La revelación ocurre en medio de la polémica por los $80 mil millones en beneficios similares que generó la venta de AFP Cuprum. Hace cinco años, la compra del 40% de AFP Habitat por parte del holding de la Cámara Chilena de la Construcción, le significó un goodwill que superó los $100 mil millones. Sin embargo, este nunca se utilizó y su renuncia “formal” ocurrió en 2014, cuando ILC decidió no inscribirse en el registro de contribuyentes que abrió el SII para el uso del mecanismo.
En octubre del año pasado, Inversiones La Construcción y Prudential anunciaron un acuerdo por controlar en partes iguales a AFP Habitat. El proceso ha ido avanzando de a poco y en un contexto con ruido, esto debido a los cuestionamientos respecto de los beneficios tributarios que se generaron en la venta de AFP Cuprum al grupo asegurador norteamericano Principal y que tiene bajo bajo la lupa la operación de venta de AFP Provida a MetLife, otro gigante de la industria en Estados Unidos.
Los diversos antecedentes sobre la operación ya están en manos de la Superintendencia de Pensiones, pero la entidad dirigida por Tamara Agnic ha planteado varias interrogantes al proceso, las cuales han sido respondidas tanto por el holding de la Cámara Chilena de la Construcción como por los norteamericanos de Prudential. Inquietudes para nada extraordinarias sino de rigor, según explican ejecutivos vinculados al negocio. Conocer en detalle quién está entrando en la propiedad de Habitat, complementos de información, certificados varios y otros requerimientos administrativos son los que aún impiden la aprobación del negocio por parte de Agnic. Los más optimistas sugieren que en dos meses más esta debería ser una realidad.
Es en este contexto que Pablo González y Jaime Ríos, de ILC, y Rodrigo Ochagavía con Christopher Cooper, de Prudential, se reunieron con la autoridad a fines de julio pasado.
El objetivo del encuentro era responder dudas, pero en la reunión también salieron a colación asuntos de alto interés público, como son los goodwill tributarios que han generado las últimas operaciones en la industria previsional, particularmente la compra de Cuprum por parte de Principal, negocio que generó un beneficio impositivo por $80 mil millones y que tiene bajo presión a Agnic, cuya cabeza fue pedida por la ministra del Trabajo, Ximena Rincón. También le pidió que rechazara aprobar la operación entre MetLife y Provida, que generará un goodwill aun mayor.
En la reunión para discutir la entrada de MetLife como socio de ILC en Habitat, y casi a modo anecdótico, los ejecutivos de la cámara le comunicaron a Agnic que ILC había renunciado a un goodwill por más de $100 mil millones generado por la compra del control de Habitat, hace ya cinco años. Una renuncia que, si bien se adoptó desde el primer minuto, se formalizó este año luego de que el holding de la Cámara optara por no inscribirse en el registro de contribuyentes que abrió el SII para aquellas empresas que querían hacer uso de un beneficio tributario que eliminó la reforma.
¿Una decisión visionaria? Puede que sí, considerando que en cosa de cinco años el mercado chileno ha cambiado en forma radical. Si, por ejemplo, hace un par de años era común que en la Bolsa distintos inversionistas eludieran tributos mediante operaciones bursátiles, hoy esta es una práctica extinta en la realidad. Sin embargo, las razones fueron diferentes.
La génesis del millonario beneficio
El 22 de enero de 2010, ILC, Citigroup Chile e Inversiones Previsionales, suscribieron un contrato en el que se estipuló la venta del 40,23% de participación indirecta que Citi tenía en la AFP. Inversiones Previsionales era dueña del 80,46% de Habitat, la que a su vez era comparitda en partes iguales por los norteamericanos y el holding de la Cámara.
Para materializar esa compra, ILC constituyó el vehículo Inversiones La Construcción Ltda. A través de esa sociedad, en marzo de 2010 lanzó una OPA de la controladora de Habitat, cuyos resultados se conocieron en abril. Se adquirieron 402.290.958 acciones de la AFP a un valor de $129.953,6 millones (equivalentes a US$240 millones de entonces). Tras ello, ILC vendería el 14% de Habitat en la bolsa, mismo porcentaje que en el marco de la operación con Prudential, se comprometió volver a comprar para compartir el 80% de la propiedad de la AFP.
Esa compra generó un goodwill de $101.506,8 millones. Al otro año, en septiembre de 2011, ILC solicitó un estudio independiente de valorización y asignación de cuentas amortizables y no amortizables de Habitat. El objetivo fue analizar el modelo de valorización y asignación de cuentas que realizó ILC en marzo de 2010 para sustentar los valores determinados inicialmente por el holding.
La conclusion del estudio arrojó como resultado que los valores asignados por ILC se encontraban dentro de los rangos asignados por el mercado en la industria provisional.
Así fue como desde hace cinco años, ILC tuvo un beneficio tributario que, sin embargo, no fue utilizado hasta haber renunciado en la práctica este año, pues no fue parte de la treintena de contribuyentes que se inscribieron en el SII para hacer uso de estos goodwills, los cuales tienen plazo hasta enero de 2016 para llevarlos a la práctica.
El criterio detrás de la decisión –según explican cercanos a la compañía– radica en que “el grupo tiene una lógica fiduciaria y por tanto es muy cauto en temas tributarios y agresividad contable”. Pues por un lado, hacia abajo, controla una AFP y hacia arriba es controlado por un gremio empresarial cuya reputación es sensible.
«No hay un tema técnico, es legal, se podía hacer y no tenía el cuestionamiento que hoy existe. Pero el grupo en general es cauto. IFRS tiene normas que permiten, bajo ciertos criterios de valorización, ser agresivos. Pero la decisión siempre ha sido ser defensivos, ya que muchas veces se generan utilidades que son aire”, añaden.
Por goodwill se entiende un beneficio tributario que nace de la diferencia contable en la fusión de dos compañías, considerando por un lado el desembolso a precio de mercado que hace el comprador y el valor contable de sus activos. Esa diferencia, hasta antes de la Reforma Tributaria, podía deducirse como gasto.