En marzo echa a andar cinco experiencias pilotos que abarcarán a distintos sectores de la economía, con el objeto de dar a conocer los principales incumplimientos tributarios que cometen los contribuyentes del segmento.
En el Proyecto de Simplificación de la Reforma Tributaria que se aprobó en el Congreso, se agregaron dos nuevas facultades al Servicio de Impuestos Internos (SII). A partir de este año, el Servicio puede capacitar a contribuyentes, representantes o intermediarios y suscribir compromisos tributarios.
La ley no ahonda mucho más y tampoco hubo mayor cuestión al respecto en su paso por el Congreso, pero lo que esas dos nuevas atribuciones involucran es un cambio de orientación en la forma en que el organismo realiza su fiscalización, con el objeto de aminorar la evasión que el año pasado habría bajado a una tasa de 22% frente al 25% que se estimaba en 2014.
Según fuentes familiarizadas con este proceso, probablemente en marzo se iniciarían las primeras experiencias. Se habla de 4 o 5 programas pilotos que permitan adecuar el modelo a la realidad local, porque la idea se trajo principalmente de Australia. Aunque no es una iniciativa exclusiva de este país, puesto que la OCDE suele incluirla entre sus sugerencias para mejorar el cumplimiento.
Dos artículos que contenía la Simplificación de la Reforma Tributaria –aprobada por el Congreso a fines de enero pasado–, abrieron la puerta para que el SII pudiera ampliar la forma en que realiza sus fiscalizaciones. Para ello, tuvieron que modificar la Ley Orgánica del Servicio de Impuestos Internos que data de 1980, porque hasta este año la entidad no estaba autorizada para capacitar ni para establecer acuerdos que promovieran el cumplimiento tributario.
El primero de ellos es el artículo sexto, donde se señala que en el artículo séptimo se agregue lo siguiente: «q) Llevar a cabo acciones de capacitación destinadas a los contribuyentes, sus representantes y a sus colaboradores o intermediarios tributarios en materia de tributación fiscal interna y establecer acuerdos u otras acciones orientadas a promover el cumplimiento tributario»
El modelo apunta a alinear a los distintos actores en torno a una misma interpretación de la normativa y a que se cumpla con el pago de impuestos con el objeto de disminuir la evasión. Por lo tanto, la subdirección de fiscalización del SII trabajaría con sectores de la economía que tengan impacto en la recaudación y donde se identifique la ocurrencia persistente de incumplimientos, o lo que en la jerga técnica llaman “brechas tributarias”, ya sea por ignorancia, mala interpretación o, simplemente, porque siempre se ha hecho así.
Ese listado de “faltas” será presentado por el SII a las organizaciones que reúnan a las empresas del sector, por ejemplo, una asociación gremial como podría ser la Cámara Chilena de la Construcción o la Cámara Nacional de Comercio.
Una de las condiciones que se requieren para que esta iniciativa funcione es que haya un líder del sector claro que aglutine a los distintos actores, porque la idea es iniciar un diálogo a partir de ese listado, donde se aúnen criterios sobre las diferencias de interpretación entre los actores y el servicio, se capacite a los contribuyentes y que haya finalmente un acuerdo de cumplimiento con el fin de explicitar un compromiso de ir resolviendo los problemas enunciados. De este modo, las fuentes que conocen de este proceso creen que podrían cambiar las prácticas en el largo plazo.
El SII, por su parte, pretende lograr un uso más eficiente de sus recursos. Hoy es habitual que los contribuyentes reciban comunicaciones vía email que dan cuenta de incumplimientos que los obligan a ir al servicio a rectificar o explicar, pero que quedan en espera porque los funcionarios no dan abasto.
Con esta nueva metodología, suponen que bastaría con tener a dos fiscalizadores dedicados a responder las inquietudes de un segmento específico con el que se está trabajando para disminuir el número de incumplimientos. A esto se sumaría la capacitación de los diversos actores.
Lo que el SII tendrá cuidado de poner en claro cuando lance este programa es que no se trata de un ablandamiento, sino que lo que se pretende es perseguir a los que efectivamente no quieren pagar impuestos. Basta mirar la página de la Oficina de Impuestos de Australia para darse cuenta de que este servicio usa tanto el garrote como la zanahoria: ayuda a quien quiere enmendar y persigue a quien evade.