Juego Limpio: el planeta azul se vuelve verde y la cortina de fuego que recibió a Donald Trump 2
¡Hola! Aunque no hay que ser científico para darse cuenta de que las olas de calor golpean cada año con más fuerza, nunca está demás citar a los expertos para confirmar datos de lo que en la experiencia se constata.
Carlo Buotempo, director de Copernicus -el programa de obervación satelital de la Tierra de la Unión Europea-, confirmó un dato y reiteró un lamento: primero, que desde hace una década todos los años se baten los récord de temperaturas y, segundo, lamentó que la sociedad no sea capaz de aprovechar la abundante información científica disponible sobre el desajuste climático del planeta.
Con esas declaraciones como contexto de fondo, en esta edición de Juego Limpio te traigo las principales preocupaciones climáticas que surgen luego que ayer jurara -otra vez- Donald Trump como presidente de Estados Unidos. El mandatario estadounidense anunció decretos presidenciales locales con efectos globales.
Además, quiero compartir en esta edición una foto. Desde el espacio, la Tierra -que siempre ha sido el planeta azul- se está comenzando a ver verde. Diversos estudios dan cuenta de que a raíz del cambio climático, el color del océano está cambiando su tonalidad azul a verde, al igual que en la Antártica, donde vastas zonas están mutando del blanco al verde, al retroceder el hielo para dar paso a los musgos.
Pero así como resultan evidentes las consecuencias del calentamiento global, también está quedando cada vez más claro la consciencia global. Un informe de Nature dio cuenta de que casi el 70 % de la población mundial estaría dispuesta a donar dinero de su bolsillo para combatir el cambio climático.
Y en ¡Todo Suma! te cuento de la reciente innovación circular de Enap: transformó miles de litros de aceite de comer usado en diésel renovable.
Bien, hecha ya la sinopsis, afírmense del pasamanos que arrancamos con Juego Limpio.
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La cortina de fuego que recibió a Trump 2
Trump inició su segundo mandato, no consecutivo, con la firma de varias decenas de decretos presidenciales de vigencia inmediata (en campaña dijo que serían 100). Aun cuando la inmigración es el el tema que concita la mayor atención tanto al interior como al exterior de EE.UU., su nueva presidencia se da en un contexto marcado por los efectos crecientes del cambio climático. Literalmente, su mandato se inició tras una cortina de fuego.
Al igual que hace cuatro años (foto referenciales), cuando los incendios forestales estaban concentrados en gran parte de California y Trump negaba la existencia del cambio climático, en esta oportunidad el calentamiento global vuelve a ser una agenda no deseada para Trump. Los siniestros que arrasaron varios sectores de Los Angeles, las olas de calor en verano, las inundaciones masivas y los huracanes grado 4, evidenciaron la fragilidad de Estados Unidos ante el calentamiento global. Pese a ello, el nuevo presidente estadounidense reafirmó su compromiso de campaña de ir dejando de lado las políticas climáticas que caracterizaron a su predecesor, Joe Biden.
¿Cuáles? Durante la administración Biden, Estados Unidos logró avances históricos en la transición energética, gracias a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Esta legislación inyectó 74 mil millones de dólares en proyectos de energía renovable, como la solar y eólica, que superaron al carbón en 2024.
- Además, se crearon más de 400 mil empleos en el sector, impulsando la economía verde en el país. Trump, sin embargo, planea frenar o redirigir los fondos restantes, lo que podría costar miles de empleos y debilitar la competitividad estadounidense frente a países como China.
- Uno de los pilares de su política será la expansión de la producción de combustibles fósiles. Entre sus planes estaría la revocación de la prohibición de perforaciones en alta mar y la declaración de una emergencia energética para acelerar la exploración petrolera.
Estas iniciativas, sin embargo, podrían enfrentar desafíos legales y la realidad de los mercados internacionales, donde la demanda de petróleo y gas está a la baja.
- Otro sector en riesgo es el de los vehículos eléctricos, que experimentó un crecimiento global del 25 % en 2024.Los incentivos impulsados por Biden para su compra y fabricación fueron fundamentales para su desarrollo en el país del norte. Sin embargo, Trump podría recortar estos beneficios, lo que generaría incertidumbre en la industria automotriz.
En términos internacionales, la posible retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París enviaría un mensaje negativo en un momento crítico para la cooperación global contra el cambio climático. Esta política encontraría fuertes detractores en los líderes locales y sectores empresariales, los que han reiterado su intención de mantener las metas climáticas.
- Estados y ciudades representan más del 63 % de la población estadounidense y el 74 % del PIB comprometidos con las metas del Acuerdo de París,aunque el gobierno federal se desvincule de este tratado. Este movimiento subnacional será clave para mitigar los efectos de las decisiones federales.
- Es en el área de las energías limpias donde se ve esto con claridad. Hay que tener claro que el segundo mandato de Trump enfrenta un panorama polarizado, donde las políticas federales parecen orientarse hacia un modelo energético tradicional, mientras que en el sector privado las energías renovables avanzan hacia la sostenibilidad.
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El calentamiento global está cambiando el color de la Tierra
Lo verde es bueno, se supone. Las energías verdes, las políticas verdes, las economías verdes y las inversiones verdes componen una buena parte del conjunto de acciones que necesita el planeta para sobrevivir al cambio climático. Podríamos afirmar, incluso, que la aspiración es a que la Tierra sea un planeta verde.
La paradoja es que mientras se anhela el verde, nuestro planeta está cambiando literalmente de color, de azul a verde. Y esto no tiene nada de bueno. La mutación, que se aprecia desde el espacio, es una evidencia más del impacto del calentamiento global.
Un estudio publicado en la revista Nature revela que los océanos del planeta han experimentado un cambio significativo en su color durante las últimas dos décadas.
Investigadores del MIT, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido y de la NASA detectaron que el 56% de las aguas oceánicas analizadas, una extensión mayor que toda la superficie terrestre del planeta, ha cambiado de tonalidad, especialmente en regiones tropicales donde el azul profundo ha dado paso al verde.
- A juicio de estos científicos, el fenómeno es una señal inequívoca de las alteraciones en los ecosistemas marinos.
Esto, porque el color del océano es un reflejo directo de su composición biológica. Mientras las aguas azules indican una menor actividad biológica, el verde sugiere la presencia de fitoplancton, organismos esenciales que forman la base de la cadena alimenticia marina y que juegan un papel crucial en la captura de dióxido de carbono atmosférico.
- Estos cambios de color observados a través de datos satelitales no sólo representan una variación estética, sino que evidencian una transformación en la estructura de los ecosistemas oceánicos, impactando la biodiversidad y los ciclos de carbono a escala global.
Uno de los puntos que está llamando la atención de científicos en todo el mundo, es que estos hallazgos son consistentes con una serie de simulaciones previas que anticipaban que los gases de efecto invernadero causarían alteraciones detectables en el color del océano en aproximadamente 20 años. El problema es que la progresión ha sido mucho más rápida.
Los océanos no son lo único que se está poniendo verde; la Antártica está dejando de ser blanca para irse poniendo verde. En la península Antártica, los efectos del cambio climático también se han hecho evidentes con un aumento en la cobertura vegetal.
- Desde 1986, las áreas verdes han crecido desde menos de un kilómetro cuadrado hasta casi 12, según un estudio liderado por las universidades de Exeter y Hertfordshire. Este reverdecimiento, visible incluso desde el espacio, es impulsado por el calentamiento global, que ha acelerado el crecimiento de musgos, líquenes y otras especies adaptadas al frío extremo.
El paso del blanco al verde es evidencia de un círculo vicioso. Por un lado, la presencia de nuevas plantas modifica el albedo, disminuyendo la capacidad del hielo para reflejar la luz solar y agravando el calentamiento local. Por otro, el crecimiento vegetal fomenta la formación de suelo, abriendo la puerta a la colonización por especies invasoras que podrían alterar drásticamente la biodiversidad.
- Esto ha transformado lo que históricamente era un desierto de hielo en un paisaje con manchas verdes que aumentan cada año. Este fenómeno subraya la urgencia de comprender y mitigar los impactos del calentamiento global, no sólo en áreas habitadas, sino también en los últimos refugios prístinos del planeta.
Los hallazgos no sólo son una evidencia científica del cambio climático, sino también un llamado a la acción. Los océanos y los polos desempeñan un papel esencial en la regulación del clima global y en la biodiversidad del planeta.
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El 69 % de la población mundial está dispuesta a meterse las manos al bolsillo para frenar el cambio climático
Mientras en Estados Unidos, Europa y también en Chile, la agenda sostenible y climática enfrenta tensiones por el contexto actual económico, con una polarización política creciente, un estudio publicado en Nature muestra un panorama global más optimista.
- Según la investigación liderada por las universidades de Bonn y Copenhague, el 69 % de la población mundial está dispuesto a destinar al menos el 1 % de sus ingresos personales para combatir el cambio climático. Además, un 86 % respalda normas sociales a favor del medioambiente y un 89 % exige políticas climáticas más intensas.
El estudio, basado en encuestas realizadas en 125 países a 130 mil personas como parte de la Gallup World Poll, destaca que el apoyo a estas medidas es especialmente alto en naciones del sur global, como Mali, Zambia, Bolivia e Indonesia.
Estos países, paradójicamente, siendo los más afectados por el cambio climático y con menor responsabilidad en su causa, son también los más dispuestos a contribuir económicamente. Este hallazgo refuerza la idea de que el mundo comparte un consenso amplio sobre la necesidad de actuar, incluso en condiciones de desigualdad.
- A pesar del apoyo masivo, el estudio revela un obstáculo clave: la percepción equivocada de que otros no están dispuestos a actuar.
Los autores señalan que los debates públicos y la cobertura mediática sobre minorías escépticas y líderes políticos negacionistas generan un «estado de ignorancia» que dificulta la cooperación global.
- El informe indica, además, que las acciones climáticas están interconectadas.Países donde se respalda más el cumplimiento de normas sociales climáticas tienden a aprobar más leyes relacionadas con la crisis medioambiental. Esto sugiere que fomentar el cambio en un área puede desencadenar avances en otras, potenciando los esfuerzos globales.
Los hallazgos de este informe llegan en un momento clave, cuando la ONU ha instado a intensificar los esfuerzos para cumplir los compromisos del Acuerdo de París.
Si bien el apoyo global a la acción climática resulta alentador, la desconexión entre percepción pública y realidad, así como el debilitamiento de políticas en regiones clave, plantean un desafío urgente. Para avanzar, será crucial contrarrestar la desinformación, reforzar la cooperación internacional y priorizar medidas que promuevan cambios tangibles.
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¡Todo suma! Del huevo frito al tanque del auto
La Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) dio un importante paso hacia la sostenibilidad energética en Chile al producir diésel renovable en base a aceite de comer.
- Este combustible, denominado “Diésel Renovable ENAP”, se elabora a partir del procesamiento de aceite usado de cocina proveniente de restaurantes y locales de comida rápida.
- En su primera prueba, la estatal transformó 350 mil litros de este residuo,logrando un producto con características químicas idénticas al diésel tradicional, pero con una reducción de hasta un 80 % en su huella de carbono equivalente.
El diésel renovable cumple con la normativa chilena NCH 62 y se inscribe en la categoría de biocombustibles avanzados, que se producen a partir de residuos en lugar de aceites vírgenes. Este desarrollo refuerza la tendencia hacia una economía circular, aprovechando materiales desechados como recurso energético.
- El proceso fue verificado por un certificador independiente,que confirmó una reducción de aproximadamente mil toneladas de CO2 respecto del diésel tradicional durante la prueba.
Para llevar a cabo este proyecto, Enap debió adaptar la infraestructura existente en la refinería para realizar rigurosos análisis técnicos a las materias primas y para llevar a cabo el proceso de hidrotratamiento.
Además de su impacto ambiental, este avance abre nuevas posibilidades para el desarrollo de combustibles renovables en el país.
¡La producción del “Diésel Renovable ENAP” suma!
PRESENTADO POR:
Llegamos al final de Juego Limpio. Nos reencontramos la próxima semana. Sigan disfrutando de las vacaciones y cuídense del sol. ¡Hasta pronto!
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