Los gerentes, directores y sus sociedades relacionadas recibieron US$17 millones por la venta de acciones que tenían de La Polar. Destacan las operaciones de Julián Moreno, uno de los ejecutivos despedidos; Pablo Alcalde, el rostro más emblemático de la multitienda, y Nicolás Ramírez, el ex gerente general.
Trabajar en La Polar parece ser un muy buen negocio. Los gerentes, directores y sus sociedades relacionadas recibieron US$17 millones gracias a la venta de las acciones que tenían de la propia compañía y que fueron informadas a la Superintendencia de Valores.
Lo hicieron a un precio que los actuales accionistas soñarían: $3 mil en promedio por título, el mismo que ahora vale $1.352, menos de la mitad tras el desplome bursátil por las llamadas “prácticas impropias” en la política crediticia y que el directorio asegura no haber conocido.
Uno de los gerentes que cerró muy bien el año 2010 fue Julián Moreno de Pablo, el recientemente despedido gerente de productos financieros. La sociedad Asesorías Río Najerillas, de la cual es uno de sus socios, realizó seis operaciones de venta que le reportaron $2.242 millones.
María Isabel Farah, la también despedida gerenta de administración, comenzó muy bien el año 2010, pues el 21 de enero su sociedad Asesorías Horus vendió acciones de La Polar por un monto de $557 millones.
[cita]Lo hicieron a un precio que los actuales accionistas soñarían: $3 mil en promedio por título, el mismo que ahora vale $1.352, menos de la mitad tras el desplome bursátil por las llamadas “prácticas impropias” en la política crediticia y que el directorio asegura no haber conocido.[/cita]
El gerente corporativo de informática, Pablo Fuenzalida, a través de Asesorías Administrativas, Financieras y de Sistemas Los Siete Ltda, obtuvo $678 millones en dos operaciones de venta de papeles de la multitienda entre enero y junio de 2010.
Lo mismo ocurre con Pablo Alcalde, considerado la estrella que guió a La Polar a la cima y que fue elegido el ejecutivo de la década por La Tercera en 2009. Dejó la presidencia del directorio al estallar el escándalo, quedó como director, pero el lunes pasado el directorio en pleno le pidió la renuncia, y él se negó.
A través de Inversiones Galicia participa en Asesorías Universal Ltda, firma que vendió acciones por un total de $687 millones en enero de 2010.
Dada la estructura de propiedad de estas sociedades, los gerentes de La Polar pueden o no ser los controladores o dueños únicos de la empresa que realiza la venta.
No se sabe si existen transacciones desde 2010 hacia atrás. La autoridad revisará los números de La Polar, por lo menos, cinco años hacia atrás para comprobar cómo y por qué la cadena no tomó los resguardos y no castigó los créditos incobrables de sus clientes. Recién la semana pasada la multitienda informó que deberá hacer provisiones por US$425 millones, pero en tres meses más tendrá el cálculo exacto.
Un abogado experto en sociedades anónimas explica que “si un personero de la empresa sabe que no se hicieron las provisiones necesarias y vende acciones de la compañía antes de que ese hecho se dé a conocer, estaría haciendo uso de información privilegiada”.
A Nicolás Ramírez Cardoen su corazón le jugó una mala pasada: un infarto habría sido la razón para que dejara la gerencia general el 19 de enero. Alcanzó a estar poco más de un año –asumió en noviembre de 2009- aunque antes fue el gerente comercial de la multitienda.
Cuando renunció decidió partir con su familia a Estados Unidos a disfrutar de un período sabático, pero debió interrumpirlo esta semana.
Ramírez vendió acciones de La Polar en su calidad de socio de Alto Nilo que, a su vez, participa en Asesorías Universal. Es la misma empresa en la que participa Alcalde, aunque a través de Inversiones Galicia, y que recibió $687 millones.
Ramírez regresó a Chile a raíz del proceso que investigan la Fiscalía Centro Norte y las superintendencias de Valores y de Bancos. Ya cuenta con asesoría legal y entre sus planes estaría retomar su período sabático.
Dentro de las transacciones informadas a la SVS por tratarse de personas relacionadas a la empresa, figuran las compras de acciones de La Polar que, por norma de la compañía, deben hacer los directores como parte de su renta variable.
Los montos varían, pero no son significativos: Heriberto Urzúa adquirió, cumpliendo dicha obligación, $21 millones el año pasado, pero vendió un paquete por $527 millones. Baltazar Sánchez compró $18 millones y no figura con ninguna transacción de venta. La cifra de Alcalde es la menor: $5,5 millones. Mientras que Jorge Andrés Ibáñez debió desembolsar $24, 4 millones.
Ibáñez es uno de los directores antiguos de La Polar, de la que fue su presidente. En paralelo a ejercer como director profesional de empresas, Ibáñez es miembro del Centro de Gobierno Corporativo de la UC, que se dedica a difundir las buenas prácticas en los directorios para beneficiar a las empresas y, con ello, a sus accionistas. Es director de la Escuela de Administración de la UC.
Al ser una empresa sin un controlador, algo muy usual en Estados Unidos y copiando de ese país una fórmula cada vez más usada en Chile, los ejecutivos de La Polar tienen opción de comprar acciones como parte de su sueldo variable.
Sin embargo, hay varios casos en los que éstos adquieren títulos y los venden a los pocos días. Fernando Baltra Recart, gerente de planificación, pagó $150 millones por 50 mil papeles el 30 de diciembre de 2010 y las vendió en $166 millones el 5 de enero siguiente.
En las idénticas fechas Jaime Aninat Solar, gerente de la división hogar, compró $45 millones de acciones y las vendió en $49,8 millones.
Jaime Ripoll, el gerente de contabilidad, hace la misma operación, por los mismos montos y en los mismos días que Aninat. La gerente del área tributaria, Claudia Farías, compra $30 millones y ocho días después, el 5 de de enero de este año, obtiene una diferencia a su favor de $3,2 millones.
Esta situación se repite con varios otros ejecutivos.