«Así, creo que hay que hablarles claro a los trabajadores: aquí lo que se necesita no son más sindicatos a la fuerza, sino que mejores dirigentes sindicales que motiven la creación de sindicatos y que los eleven a mejores estándares. Que el Estado los ayude en capacitarse es la real vía para lograr el respeto a los derechos de los trabajadores».
Como bien debemos recordar, el año 2001 se realizó una gran reforma al Código del Trabajo en materia sindical. En ella se fortalecieron los sindicatos, ya que había un diagnóstico de que así se fortalecía el derecho del trabajo.
Se redujeron todos los quórums de constitución de sindicatos, e incluso se introdujeron normas que permitían constituirlos sin quórum y con un plazo para llegar a él posteriormente. Entre otras medidas, se facultó a la Dirección del Trabajo para reintegrar trabajadores y publicar listados de empresas que atentan contra la libertad sindical.
Dichas normas no lograron fortalecer los derechos de los trabajadores de la forma que se pretendía y con el éxito que se esperaba.
El año 2005, a cargo del diputado Juan Pablo Letelier, una Comisión Investigadora de la Cámara analizó los efectos de las modificaciones del año 2001, debido a que hubo muchas denuncias de parte de trabajadores respecto a que dichas modificaciones fueron insuficientes, y los abusos en distintas materias laborales continuaban.
Dicha comisión, entre otras, concluyó que se debían tomar medidas en las siguientes áreas:
– Dotar a la Inspección del Trabajo de una planta funcionaria acorde con la realidad del mundo laboral
– Nuevo Código del trabajo, “acorde con su inserción en un mundo globalizado”
– Creación de nuevos tribunales laborales
Pues bien, en ninguna de las medidas que determinó esta comisión se habló de fortalecer a los sindicatos, de huelga, de más conflictividad, de mayor rol de la inspección en materia conciliatoria. El tener más sindicatos no fue considerado como solución. ¿Por qué lo es hoy? Porque nos queremos comparar a países que tienen realidades laborales absolutamente opuestas a las nuestras, como si fueran medidas seguras de éxito.
El diagnóstico fue claro, la Inspección del Trabajo –cuya función es fiscalizar– no tiene personal suficiente y, a 10 años de dicha conclusión, esto sigue igual. Dicho órgano no tiene la capacidad para fiscalizar el cumplimiento de la norma laboral, “en un mundo globalizado”.
Nadie se ha dado el tiempo de discutir la necesidad de un nuevo Código Laboral completo, uno donde, por ejemplo, no haya normas que limiten la contratación de extranjeros, como la del desactualizado artículo 19, que además proteja a los funcionarios del Estado, que al día de hoy es el peor empleador del país, y por supuesto uno que proteja derechos sin el riesgo de promover el reemplazo de trabajadores por maquinaria.
Lo único que indiscutiblemente se logró fue un nuevo procedimiento laboral, que creo funciona muy bien.
Así, pienso que hay que hablarles claro a los trabajadores: aquí lo que se necesita no son más sindicatos a la fuerza, sino que mejores dirigentes sindicales que motiven la creación de sindicatos y que los eleven a mejores estándares. Que el Estado los ayude en capacitarse es la real vía para lograr el respeto a los derechos de los trabajadores.
No necesitamos promover la huelga, ni más discursos que ponen en veredas distintas al empleador y al trabajador, sino que necesitamos más fiscalizadores, para que cuando haya violaciones a los derechos de los trabajadores, dichas acciones no queden impunes.
Esa es la Reforma Laboral necesaria, que tendrá efectos en las vidas de los trabajadores. A días de que termine el plazo de las indicaciones, creo que se vende humo en pos de decirle al trabajador que tendrá más derechos.