado Comité– presentó ante la Corte Suprema su recurso de casación, en el cual defiende la legalidad de su decisión que rechazó Dominga y solicita anular el fallo del Primer Tribunal Ambiental –con sede en Antofagasta–, que le dio oxígeno al proyecto de Andes Iron, de la familia Délano.
Así como para algunos el fallo del tribunal fue considerado lapidario y contundente, el escrito del SEA –que para estos efectos actúa como consejo técnico del Comité de Ministros– no fue menos vehemente. En síntesis, diría que atacó la médula espinal del fallo: su apreciación de la prueba y su comprensión en materias científicas.
¿Qué dice? Primero, que el recurso debiera ser admisible porque se trata de una sentencia definitiva. ¿Por qué es importante? Porque, la vez anterior que lo revisó la Corte Suprema, esta rechazó las casaciones porque entendía que había recursos pendientes, como el pronunciamiento del Comité Regional de Evaluación (Coeva) y el Comité de Ministros. Y que, por tanto, el fallo del tribunal no era una sentencia definitiva. La diferencia es que ahora el SEA entiende que sí lo es, porque no reversa la tramitación a ninguna fase previa.
Además, le dice a la Suprema que el fallo vulnera los principios de la lógica y los “conocimientos científicamente afianzados al valorar la prueba”. En suma, le reprocha que carece de razonamiento para evaluar las líneas de base del proyecto, el área de influencia y las medidas para hacerse cargo de los efectos ambientales –como el impacto en el medio marino–.
¿Qué pide? No solo que sea anulado, porque la decisión técnica de los ministros fue legal, sino que además solicita que dicte sentencia de reemplazo para terminar de una vez por todas con la judicialización que ha hecho la empresa desde que el proyecto, hace más de 10 años, fue rechazado. En otras palabras, le pide a la Suprema que no evite la jeringa y que resuelva.
Uno de los tres ministros titulares de esta Sala estaba complicado, Jean Pierre Matus. Además de la mancha de haber sido promovido por Hermosilla, a este juez le pesaba una inhabilidad: su amistad con el abogado Marcelo Castillo, representante de los pescadores que apoyan a Dominga.
Por su parte, el Gobierno –en opinión de varios consultados por Juego Limpio– también hizo su movida.
Como el Tribunal Ambiental había ordenado que el Comité de Ministros revisara nuevamente la RCA en un plazo máximo de 15 días (fecha que expira el 31 de diciembre), los integrantes del Comité, para sorpresa de muchos, se juntaron en una reunión exprés hace algunos días, donde acordaron que todos los ministros titulares –incluyendo la presidencia que recae en la titular del Medio Ambiente, Maisa Rojas– se inhabilitaran de ver Dominga, como lo había pedido el señalado Tribunal Ambiental.
Pero hay más. La Contraloría no la tiene muy sencilla. Como la razón del 1TA para decir que el fallo fue ilegal era que los ministros se habrían pronunciado de manera previa, existe evidencia de que el subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, también lo hizo. Y así como en los hechos los subsecretarios ejercen como subrogantes de los ministros titulares, no existe claridad sobre quién subroga al subrogante. Otro pelo en la sopa.
La segunda fase del Plan de Descarbonización, con el cual el Gobierno pretende avanzar a la carbono neutralidad en pocos años, no ha dejado de alborotar el panal a un lado y otro del avispero.
Aunque comprenden la naturaleza del trabajo de las ONG, en Energía no están contentos, porque –enfatizan– las organizaciones ambientales saben que el Gobierno no puede darles plazos ni ordenarles el cierre a las empresas. Esto, ya que el plan, tal y como se diseñó en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, depende de la voluntariedad de las propias compañías, por lo que no le puedes pedir peras al olmo.
Pero aparte de este tema y la preocupación de las empresas renovables por el hecho de que el plan del Gobierno plantea que, para la seguridad del sector eléctrico, se requiere de canchas de carbón para quemar el combustible cuando sea necesario, y que el documento además parta con alabanzas a los beneficios que ha traído el carbón, el mayor problema es otro: el gas natural como el combustible de la transición.
En columnas de opinión y sendas Cartas al Director de El Mostrador, el problema del gas natural –como también reconocen en el Gobierno– es el gran escollo que tiene que resolverse una vez que termine el plazo de consulta pública del plan, que expira el 15 de enero de 2025.
¿Y ese gas es el que se plantea como solución para la transición energética? Esto si que es apagar el fuego del cambio climático con más fuego, me reconocen en diversos sectores de la generación de energía solar, eólica e hidráulica. El metano es un contrasentido, un invitado de piedra, enfatizan.
A esto sumó una nueva visión estos días, la de Rolf Fiebig Zarges, socio fundador y expresidente de ACERA AG (la asociación de empresas de energías renovables), que remarcó que no es necesario basar la descarbonización en otro combustible fósil, como es el gas.
Tanto como la atmósfera, este problema está que arde.
La sobreexplotación minera trajo una disminución muy severa del acuífero Monturaqui-Negrillar-Tilopozo, en San Pedro de Atacama, el que podría tardar en recuperarse varias generaciones más. Eso está documentado.
Esto es precisamente lo que se logró con el fallo del Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta, considerado como histórico, porque además contempla una inversión de US$ 47 millones en reparación.
¿Qué se estableció? La conciliación establece 14 medidas concretas, como dije, con un presupuesto total de 47 millones de dólares. Estas acciones incluyen la recuperación del acuífero afectado, la restauración y compensación de áreas clave como las vegas de Tilopozo y las lagunas La Punta y La Brava, así como iniciativas de compensación social, económica y ambiental para la Comunidad de Peine.
Entre las medidas destacan:
Junto con el enfoque integral que combina recuperación ambiental, la protección de los recursos hídricos y el respeto por los derechos de las comunidades indígenas, en un contexto global este acuerdo en Antofagasta se posiciona como un ejemplo positivo de lo que se puede lograr con visión de futuro.
Como todos los años, la fundación Terram, que dirige la bióloga Flavia Liberona, realiza un balance sobre los bueno y lo malo en materia medioambiental del año en curso.
Junto con premios especiales, una dura crítica al Gobierno y los desafíos para 2025, Terram destacó varias iniciativas como las mejores y las peores de 2024.
Algunas de las mejores medidas fueron:
Y algunas que Terram destacó dentro de lo peor fueron:
Junto con este tradicional balance, Terram planteó un listado de desafíos para el año 2025, entre los que incluye realizar mejoras al proyecto de ley de parcelaciones; que el fraccionamiento en las cuotas de pesca no obstruya la aprobación de una Nueva Ley de Pesca con componentes ambientales.
También, la sanción pendiente de la SMA por salmoneras que operan en parques nacionales sin permiso ambiental; la aprobación del proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal, que ya suma siete años de tramitación. Y que se apruebe el proyecto de ley para fortalecer la Superintendencia del Medio Ambiente, entre otras.
La altas temperaturas pronosticadas para el fin de semana pasado se vieron algo atenuadas, solo un poco, por algo peor: los incendios forestales, que al menos en la Región Metropolitana cubrieron los cielos con un manto de color ocre, tan denso que por momentos se podía mirar directamente al sol.
Aunque las llamas que llevaron a la evacuación de viviendas en la comuna de Padre Hurtado, a la fecha de esta edición, ya estaban controladas, al igual que uno de los focos en la localidad de Litueche, los incendios forestales están cubriendo vastas zonas del país.
Veamos los incendios de magnitud vigente:
Más que por el afán de entregar datos estadísticos, estos números permiten dar cuenta de la envergadura del problema que va sumando cada año más y más espacio, y de la responsabilidad que nos cabe en esto, ya que –como es sabido– en el 90% de los casos la responsabilidad siempre es humana.
Ahora, si estos datos los comparamos con el periodo 2023-2024, la cosa no se ve nada de bien. Solo para citarlo como ejemplo, en la Región Metropolitana los incendios en el periodo 2024-2025 han aumentado en un 109%.
Tras extinguir los incendios, la pregunta que surge, y que generalmente no tiene respuesta oportuna, es qué se hace luego. ¿Esperar que la naturaleza haga su trabajo? ¿Iniciar rápidamente planes de reforestación?
Un reciente trabajo de investigación de Claudia Rojas, de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias y Animales y Ambientales de la Universidad de O’Higgins, nos puede dar algunas claves. Una de estas, categórica: “Iniciar planes de reforestación postincendio podría ser mucho más dañino”, advierte.
Antes de aquello, el proyecto de Rojas plantea que, a través de monitoreos satelitales, hay que evaluar el efecto del fuego en la vegetación, en el suelo y en la capacidad de regeneración de rebrotes. Con esa información, se necesita que la comunidad entre al juego. ¿Cómo? Recibiendo la información obtenida de las fuentes científicas para, coordinadamente y con planificación, saber qué hacer.
En el caso de los incendios y aplicado a la responsabilidad humana, no hay mejor refrán que “el que la hace, la repara”.
Como dato clave te cuento, sobre el contexto de las olas de calor –que son el combustible de los incendios–, que el mundo experimentó un promedio de 41 días adicionales de calor peligroso en 2024 debido al calentamiento global.
Y que el cambio climático influyó más que El Niño en muchos fenómenos meteorológicos extremos.
La Navidad es sinónimo de celebración y unión familiar, pero también es una época en que el consumo se dispara, generando hasta el triple de residuos en comparación con otros meses.
Marcia Nova, gerente comercial de Ambipar Environment, explica en Juego Limpio que, ante el consumo excesivo de recursos y el incremento de desechos, especialmente por los materiales utilizados para empacar –como envoltorios, plásticos y cartones que acompañan a los regalos–, “es clave poder encontrar una forma de prescindir de su uso, dar una segunda vida y así evitar que todos esos desechos vayan a parar a un relleno sanitario”.
A más de un año de la implementación de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para Envases y Embalajes, se ha fomentado la búsqueda de alternativas más sostenibles.
La clave para unas celebraciones responsables es mantener la lógica de las 4R:
El uso de pilas y baterías en juguetes y dispositivos electrónicos también incrementa el consumo energético en esta época. Para reducir este impacto, Marcia Nova nos da otro consejo a tener en cuenta: “Optar por pilas recargables en vez de las de un solo uso, que son más eficientes y prácticas”.
En resumen, y tomando en cuenta esto último, el llamado es a “ponernos las pilas con la economía circular”.
Ya cerrando este penúltimo número de Juego Limpio de 2024, quiero finalizar con una buena noticia. El Ministerio del Medio Ambiente anunció el inicio del procedimiento abreviado para la elaboración del Plan de Recuperación, Conservación y Gestión (RECOGE) del delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia), una especie endémica de nuestro país, catalogada como vulnerable.
El delfín chileno, un mamífero altamente selectivo en su hábitat y sensible a los cambios ambientales, enfrenta serios riesgos debido al enmalle en redes de pesca y el impacto de actividades productivas.
Es en este contexto que Ricardo Sáez Palma, jefe nacional de la Unidad de Conservación y Biodiversidad de Sernapesca, explica en Juego Limpio que el plan no solo beneficiará a esta especie endémica, sino que también tendrá un impacto positivo en la conservación de otras especies. Esto, al considerar al delfín chileno como una especie de paraguas.
¿Qué significa aquello? Que este enfoque permitirá sentar bases sólidas para futuras gestiones de conservación a nivel nacional.
Ahora, la propuesta será revisada por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático (CMS), con expectativas de una próxima aprobación que marcaría un hito en los esfuerzos de conservación de la biodiversidad marina en Chile.
Con esa imagen del delfín chileno, doy por finalizada la edición de este martes. Les deseo felices y acompañadas fiestas navideñas. Y no se olviden –como suelo repetir– de jugar limpio.
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