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El líder ha muerto, ¡viva el líder! Columna de opinión

El líder ha muerto, ¡viva el líder!

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Ignacio Larraechea
Por : Ignacio Larraechea Gerente General de Acción RSE
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Desde la óptica de quienes buscamos instalar el Desarrollo Sostenible como la estrategia que Chile y el mundo necesitan, nos parece que una agenda verdaderamente movilizadora y convocante, requiere ser el resultado de un proceso de participación genuino y legitimado por todos los actores sociales.


¿Cuánto importan los líderes en el desarrollo de un país? ¿Tenemos los chilenos líderes en nuestros entornos cercanos? ¿Es realmente necesario que surjan nuevos liderazgos o podemos reciclar a los clásicos? ¿Estamos frente a una crisis de liderazgos en Chile y en el mundo?

Estas fueron algunas de las preguntas que desde ACCIÓN intentamos contestar a través de un sondeo de opinión ciudadano que realizamos en marzo pasado junto a Edgy, y a través del cual llegamos a varias conclusiones. La primera de ellas – y qué duda cabe– es que estamos en presencia de una profunda erosión de las formas clásicas de liderazgo, y este desgaste que se da en todo ámbito afectando con la misma fuerza a líderes políticos, estudiantiles, empresariales, religiosos y /o sindicales, ha puesto en jaque a todos los nichos clásicos de influencia social (partidos políticos, iglesias, sindicatos, empresas, etc.) que ya no sirven para dar respuestas concretas y reales a las transformaciones sociales que afectan e interesan a los ciudadanos, y esto es básicamente porque esas instituciones no fueron capaces de renovarse a la par de una sociedad más exigente que demanda no solo representatividad sino participación directa.

La segunda, es que hay un mensaje inequívoco sobre lo que la gente valora en los liderazgos. La honradez y la ética, (95%) se empinan con fuerza como atributos indispensables que todo líder debería tener, a pesar de que estas menciones puedan estar teñidas con las sombras de los últimos escándalos judiciales que han golpeado a políticos, empresarios, líderes eclesiásticos, dirigentes deportivos, militares, etc., vemos que hay un llamado a dar con nuevos referentes que simbolicen los intereses de Chile –y no particulares sino colectivos– y que, a su vez, sean capaces de concretar acciones y proyectos tangibles. Porque otro rasgo importante que nos muestra este sondeo es la importancia que las personas le damos a la coherencia entre el decir y el hacer de quienes tienen y ejercen poder e influencia, el 82% de las respuestas así lo señalan.

Desde la óptica de quienes buscamos instalar el Desarrollo Sostenible como la estrategia que Chile y el mundo necesitan, nos parece que una agenda verdaderamente movilizadora y convocante, requiere ser el resultado de un proceso de participación genuino y legitimado por todos los actores sociales.

Y ese pareciera ser el rol fundamental de los nuevos líderes: generar las confianzas que aseguren altos niveles de participación, que las distintas posiciones sean escuchadas, comprendidas y atendidas, para luego generar acuerdos y compromisos. Un buen líder hoy es un facilitador de procesos colaborativos. De ahí la importancia de que el 97% de los entrevistados manifieste la necesidad de que surjan nuevos liderazgos en Chile, lo que sumado al 59 % que considera que en Chile y el mundo, la falta de nuevos liderazgos podría afectar la vida de un país, nos da una señal muy potente de que tenemos la imperiosa necesidad de dar con una forma de liderazgo que facilite el desarrollo económico, social y ambiental de nuestra sociedad.

En suma, líderes que salgan de la tradicional confrontación de ideas y avancen hacia un mundo más rico y complejo, como es la colaboración.

Ignacio Larraechea
Gerente General de ACCIÓN

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