El ministro de relaciones exteriores sostuvo que el TPP tiene la gran ventaja de ser una ventana al futuro, porque representa «el nuevo estándar en materia de comercio internacional, de servicios e inversiones».
El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, dijo hoy que el Gobierno de Michelle Bachelet hizo lo necesario para «defender a los consumidores» en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), tras críticas de algunos sectores en el país.
«Las necesidades y los sectores vulnerables han quedado cubiertos, teníamos muy claro que era necesario defender a los consumidores de nuestro país y lo hemos hecho», dijo Muñoz en Manila, donde se reúnen los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Las declaraciones de Muñoz se dan luego de que algunos sectores chilenos cuestionaran el impacto del TPP sobre la producción farmacéutica local, en los llamados «medicamentos biológicos», y en sectores relacionados con la propiedad intelectual, la normativa ambiental, los estándares reguladores y las inversiones extranjeras.
Al desmantelar prácticamente unos 18.000 aranceles, el Acuerdo de Asociación Transpacífico impacta en los sectores productivos, que deberán enfrentar una mayor competencia, fundamentalmente de la industria estadounidense y las exportaciones asiáticas.
Pero según el ministro de Relaciones Exteriores, el acuerdo permitirá a las empresas chilenas contar con nuevos mercados y actualizar alguno de los 22 acuerdos de libre comercio que Chile tiene con 60 países (un 86 % del PIB mundial).
«La negociación del TPP se extendió incluso dos días más (de lo previsto) porque Chile defendió su sector de farmacéuticos biológicos. No cedimos en la protección de los años que se requieren para que entre una patente de genéricos», enfatizó el canciller.
Muñoz agregó que el Gobierno logró una moratoria que protegerá durante cinco años la producción farmacéutica local.
El ministro sostuvo que el TPP tiene la gran ventaja de ser una ventana al futuro, porque representa «el nuevo estándar en materia de comercio internacional, de servicios e inversiones».
«Un país como Chile, cuya prosperidad depende de la apertura al comercio internacional, no puede quedar al margen de un acuerdo de esta naturaleza que va a ser la vanguardia del futuro», recalcó.
El TPP, que involucra al 40 % de la economía mundial y a doce países, será firmado el 4 de febrero en Nueva Zelanda.
Además, los gobernantes se han dado un plazo de dos años para que sus respectivos parlamentos ratifiquen un acuerdo que tiene en el presidente estadounidense, Barack Obama, a su principal impulsor y del que está excluida China, la segunda economía mundial.
Ahora queda que el texto completo del TPP, que consta de 30 capítulos y más de 2.000 páginas y cuyo contenido fue hecho público días atrás, no encuentre obstáculos en los parlamentos de los 12 países firmantes.
Ello daría al traste con unas negociaciones que se prolongaron durante cinco años, hasta octubre pasado, y que fueron llevadas con una discreción tan absoluta que para algunos rayó con el secretismo.
Si el TPP pasa esta última prueba, dentro de dos años podrán solicitar su ingreso otros países que ya han mostrado su interés en formar parte de una iniciativa que puede compensar el fracaso de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC)