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Cepal: Europa tiene riqueza para superar crisis y no debe pedir a los emergentes

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«Estamos hablando de una sociedad que ha acumulado riqueza en el tiempo, que tiene los recursos», sostuvo la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena.


La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, afirmó este miércoles que Europa tiene recursos suficientes para salir de la crisis, siempre y cuando tenga «una visión colectiva», y cuestionó los recientes pedidos de apoyo al fondo de rescate de la UE a los países emergentes.

«Creo que Europa tiene la riqueza suficiente para resolver esta crisis porque no estamos hablando de una sociedad pobre, estamos hablando de una sociedad que ha acumulado riqueza en el tiempo, que tiene los recursos», indicó Bárcena a la prensa en Montevideo.

La máxima responsable de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) intervino hoy ante el Comité de Representantes de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), en su sede de la capital uruguaya, para exponer su visión sobre los efectos que tiene la crisis mundial en la región.

Según las palabras de Bárcena a los periodistas, a la UE le está faltando «liderazgo» y aplicar «la lógica de cómo resolvemos una crisis con una visión colectiva».

Tampoco entiende «eso de que la quita de la deuda griega sea voluntaria» y reclama que «no sea la sociedad que pague todos los costos» sino que el esfuerzo sea compartido por el sistema financiero.

Además, considera que «Europa no puede llegar al G20 a pedirle a China, a Brasil, a Rusia, que sean ellos los que financien la problemática de Europa, cuando Europa sí tiene sus recursos para sacar adelante a Europa».

Los países europeos, en su opinión, deberían seguir la lección aprendida por Estados Unidos, que «confrontó la crisis con sus propias políticas monetarias, con estímulos fiscales, con mucha mayor agresividad».

Durante su exposición ante la Aladi, la secretaria ejecutiva de la Cepal reiteró las advertencias lanzadas por el organismo y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en la XXI Cumbre Iberoamericana de Asunción de que en 2012 la región va a sufrir los efectos de la desaceleración de la economía mundial.

Aunque, si en el informe presentado por ambas instituciones en Paraguay se hablaba de un crecimiento «en torno al 4 por ciento» para ese año, hoy puntualizó que la estimación es de «un máximo de 3,8 por ciento», aunque mantuvo el pronóstico para 2011 en un 4,4 por ciento.

Ante el incierto panorama que se avecina, con una Europa que va a pasar «unos cinco años muy difíciles», Bárcena alertó sobre la situación de las reservas de los países latinoamericanos, después de los esfuerzos que tuvieron que hacer para contener la primera oleada de la crisis en 2009.

También advirtió del déficit en deuda corriente e instó a los Gobiernos regionales a llevar a cabo una reforma fiscal, especialmente centrada en el impuesto a la renta, aprovechando que se mantiene el crecimiento económico y han bajado los índices de desempleo.

Subrayó además la importancia de mirar más a China por su convencimiento de que el gigante asiático, ante la crisis de Europa y EE.UU., no le va a quedar más opción que aumentar los salarios de la población para fomentar el consumo interno.

En ese escenario, los chinos van a requerir más importaciones de materias primas, pero también de manufacturas, la asignatura pendiente de América Latina, recalcó Bárcena.

Al concluir su exposición ante la Aladi, la secretaria ejecutiva de la Cepal admitió a la prensa que la región debe lograr una mayor complementariedad de sus economías, pues cuando el mundo se globalizó «cada país miró hacia afuera», en lugar de hacia sus vecinos.

En ese punto, remarcó sin embargo los avances logrados entre los países del arco pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) para compatibilizar acuerdos de libre comercio e inclusive estudiar la creación de una bolsa de valores común, siempre mirando al poderío de China y del sureste asiático.

Otra receta de Bárcena para la región fue la inversión en acceso a banda ancha y en innovación, en la que solo se gasta un 0,6 por ciento del PIB, frente al 2,5 por ciento promedio de los miembros de la OCDE, el 2,5 de China o el 3,6 de Corea del Sur.

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