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Ocho maneras en que cambiará el mundo del vino en 2016 y el rol de Chile

Ocho maneras en que cambiará el mundo del vino en 2016 y el rol de Chile

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El futuro del vino se presenta luminoso aunque la cerveza y la sidra artesanales acaparan mucha atención. Sin embargo, más gente que nunca (en los Estados Unidos y el Reino Unido en especial) toma bebidas más caras –si bien uno también puede arreglárselas espléndidamente por menos de US$50-. El hecho de que el color bordó sea el que está de moda para los zapatos también viene bien.


El impacto del cambio climático y las nuevas tecnologías (como la posibilidad de ver el precio de los vinos en un smartphone) aparecen en mi radar vínico para 2016. El vino espumante, en especial el ubicuo prosecco, todavía pisa fuerte pero se avecina una tendencia a pasar a productos premium. Ídem para el rosé.

El futuro del vino se presenta luminoso aunque la cerveza y la sidra artesanales acaparan mucha atención. Sin embargo, más gente que nunca (en los Estados Unidos y el Reino Unido en especial) toma bebidas más caras –si bien uno también puede arreglárselas espléndidamente por menos de US$50-. El hecho de que el color bordó sea el que está de moda para los zapatos también viene bien.

Esto es lo que veo en mi copa de cristal para el año que viene.

Despega el vino espumante inglés

La conciencia mundial sobre la calidad del espumante inglés recibió un enorme impulso cuando la casa francesa de champán Taittinger anunció a principios de diciembre que había comprado tierras para viñedos en Kent y planea elaborar vinos espumantes de primer nivel bajo el sello Domaine Evremond. Pronostico que otras casas de champán seguirán sus pasos.

La región de Champagne, famosa por lo fría, ahora es más cálida que hace una generación mientras que el aún más frío sur de Inglaterra, que tiene el mismo suelo calcáreo, se ha calentado de manera beneficiosa. Productores como Ridgeview, Nyetimber y Coates Seely elaboran un buen espumante, aunque se ha exportado poco. Con el voto de confianza francés, eso seguramente cambiará.

Los vinos “naturales se suman a los tradicionales

Antes sólo elegido por una diminuta franja de puristas, el vino “natural” atraerá a un público mucho más amplio, en especial en los restaurantes pequeños y de moda (así como en los de alta gama) con sommeliers curiosos. Nueva York, por ejemplo, tiene tres nuevos wine bars desde 2015, entre ellos, el favorito de la industria Wildair y The Four Horsemen, proyecto de dos estrellas de James Murphy, ex integrante de LCD Soundsystem, en Brooklyn.

Esto ocurre no sólo en las zonas metropolitanas más grandes sino también en lugares como Austin, Texas, y Nashville, Tennessee.

En parte se debe a un pasaje inevitable del consumidor a los productos artesanales, acompañado del hecho natural de que la calidad de los vinos ha mejorado. (Miren lo que pasa con los espumantes pétillant-naturel, punto de entrada divertido para una media docena de productores estadounidenses de vino que hoy están experimentando.) Y en parte es resultado de que muchos restaurateurs tienen una visión más incluyente del vino, en la que pueden coexistir en la misma lista ejemplos hard core sin añadido de sulfitos con botellas de vinos orgánicos y biodinámicos de primer nivel de Domaine Michel Lafarge y Chateau Lafite

La uva de moda en 2016 será… la cabernet franc

Si bien decenas de variedades desconocidas y exóticas con nombres impronunciables harán ruido, la uva cabernet franc está lista para su gran momento. La cab franc, la uva tinta más importante del Valle del Loira francés, es una estrella en ascenso en Chile, California, el estado de Washington, Argentina, los lagos Finger, Virginia y Sudáfrica. ¿Por qué? Es sumamente versátil y produce vinos fragantes y elegantes con notas terrosas, especiadas y herbales con una acidez refrescante y amable con la comida.

Y, conforme el clima se calienta en Burdeos, productores de vino de prestigiosos dominios de Pomerol como Chateau Lafleur suman más cab franc a sus mezclas de merlot/cab franc porque esas uvas aportan más acidez y menos alcohol.

Italia es la próxima Borgoña

El borgoña sigue teniendo enorme aceptación y obtiene altos precios en las subastas. Pero, conforme la negociación de vinos de Burdeos tiende a bajar en la bolsa internacional Liv-ex y el precio del borgoña parece destinado a multimillonarios, los tintos italianos como el Ornellaia y el Sassicaia y el Brunello di Montalcinos 2010 parecen una ganga. Sin embargo, yo he puesto los ojos en el Piemonte como el próximo territorio posible para los amantes del borgoña que no podían hacer frente a su alto costo. El barolo y el barbaresco ofrecen mucho de lo que da atractivo al borgoña: tintos complejos y terrosos, de maravilloso aroma y amables con la comida provenientes de viñedos únicos.

Llega el tour de lujo carísimo por las bodegas

Cuando los vinos de primer nivel se venden a sumas ridículas, ¿a quién puede sorprenderle que los tours por las bodegas sigan el mismo camino? El Castello di Amorosa de Napa Valley, recreación de 107 habitaciones de un castillo toscano del siglo XIII, con salas de fermentación y bodega de barricas, puso en movimiento la bola de los tours exclusivos y costosos. Sus paquetes VIP van de los US$1.000 a los US$20.000, lo que puede incluir un barril con nuestro nombre en la cabeza, un álbum de cuero con fotos del tour tomadas por un fotógrafo profesional, 288 botellas de cabernet sauvignon de nuestro propio barril con etiquetas personalizadas e incluso una caja de quince cigarros de colección Montecristo Platinum.

La casa de champán Duval-Leroy lanzó lo máximo en tours con uno en el que el visitante puede crear su propia mezcla, que le será entregada en botellas grabadas. Pedido mínimo: 1.000 a un costo de 40.000 euros (US$43.722).

Volver al futuro con vino por copa

Una combinación de tendencias convergentes se traducirá en mejores –y muchos más- vinos por copa en los restaurantes de todas partes. Los consumidores curiosos buscan diversificar su paladar, la difusión de los bistrós informales centrados en el vino refleja nuestra manera de comer y beber y ahora se dispone de una tecnología innovadora de conservación del vino.

Les 110 de Taillevent, una versión relajada y menos cara del emblemático restaurante de París, abrió una sucursal en Londres en octubre con 110 vinos por copa. Entretanto, en San Francisco, se inauguró Dirty Water en el edificio Twitter en julio, con 114 opciones cuyo precio oscila entre US$10 y US$300.

En materia de tecnología, lo que cambió las reglas de juego es el Coravin, un dispositivo que permite extraer una parte del vino de una botella manteniendo el resto fresco. Después de las fallas iniciales (botellas rotas, etc.), este año se lanzó una versión nueva y mejorada en todo el mundo. Sin duda, veremos a muchos más restaurantes empezar a utilizarla en 2016.

Ascenso del camión de vinos

Dada la popularidad de los camiones de comida, los vinicultores de Saint-Emilion han decidido lanzar su propio camión de vinos: un reluciente camión Citroën 1976 con la frase “Saint-Emilion Wine Trip” escrita en el costado. Esta sala de degustación sobre ruedas hará de quince a veinte paradas en los festivales de jazz, las ferias de vinos y los mercados de antigüedades de cuatro regiones francesas: el sudoeste de Francia, Paso de Calais, Bretaña y Alsacia a partir de marzo de 2016. Un conductor-sommelier servirá 16 vinos junto a los viñateros, que se acercarán a cada parada.

Seguramente otras regiones vitivinícolas verán el potencial. Napa, arranca tus motores.

Crecerá la categoría de “vinos de famosos”

Cada vez con mayor frecuencia los vinos llevan etiquetas con los nombres de series de televisión (Downton Abbey), equipos de béisbol, estrellas del fútbol americano, actores como Diane Keaton, libros y películas (Cincuenta sombras de Grey).

Ahora que las agencias de relaciones públicas ven a los tintos y los blancos como una forma de ampliar la marca de todo tipo de cosas, incluso restaurantes, estoy convencida de que habrá muchos más en 2016. (Aunque no estoy segura de que un riesling de los lagos Finger le agregue algo a la imagen de los New York Yankees.)

El último en sumarse al club de los vinos de celebridades es el músico ganador de un Grammy John Legend, que se asoció a Jean-Charles Boisset, dueño de la bodega Raymond de Napa, para crear “una serie única de notas ricas, vibrantes y complejas inspiradas en el amor verdadero”. Traducción: un cabernet opulento (US$85) y un chardonnay seductor (US$45) con el sello de LVE Collection.

No se ha informado si van a cantar en la copa.

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