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Uber, Airbnb o el mercado forex: tecnologías que desafían a la ley Opinión

Uber, Airbnb o el mercado forex: tecnologías que desafían a la ley

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Paola Cabezas
Por : Paola Cabezas Abogada y militante de Ciudadanaos
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«Las apps o negocios del siglo XXI no son los que se van a ajustar a nuestras siempre anacrónicas normativas, sino que son nuestras leyes las que deben acomodarse y buscar la forma de dar legalidad a cada producto, servicio o mercado».


¿Cuánto le importan como desafío a nuestro Gobierno las nuevas apps o nuevos negocios que surgen a diario en el mundo? Pareciera que no mucho.

Lo digo sobre la base del mercado forex, servicios como Uber y apps como Airbnb.

Cada vez que surge un negocio o mercado que desconocemos, la reacción del Gobierno o entidad reguladora es reactiva, “lo estudiaremos”, “no se ajusta a la normativa vigente”, etc.

Esas son las frases típicas, pareciera que nadie en el Ministerio de Transporte hubiera pensado en que Uber sería un tema, o que en la Superintendencia de bancos nadie viera que la desregulación o desinformación del mercado forex pudiera ser nicho para estafadores que hicieron desaparecer millones de dólares de chilenos.

¿A qué voy con esto? Es perfectamente posible la existencia de un órgano o departamento (créame, no son nuevos funcionarios, sino jóvenes de cada institución) que estén atentos al desarrollo de tecnológicas, y adviertan preventivamente que algo se viene, que hay que tomar acción y hacer propuestas; sí, es posible, de hecho, esa función sería hasta atractiva.

La gente joven tiene que tener una característica distintiva, bastante simple, de entender que las apps o negocios del siglo XXI no son los que se van a ajustar a nuestras siempre anacrónicas normativas, sino que son nuestras leyes las que deben acomodarse y buscar la forma de dar legalidad a cada producto, servicio o mercado.

Piense en Uber. En Santiago, hace más de 2 meses fue la primera protesta de taxistas en contra del servicio. En París, fueron hace un año y un mes. Claramente en Transportes se podría haber sido proactivo. Hoy las críticas entre el ministerio y el Parlamento van y vienen, que nadie leyó el informe, que nadie lo comentó, etc. Pero el tema es que solución no hay, y solo se sigue hablando de prohibir un servicio apreciado por la ciudadana.

Piense en Airbnb. Actualmente no es tema de primera plana, pero créame que sí está provocando roces. Si usted arrienda una pieza de su casa, el problema es suyo con impuestos internos o el municipio. Usted verá si lo hace como corresponde y si paga el IVA del arriendo y si tiene permiso para funcionar. Perdón que lo sorprenda, pero sí, el arrendar amoblado no es tan sencillo. El problema más grande que se está provocando es en comunidades, en edificios.

¿Por qué yo y todos mis vecinos que adquirimos un departamento para vivir, tenemos que permitir la entrada de turistas a diario porque alguien compró para arrendar? Esa pregunta es el problema hoy en día, departamentos que no tienen permiso para funcionar como verdaderos hoteles, que ponen en riesgo la seguridad del resto de los residentes, porque entra y sale gente todo el día, lo que impide el control de conserjes, ¿quién resolverá esto? Nadie, mientras no haya un problema grande, nadie.

Piense en el mercado forex. Hay distintas opiniones en cuanto a si deben estar reguladas o no, pero el tema es que en Chile –solo en 2016–, van en $182.000.000.000 los dineros en que se ha estafado a gente. Eso amerita al menos una revisión de la normativa. ¿Y? Nada.

La ley también necesita a alguien que se preocupe de su innovación o vigencia.

Paola Cabezas
Abogada

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