Minoritarios del holding del Grupo Saieh habrían ya decidido no participar en nuevo aumento de capital por US$ 500 millones. SMU confirmó que violó los covenants y tuvo que rectificar sus estados financieros.
SMU necesita una nueva inyección de capital para estabilizar sus finanzas y mejorar sus operaciones.
A través de un hecho esencial a la SVS, el holding minorista del Grupo Saieh informó ayer sobre un nuevo aumento de capital por US$ 500 millones y citó a una junta extraordinaria de accionistas para su aprobación.
El objetivo del aumento de capital es «disminuir su carga financiera» y concretar las inversiones proyectadas para lo que queda del año. SMU espera cerrar este aumento durante el último trimestre del presente ejercicio.
El anuncio de que va en busca de nuevos fondos ocurre a tan solo 6 meses del cierre de su último aumento de capital y luego de una emisión de bonos por US$ 300 millones en el extranjero que deberían haber solucionado sus problemas.
SMU se está convirtiendo en un barril sin fondo para Álvaro Saieh. Según los estados financieros de SMU, los accionistas han aportado unos US$ 780 millones con dólar al cierre de marzo de 2013 en recursos frescos y eso no incluye los cerca de US$ 400 millones que corresponden a la fusión con Supermercados del Sur a fines de 2011.
La operación sería en el mercado nacional y afuera, dice el comunicado. Pero SMU podría enfrentar problemas en la operación ya que esta vez los accionistas minoritarios habrían decidido no participar en la operación. Uno de los más relevantes es el fondo de inversión privado Southerncross, que tiene alrededor del 18 % de SMU y que entró a la propiedad cuando Saieh compró Supermercados del Sur. Fuentes cercanas a otros dos accionistas con participación relevante en el grupo confirmaron que ellos no acudirían al llamado de fondos frescos.
Este medio no pudo confirmar si los accionistas que participan en la empresa a través de los Fondos de Inversión Privados (FIP) responderán al llamado, pero fuentes que saben cómo los fondos fueron creados estiman que lo más probable que algunos sí participarían en el aumento de capital.
El Mostrador Mercados entiende que en el aumento de capital de diciembre sólo participaron el grupo controlador y sus socios que participan a través de los FIP. En el de enero acudió sólo el grupo controlador.
Un persona que ha participado en negocios con el grupo Saieh comenta que lo más probable es que el empresario y su grupo controlador serán los únicos que aporten nuevos fondos al negocio, pero que Saieh ya tiene a un inversionista con espaldas listo para entrar a la propiedad con capital fresco y, por eso, anunció que el aumento de capital será colocado en el mercado nacional y/o internacional.
«Su reputación está en juego y se viene rumoreando que Saieh ya tiene a un fondo soberano extranjero interesado. SMU no es un mal negocio. Es el tercer retailer de Chile y sus ventas no son menores, pero sus costos y operación han sido un desastre. Si logran finalmente poner el negocio en orden, es una buena inversión a largo plazo», explica la fuente.
La situación actual de la empresa es complicada. De acuerdo al hecho esencial de SMU de ayer, la empresa tiene pasivos financieros totales de $ 1.141.762 millones (unos US$ 2.400 millones con el dólar al cierre de marzo de 2013).
«SMU necesita caja. No es ninguna gracia ‘pitearse’ los covenants» explica una persona que conoce la operación. La empresa admitió ayer que una auditoría interna reveló que las pérdidas en el primer trimestre de este año fueron mayores a lo informado al mercado y que la empresa estaba en violación de sus covenants.
En el comunicado explicó que la auditoría los obligó a hacer una rectificación de los estados financieros a marzo de este año después que revelara que hubo errores en la contabilización de determinados contratos de arriendo de la compañía.
El coletazo más relevante es que a Marzo de este año ya se violaban dos de los covenants establecidos en la emisión de sus bonos locales, algo que este medio informó hace unas semanas. SMU indica que «no se habrían cumplido algunos ratios de los contratos de emisión de bonos suscritos por la compañía», pero asegura que «no constituye causal automática de aceleración de los contratos de crédito u otras obligaciones financieras».
Ya en su último análisis razonado SMU informó sobre la modificación de covenants de los bonos locales y estaría negociando con los tenedores de bonos. El documento dice que la empresa llegó a acuerdo de «reestructuración y mejora» con los bancos y que ahora negocia con los bonistas. Cabe recordar que SMU ya había renegociado sus covenants en 2011. En su momento, la empresa informó que «en junta de tenedores de noviembre 2011, se modificaron los covenants de los bonos de SMU en lo relativo al ratio de cobertura de gastos financieros».
El año pasado la empresa tuvo problemas de pago con sus proveedores, por lo que parte importante de los fondos recaudados en los aumentos de capital y la emisión de bonos en el exterior fueron utilizados para solucionar ese problema.
El mercado ya refleja el temor de que la empresa esté complicada.
De acuerdo a Bloomberg, en junio los bonos de SMU en dólares perdieron un 13 % de su valor, la mayor caída de todos los bonos corporativos chilenos y cuatro veces mayor que las pérdidas promedio. La tasa se disparó a 9,96 %.
El temor de los tenedores de bonos sería que las crecientes pérdidas le dificultarían cumplir con los términos prometidos. Los US$ 300 millones en bonos con fecha de vencimiento en 2020 fueron emitidos el 4 de febrero a una tasa de 7,75 %. En abril los bonos subieron ante la expectativa de que SMU se beneficiaría del boom de consumo en Chile y la demanda de inversionistas extranjeros por mayor rentabilidad dado las bajas tasas en Estados Unidos, resultado de las políticas de estímulo de la FED. A eso se suma el hecho que Chile es la economía con la nota más alta entre mercados emergentes, lo que le daba un atractivo adicional a los bonos de empresas chilenas.
Pedro Pablo Larraín, socio de la administradora de fondos Sartor, dijo en una conversación con Bloomberg que ahora que la economía está enfriándose, «debería ser más difícil para SMU aumentar las ventas y mejorar los ratios, y es eso lo que tiene al mercado especulando sobre los covenants». Una tasa de casi 10 % es más representativa para bonos con una nota dos peldaños por debajo de la que tiene SMU con la calificadora Standard & Poor’s, que es B, la calificación más baja para empresas chilenas.
Las tres clasificadoras locales, Feller Rate, Humphreys y ICR rebajaron el rating de las líneas de bonos en pesos de SMU en las últimas semanas. Los informes de las agencias revelan que los analistas estiman que tanto los resultados y nivel de endeudamiento han tenido una evolución negativa comparado a las perspectivas que se tuvo al momento en que se clasificaron por primera vez sus bonos. También resaltan que los aumentos de capital y las emisiones de bonos han tenido que ser destinados «en un porcentaje importante a pagar deuda vencida con proveedores y no a potenciar el crecimiento de la compañía».
De no cumplirse esos términos, los tenedores de bonos locales podrían demandar que se les pague la deuda en forma anticipada. Y, de acuerdo al prospecto de la emisión de deuda en dólares, eso tendría un impacto negativo en la habilidad de la empresa para cumplir con sus compromisos con los tenedores de sus bonos en el extranjero.