El informe adelantaba además «un mayor deterioro del mercado laboral podría exacerbar dicho riesgo. En tanto, un escenario de aumento de estándares en el otorgamiento de crédito tendría un menor impacto en la industria”.
Esta semanas la Cámara Chilena de la Construcción espantó a algunos que siguen el mercado inmobiliario con atención.
Su informe trimestral reveló que la venta de viviendas cayó un 39,2% en comparación al mismo período de 2015, producto de un retroceso de 41,9% en la venta de departamentos y de 30,9% en la venta de casas.
Con estos datos, las ventas inmobiliarias registraron un desplome de 40,2% en el primer semestre, dando cuenta de la fuerte caída del mercado de viviendas en la primera parte de este 2016.
Lo único positivo del informe es que según el Índice Real de Precios de Viviendas (IRPV), en el trimestre móvil abril-junio el precio de las viviendas registró un alza de 2,8%. Aunque el precio de los departamentos se desaceleró, pasando de 0,4% en el periodo anterior a -0,5% en el mencionado trimestre móvil.
Más de un economista e inversionista de la plaza tuvieron palabras duras contra el Banco Central por no estar sacando la voz acerca del impacto que esto podría tener en el sector financiero.
Pero si uno lee el Informe de Estabilidad Financiera de junio del Banco Central, la caída de las ventas se veía venir.
En el ente emisor dicen que la caída en las ventas está dentro del análisis del IEF de junio, puesto que éste incorpora las cifras del primer trimestre, que muestran una baja muy similar a la que acaba de darse a conocer para el segundo trimestre.
Explican que el rol del BC no es dar proyecciones de tendencias, sino explicar escenarios de riesgo. Y en el IEF de junio hay referencia a los riesgos que enfrenta el sector inmobiliario:
“Datos recientes muestran que la venta de viviendas nuevas se redujo de forma relevante durante el primer trimestre del 2016, situación que se explica en gran parte por el fenómeno de adelantamiento de compras observado durante el año anterior. En este contexto, los indicadores de precios de vivienda continúan creciendo a tasas similares a las observadas en trimestres previos. Debido a que un volumen significativo de las ventas del 2015 corresponden a viviendas que se encuentran en etapa de construcción con entregas esperadas para este y el próximo año, uno de los mayores riesgos para la industria inmobiliaria es el desistimiento de promesas. En este sentido, un mayor deterioro del mercado laboral podría exacerbar dicho riesgo. En tanto, un escenario de aumento de estándares en el otorgamiento de crédito tendría un menor impacto en la industria”.
El IEF no hace ninguna mención a la existencia de “un riesgo contenido” en este sector, sino que revisa los distintos riesgos que este enfrenta, entre ellos el posible incremento del desistimiento de promesas.