Luis Caputo, administrador de fondos y operador argentino de 50 años de edad, será el hombre clave en las negociaciones con los bonistas descontentos que demandaron al gobierno por el reembolso y mantuvieron efectivamente al país fuera de los mercados internacionales de deuda desde su cesación de pagos récord de 2001. Ninguno de sus acreedores fue tan obstinado como Singer, quien desde que rechazó las reestructuraciones de deuda del país, intentó reiteradamente apretarle las clavijas. Una de las medidas más audaces de su fondo de cobertura fue la incautación temporaria de un barco de la armada argentina amarrado en Ghana.
Luis Caputo está a punto de heredar una de las tareas quizá más difíciles y apremiantes de la nueva administración de Argentina: negociar el fin de una amarga disputa legal que lleva una década con acreedores encabezados por el multimillonario Paul Singer.
El presidente electo Mauricio Macri designará a Caputo, ex responsable de la unidad Argentina de Deutsche Bank AG y ex jefe de operaciones de deuda de América Latina en JPMorgan Chase & Co., como su nuevo secretario de finanzas, según una persona al tanto de la decisión, que pidió no ser identificada ya que no está autorizada a hablar públicamente.
El administrador de fondos y operador argentino de 50 años de edad será el hombre clave en las negociaciones con los bonistas descontentos que demandaron al gobierno por el reembolso y mantuvieron efectivamente al país fuera de los mercados internacionales de deuda desde su cesación de pagos récord de 2001. Ninguno de sus acreedores fue tan obstinado como Singer, quien desde que rechazó las reestructuraciones de deuda del país, intentó reiteradamente apretarle las clavijas. Una de las medidas más audaces de su fondo de cobertura fue la incautación temporaria de un barco de la armada argentina amarrado en Ghana.
Estas hazañas valieron a Singer y a otros fondos de cobertura el odio de la presidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, quien los llamó “buitres” y cuya negativa de obedecer el fallo de un tribunal estadounidense de pagar a los acreedores empujó al país a otra cesación de pagos el año pasado.
En vista de estos antecedentes, nadie espera que sea fácil llegar a un acuerdo. No obstante, el conocimiento de los mercados emergentes y la experiencia de trabajar en algunos de los bancos más grandes de Wall Street hacen que Caputo resulte muy adecuado para la tarea, según Patrick Esteruelas, analista sénior de deuda soberana en EMSO Partners, que tiene a su cargo US$2.600 millones.
“Caputo es, francamente, una bocanada de aire fresco luego de una cantidad de secretarios de finanzas que no estuvieron totalmente a la altura”, dijo. “Es un elemento conocido en el mercado, con un conocimiento técnico sólido de los problemas y consideraciones de liquidez del mercado”.
Caputo, actualmente presidente del administrador de carteras Axis Inversiones, con sede en Buenos Aires, no respondió a un correo electrónico y a un mensaje telefónico de consulta sobre su futura función o una estrategia con los acreedores descontentos.
Alfonso Prat-Gay, que será el ministro de Economía de Argentina, no estaba disponible para hacer declaraciones, según su portavoz. Prat-Gay, ex presidente del banco central desde 2002 hasta 2004, trabajó con Caputo en JPMorgan.
Macri, que asumirá la presidencia el 10 de diciembre, ha prometido abrir la economía después de 12 años de régimen de Fernández y su difunto esposo, Néstor Kirchner. Será fundamental para ese objetivo arreglar con Singer y los otros acreedores no reestructurados, como se los llama.
Argentina se halla actualmente en cesación de pagos sobre unos US$28.000 millones de bonos en moneda extranjera después de que el juez federal en Manhattan, Thomas Griesa, impidió al país realizar pagos de deuda hasta llegar a un acuerdo con un grupo de fondos de cobertura entre los cuales se cuentan Elliott Management de Singer y Aurelius Capital Management.
Stephen Spruiell, portavoz de Elliott, con sede en Nueva York, no respondió a un correo electrónico de consulta en relación a la posible designación de Caputo. Brian Schaffer, portavoz de Aurelius en Prosek Partners, se negó a hacer declaraciones.
Para que Argentina vuelva a acceder a los mercados de capitales, Caputo no sólo tendrá que negociar con los fondos de cobertura. También se sentarán a la mesa acreedores con US$10.000 millones después de que Griesa permitió que otros litigantes se sumaran a las negociaciones este año.
En una entrevista con Bloomberg en abril de 2014, Caputo dijo que Argentina deberá llegar a un acuerdo con sus acreedores.
“Es necesario resolver el problema en la justicia estadounidense”, dijo Caputo, que en ese momento administraba un fondo argentino para Noctua International LLC. “No es razonable pensar que quebrantarán la ley por un tiempo indefinido. No es bueno para el país”.
Caputo, cuya permanencia de 11 años en Deutsche Bank terminó en 2008, fue jefe de operaciones de deuda de América Latina en JPMorgan desde 1994 hasta 1997. También fue anteriormente director de Empresa Distribuidora y Comercializadora Norte SA, el mayor distribuidor de electricidad de Argentina.
“Caputo sabe de mercados, es un verdadero trader,” dijo Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment en Buenos Aires, quien trabajó en Deutsche Bank en la misma época que Caputo. “Es conocido en el mercado. Si tiene que sentarse con Paul Singer, hace dos llamadas y consigue la reunión. Es creíble y presentable”.
Además de poner fin al impase con los acreedores, Caputo también deberá ayudar al nuevo gobierno a apuntalar las reservas en moneda extranjera que este año cayeron hasta un mínimo en nueve años de US$25.600 millones en medio de un crecimiento flojo y precios en baja para las exportaciones de materias primas.
“Es un grupo muchísimo más profesional del que hubo en Argentina mucho tiempo,» dijo Diego Ferro, codirector de inversiones en Greylock Capital Management. «Gente con experiencia que tendrá sus propias ideas de cómo resolver el problema. Todos me merecen mucho respeto profesional. Dado que conocen en el mercado internacional, no tengo dudas de que van a encontrar una solución razonable para enfrentarlo”.
