Sobre las razones por las que empresas aportan dinero a la política, el ejecutivo explica que «es bueno ayudar a quienes están dispuestos a estar en la política, que tienen buena preparación, abiertos al diálogo. Y que eso es bueno porque si usted tiene un Parlamento que no cumple con esas características tenemos un problema como país».
El presidente de SQM, Juan Antonio Guzmán, advirtió que la política no debe entrometerse en los negocios, debido a que estaría cometiendo los mismos errores por los que se critica a la empresa, señalando de paso las medidas que se han adoptado luego del escándalo por el caso Cascadas y por pagos a políticos.
En entrevista con El Mercurio, Guzmán explica que tras los casos en que se ha visto involucrada la empresa, se han adoptado varias acciones, como la creación de nuevos comités de directores, auditoría, un comité ad hoc que investiga los pagos y un gobierno corporativo para mejorar las prácticas, entre otras.
«Estamos preocupados de informar lo que estamos haciendo a los principales agentes con quienes interactúa la empresa. De hecho, el gerente general está en Europa y el de finanzas en Estados Unidos en una ronda de información con inversionistas y accionistas», detalla.
El ejecutivo precisa que dentro del directorio no se tenía conocimiento del pago a políticos, indicando que se participaba a través de la ley que regula el Servicio Electoral, «entonces se autorizaba una cierta cantidad de dinero para que se financiara esto. ¿Por qué uno iba a pensar que iba a haber un canal paralelo? No era pensable, si había un canal absolutamente legal y autorizado. Y si usted veía pasar a un político a hablar con el gerente general –a mí no me tocó, pero a otros sí– el análisis era que venían a efectos de lo que el directorio había aprobado legalmente».
En cuanto a los cuestionamientos que mencionan la existencia de una política de SQM destinada a asegurar una buena llegada de la empresa en el mundo político, Guzmán responde que «si alguien pensó eso, lo pensó muy mal porque nunca ha habido un resultado. Las distintas instancias del Parlamento en que se ha discutido en relación a SQM, en general, han sido desfavorables. Por lo tanto, si se hubiera pensado eso, es bastante tonto».
Sobre las razones por las que las empresas aportan dinero a la política, el presidente de SQM manifiesta que «es bueno ayudar a quienes están dispuestos a estar en la política, que tienen buena preparación, abiertos al diálogo. Y que eso es bueno porque si usted tiene un Parlamento que no cumple con esas características tenemos un problema como país».
Además, argumenta que en Soquimich no se ha pensado en pedir disculpas públicas por los casos en que se ha visto involucrada la minera no metálica, agregando que «la empresa es una institución, son las personas las que deben pedir perdón y, en este caso, las personas ya no están en la compañía».
Guzmán añade que «son tan negativos los negocios en la política –que es todo este tema que estamos viendo– como la política en los negocios. Más aún cuando se trata de un contrato que es una concesión y que está caduque: todos los negocios mineros están basados en concesiones. Ahora, se ha dicho que el término del contrato representa una catástrofe para Soquimich, pero el litio no representa más allá del 15% de las utilidades de la compañía».
«La política no debe entrometerse en los negocios porque se está cometiendo el mismo error que estamos criticando y tratando de subsanar. Corfo ha recibido poco menos de US$500 millones en impuestos de este negocio, del Salar, y ha tenido rentas de royalty de más de US$200 millones. Ha sido un buen negocio para la Corfo», afirma.