A pesar de que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero asegura que la «españolidad» no está en riesgo en Repsol, medios locales como el diario El País o voces como la del ex presidente del gobierno Felipe González descalifican el acuerdo. «No me gusta. Pemex tendrá como prioridad defender los intereses mexicanos y no la españolidad de Repsol», dijo.
El reciente acuerdo entre la constructora española Sacyr Vallehermoso y la petrolera mexicana Pemex para controlar cerca del 30% de la petrolera española Repsol, no sólo ha despertado polémica por la posible pérdida de «españolidad» de la empresa.
También porque refleja una nueva etapa que marcará la próxima década: el desembarco de las multinacionales latinoamericanas, o «multilatinas» en España y Europa.
A pesar de que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero asegura que dicha «españolidad» no está en riesgo en Repsol, medios locales como el diario El País o voces como la del expresidente del gobierno Felipe González descalifican el acuerdo.
«No me gusta. Pemex tendrá como prioridad defender los intereses mexicanos y no la españolidad de Repsol», ha señalado González mientras el diario subraya la disparidad en las legislaciones de ambos países. México no permite la inversión extranjera directa en petróleo.
El acuerdo, críticado duramente por los principales sindicatos españoles, es especialmente sensible porque involucra a una empresa estratégica que ha tenido una trayectoria de buena gestión.
Asimismo evoca las traumáticas OPAS (Ofertas Públicas de Adquisición) de hace unos años para adquirir la entonces principal empresa eléctrica española Endesa, que finalmente quedó en manos de la italiana Enel. Entonces el gobierno de Zapatero fue tachado de débil y permisivo.
«El Gobierno español debe evitar que el pacto Sacyr-Pemex acabe en el desguace de Repsol. No hay españolidad posible cuando no hay simetría entre las legislaciones mexicana y española en cuanto a apertura a las inversiones extranjeras», subraya el diario El País.
Pemex es propiedad íntegra del estado mexicano.
¿Es el comienzo de la mexicanización de la principal petrolera española?
Pemex, una de las multilatinas con más tiempo en el mercado español de acciones, contaba con un 4.81% de Repsol y, trás el acuerdo, adquirirá un 5% más. La polémica surge por la unificación de las decisiones con el principal accionista Sacyr que cuenta con un 20% de la empresa.
El pacto y la suma, 29.8%, ha sido calificada de asalto de poder por el actual presidente de la compañía, Antonio Brufau.
La legislación española obliga lanzar una OPA cuando se tiene el 30% de las acciones. Según Brufau, que está recabando apoyos de políticos y accionistas, Sacyr y Pemex han diseñado un pacto para evitar esa cifra.
«Más allá de la mexicanidad o españolidad de la empresa, estamos viendo el fin de las fronteras nacionales. Mientras España y Europa vivirán un proceso de ralentización económica en los próximos años, Latinoamérica tendrá una buena década jalonada por la demanda de materias primas de China. Lo normal es que casos como el de Repsol se repitan en el futuro», detalla a BBC Mundo el analista económico Pedro Melguizo.
Empresas mexicanas como Cemex, Televisa y Herdez han invertido en España cerca de US$6.000 millones en la última década. Algo que está cambiando.
Cemex, pionera en abrir mercados en el extranjero, aterrizó en España en 1992 con la compra de las cementeras Valenciana y Sansón. En la actualidad su sede para Europa se encuentra en Madrid.
«Ahora mismo una de cada cinco empresas provienen de economías emergentes. Geográficamente el mundo se está pintando al revés y América Latina tiene un lugar preponderante», comenta a la BBC Lourdes Casanova, profesora de estrategia de la escuela de negocios INSEAD de París.
«El auge de las multilatinas tienen una correlación con el peso de países como Brasil que tienen una gran fuerza. Petrobras, la petrolera brasileña, acaba de marcar el récord del mundo de salidas a la bolsa», agrega Casanova.
En ese sentido las empresas brasileñas se han instalado en España y Europa convencidas de las ventajas que tiene el segundo mercado más grande del mundo después de Estados Unidos.
Los bajos precios de las empresas españolas han aumentado el interés.
Grupos brasileños como Camargo Correa y Alpargatas se han asentado en suelo español.
Para Melguizo puede ser una oportunidad única para España después de la llamada Reconquista española de las últimas décadas, caracterizada por la expansión de las empresas ibéricas en Latinoamérica y la compra de bancos.
«Son tantos los nexos culturales y económicos que España puede convertirse en la puerta de entrada de las multilatinas en Europa. Los próximos años se van a caracterizar por la expansión internacional de las empresas latinas», comenta el experto.