En todo el mundo, los operadores se han equivocado con la caída de las materias primas de este año. Han visto cómo los precios del petróleo han caído a pesar de los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Han observado el descenso de los precios del cobre mientras los distribuidores de chatarra vendían sus existencias aprovechando los precios más altos. Han visto cómo los cambios en las políticas en Filipinas causaron una liquidación en el níquel.
Los analistas de Grupo Goldman Sachs Inc. pueden no haber sido los únicos que se equivocaron al estimar los precios de las materias primas este año, pero al menos están tratando de averiguar cómo evaluaron incorrectamente el mercado.
Los commodities han caído un 9 por ciento desde su máximo de 2017 a mediados de febrero, y Goldman reconoce que algunos factores no eran predecibles, incluidos el aumento de los suministros de petróleo en Libia y Nigeria y el impacto del tiempo en los cultivos.
«Pero esto todavía deja la pregunta de cómo nosotros (y el mercado) nos equivocamos tanto», dijeron analistas del banco en una nota de investigación el jueves.
El informe surgió menos de 24 horas después de que Goldman se uniera a otros grandes bancos, incluyendo JPMorgan Chase & Co. y Morgan Stanley, en reducir su pronóstico para el crudo West Texas Intermediate. Société Générale SA también ha rebajado drásticamente sus previsiones.
En todo el mundo, los operadores se han equivocado con la caída de las materias primas de este año. Han visto cómo los precios del petróleo han caído a pesar de los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Han observado el descenso de los precios del cobre mientras los distribuidores de chatarra vendían sus existencias aprovechando los precios más altos. Han visto cómo los cambios en las políticas en Filipinas causaron una liquidación en el níquel.
Goldman dice que una subestimación de algunas reglas de inversión de materias primas contribuyó a que el mercado fuera mal evaluado. Incluyen un análisis de las diferencias de precios en algunos contactos, lo cual es clave para entender si el mercado está sobreabastecido o subabastecido, escribieron los analistas, entre ellos Jeff Currie.
En una nota separada el miércoles, Goldman redujo su previsión del WTI para los próximos tres meses en US$7,50 el barril a US$47,50. Una caída en los precios del petróleo llevó al WTI y el Brent, la referencia mundial, a los mercados bajistas de la semana pasada.
Sin embargo, Goldman sigue siendo optimista sobre el petróleo.
«Aunque el rango de negociación es probablemente inferior de lo que inicialmente pensábamos, es probable que estemos en el extremo inferior de ese rango ahora y a los niveles de precios actuales la clase de activos se vea atractiva», dijeron los analistas del banco en su nota del jueves.
En los últimos días, el mercado se ha vuelto más alcista después de que cifras de Estados Unidos mostraron el miércoles que los inventarios de petróleo disminuyeron. El WTI se encaminaba a su sexta ganancia consecutiva el jueves, la racha más prolongada desde principios de abril.
Goldman señala que también malinterpretó las dinámicas de la oferta en el mercado del cobre.
Un alza comenzó a desarrollarse en los últimos meses a medida que los comerciantes de chatarra vendían existencias intensamente para aprovechar los precios más altos. El cobre llegó a un mínimo de US$5.462,50 la tonelada el 8 de mayo, por debajo de la meta de tres meses de Goldman de US$6.200.
El auge de la chatarra en el mercado del cobre tuvo el mismo efecto depresivo que el shale norteamericano en el mercado de la energía, precisó.
El mercado del cobre recientemente ha sido más amable con la visión de Goldman. Los precios subieron de regreso a US$6.000 esta semana, y el banco mantiene su visión alcista.