Equipo de estudios del banco detalla que alza en su previsión para el próximo año vendría por parte sector externo, el consumo del gobierno, y bienes durables y de servicios de los privados, y que tras dos años la inversión volverá a crecer. Estiman además que inflación cerrará el año en 3,4% a/a para situarse en marzo en el centro del rango meta del Banco Central y que el desempleo llegará a un peak de 7,4%. Frente a la discusión de la Ley de Presupuestos que se avecina, apuntan a que el gasto crecería en torno a 3,0%.
El banco Santander actualizó sus proyecciones de la economía chilena para este año y el próximo.
De acuerdo a su informe económico correspondiente al tercer trimestre, el equipo de estudios del banco mantuvo su proyección de crecimiento del país en 1,6% para el 2016, pero elevó a 2% su previsión para el 2017, desde 1,8% que estimaba en informes anteriores.
Esto influido principalmente por el panorama externo, que describen a partir de la segunda parte del año «se avizora más positivo para nuestra economía».
Detallan que a pesar del menor dinamismo estructural del mundo, «Chile y el resto de las economías latinoamericanas -que han sido especialmente susceptibles a la volatilidad derivada de los mercados de las materias primas- tienen nuevas oportunidades gracias a un sector financiero receptor de capitales provenientes del reencanto de los inversionistas globales con la región».
Apuntan además a que en el aumento de su proyección para 2017, aparte del sector externo, influye el consumo del gobierno, y de bienes durables y de servicios de los privados.
Respecto a la inversión, señalan que el dinamismo estará apalancado en maquinaria y equipos, ya que la construcción irá mostrando una desaceleración permanente. Pese a esto, indican que el comportamiento del peso chileno, así como un cambio en las expectativas empresariales, podrían mejorar la tendencia de crecimiento.
«Nuestra estimación es que, tras dos años, la inversión volverá a crecer 0,7% a/a en 2016, y en 2017 se expandirá 0,4% a/a», dicen en el informe.
En cuanto a la situación fiscal, describen que la austeridad del gasto público se ha topado con la expansión del consumo del gobierno del primer semestre, que fue 5,7% a/a.
Prevén que «si bien esperamos una reducción en su dinámica para el resto de año, éste seguirá siendo una fuente de crecimiento. A partir de la menor recaudación fiscal vemos que el déficit efectivo cerrará el año en 3,3% del producto».
Frente a la discusión de la Ley de Presupuestos que se avecina, apuntan a que para el próximo año, «en línea con el compromiso de equilibrio estructural, el gasto debería crecer en torno a 3,0,%, con lo cual el déficit llegaría a 2,8% del producto».
Por su parte, para 2017 proyectan que la expansión del gasto público respecto a la Ley de Responsabilidad Fiscal sea de 5,9%, lo que equivale a 3,0% real anual.
Pese a esto, subrayan que «la recaudación por IVA se ha visto resentida por debilidad de la actividad, lo que puede ser una señal de futuras tensiones en las arcas fiscales».
En términos inflacionarios, estiman un cierre de año en torno a 3,4% a/a para situarse en marzo en el centro del rango meta del Banco Central. En ese sentido, esperan que la Tasa de Política Monetaria se mantenga inalterada hasta finales
de 2017, y que la inflación converja a 3% a esa fecha «por mayores brechas de producto, lo que sería atenuado por una depreciación del tipo de cambio coherente con una o dos alzas en la tasa de instancia por parte de la Fed».
El Santander da cuenta además de el deterioro del mercado laboral evidenciado en la calidad del nuevo empleo (crecimiento de trabajadores por cuenta propia), en un menor crecimiento de las remuneraciones y en la lenta creación de empleo privado. Proyectan que el desempleo alcanzaría un peak de 7,4%, para promediar 6,8%. Para el próximo año esperamos un desempleo promedio de 7,2%.