El plan para reprogramar las deudas de las Cascadas trae consigo el avanzado retiro de Itaú CorpBanca como principal acreedor de las sociedades controladas por el ex yerno de Pinochet y a través de las cuales controla indirectamente Soquimich. Hace tres años llegó a superar los US$ 430 millones en créditos del ex banco de Álvaro Saieh y representó más del 60% de los préstamos con la banca. Parte de esos créditos son los que gatillaron la disputa con la Sbif, que resultó en que el regulador le aplicara la mayor multa en la historia de la banca chilena. Tras la operación en curso, el banco hoy controlado por los brasileños apenas superará los US$ 250 millones de exposición al socio de SQM. El fin de un ciclo. Detrás de las operaciones toman protagonismo el Security, BTG y Banco Internacional. A los bancos grandes no les apetece el negocio y temen un costo reputacional. Hay dos personajes que están jugando un rol clave y que por años fueron parte del círculo de hierro de Saieh en la entidad bancaria: Fernando Massú y Mario Chamorro.
Ni Potash ni PCS. El gran socio de Julio Ponce Lerou en los últimos cinco años sin duda ha sido Álvaro Saieh Bendeck. El ex controlador de CorpBanca llevó a dicha entidad a concentrar más del 50% del financiamiento bancario de las sociedades Cascadas que forman parte de la cadena de control de SQM en 2013 y reimpulsó su exposición en 2015, para recién este año marcar el inicio de la retirada del banco, hoy fusionado con Itaú.
El plan de refinanciamiento que lleva adelante Pampa Calichera, y que incluye créditos de nuevas entidades financieras de pequeño tamaño (Internacional, BTG y Security), permitirá reducir en US$ 50 millones las deudas con Itaú CorpBanca, acercándose a los US$ 250 millones, su menor nivel de exposición del último quinquenio.
La jugada, gestionada ante bancos con vínculos de algunos de sus máximos ejecutivos con CorpBanca, marca la nueva política crediticia de los brasileños –que controlan desde abril de 2016 la nueva entidad privada– de alejarse de los riesgos que implicaba la agresiva política de inversión que llevaba adelante Saieh y que tuvo consecuencias complejas para la entidad bancaria en los últimos años, incluyendo la disputa en tribunales con la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif) por el exceso de préstamos a las sociedades controladas indirectamente por Julio Ponce.
En una calculada operación, las cascadas presentaron hace algunas semanas su propuesta, que incluye cambio en los acreedores, pero además retrasa los plazos de vencimiento de algunas cuotas, aunque sin reducir el endeudamiento de largo plazo, que se mantendrá en US$ 774 millones.
Según la presentación elaborada para Pampa por Econsult –a cargo del panelista de radio Duna e integrante del programa económico de Sebastián Piñera, José Ramón Valente–, la solución propuesta es la única posible para evitar el default por incumplimiento de cláusulas de sus contratos de deuda.
Econsult asegura que existe un déficit proyectado de caja para cumplir con el pago de las cuotas de créditos en 2018. La propuesta incluye la efectiva postergación del pago de los US$ 188 millones en deudas de 2018 y un llamativo intento de viraje en el perfil de los acreedores bancarios.
La consultora revela que de los US$ 774 millones adeudados por las Cascada, US$ 305 millones son con Itaú CorpBanca, sin duda aún el mayor acreedor de las firmas que controla Ponce. La apuesta es reducir en US$ 50 millones esos créditos y dejarlos bajo los US$ 260 millones, su menor exposición histórica.
Lejos quedarán los US$ 435 millones que llegó a deber Cascadas a CorpBanca a mediados de 2013, en una de las tres operaciones por las que a fines de 2015 la Superintendencia de Bancos le aplicaría una histórica multa de US$ 30 millones, por violar límites de crédito individual, sanción que luego sería pulverizada por la justicia. Pero recientemente la Sbif volvió a la carga y ya retomó el proceso de sanción.
Y tampoco será replicado el salvataje de 2015, con Rafael Guilisasti protagonizando la sonada polémica al dejar el directorio de CorpBanca, pocos días después que el banco que controlaba Saieh aprobara nuevos créditos a las Cascadas, desatando la referida pugna con la entidad que dirige Eric Parrado.
Esta vez la mano de Itaú se siente. Los brasileños sudaron la gota gorda para tomar el control de CorpBanca y desde julio de año pasado han venido arrasando con parte importante de las designaciones de ejecutivos en el banco ahora fusionado y modificando con fuerza las políticas operacionales heredadas del controlador del grupo mediático Copesa, que entre otras consecuencias expusieron a CorpBanca a sanciones en Colombia y masivas salidas de ejecutivos de esa operación.
Los vencimientos de 2018 son principalmente de deudas con Itaú CorpBanca y definitivamente esta vez solo corría pagar. Ponce ofrece pagar US$ 50 millones y reprogramar dos a tres años de vencimientos por US$ 48 millones. Eso lo harán obteniendo créditos por US$ 12 millones del debutante banco BTG Pactual Chile y otros US$ 38 millones con banco Security, que lidera el ex presidente de Icare, Francisco Silva.
De paso, otro grande se aleja de Ponce. Santander recibirá los US$ 15 millones que le adeudaba, gracias a otro crédito, por la misma cifra, de Banco Internacional, ahora parte del holding ILC, el brazo financiero de la poderosa Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Cabe mencionar que la compleja reestructuración financiera de las sociedades acaparó el interés de la SVS, que pidió saber más detalles de los créditos y ofició a las sociedades Cascadas para conocer pormenores de las cláusulas de cross-default a las que están sometidos.
La aparición de bancos alejados de los primeros lugares del sistema fue una señal lanzada por el propio Econsult al revelar que no hubo mayor interés de los grandes bancos por refinanciar a las Cascadas.
Al explicar el escenario para el refinanciamiento, la firma indicó que no habían analizado un plan B si no resultaba la propuesta actual. “El antecedente que tenemos es que el holding realizó un intenso road show con alrededor de 10 bancos, locales e internacionales, para obtener financiamiento, y solo unos pocos hicieron una oferta, con las condiciones que hemos analizado en este estudio”.
Todos tienen historia con Ponce. Banco de Chile fue intermediario en algunas de las operaciones por las que el ex yerno de Pinochet fue sancionado por la SVS, al igual que la corredora de banco que controla Andrónico Luksic, mientras que el propio banco financió algunas operaciones en bolsa de Ponce y las Cascadas.
Santander se mantuvo como acreedor, aunque con montos acotados y ahora abandonando definitivamente el buque. BCI fue acreedor importante. Hasta mayo de 2014, mantuvo un crédito por US$ 100 millones con las Cascadas, el que fue pagado en forma anticipada en esa fecha, pocos meses después que Saieh optara por vender el control de CorpBanca a Itaú y dejara a un lado las opciones del banco que lidera Luis Enrique Yarur y BBVA, otro que tampoco da créditos a Ponce.
El único de los principales bancos del país que no abandona al ex yerno de Augusto Pinochet es Scotiabank, aunque sus vencimientos fueron corregidos a tiempo en el último verano. Scotiabank Chile, hasta enero de 2017, no figuraba entre los dadores de crédito al grupo, pero sí una sociedad con sede en el paraíso fiscal de islas Cayman.
Scotiabank Cayman mantenía dos créditos, desde 2011 y 2012, respectivamente, por un total de US$ 250 millones con Pampa Calichera (US$ 150 millones) y Potasios (US$ 100 millones). El 18 de enero de este año, ambas firmas abonaron US$ 25 millones y gran parte del saldo, de US$ 225 millones, fue reprogramado a 2020, quedando solo un pago de US$ 25 millones para diciembre de 2018. En su directorio figura el ex presidente de SQM (2015 a 2016), el UDI Juan Antonio Guzmán Molinari.
El último bastión financiero para las Cascadas son los bonos en el extranjero. Deutsche Bank Chile representa a los tenedores de deuda por US$ 227 millones, con origen en dos grandes operaciones en 2007 y 2009. Uno es el bono emitido en 2009, por US$ 100 millones, el que ya fue cancelado en 2014: el otro es el de US$ 250 millones emitido en 2007, del cual se hicieron abonos en 2015 y 2016 por US$ 23 millones y que mantiene la deuda actual en los US$ 277 millones señalados y con vencimientos anuales de US$ 50 millones a partir del 14 de febrero de 2018.
Curiosamente, Deutsche Bank Chile es el mismo que lideró como gerente general Rodrigo Pérez hasta fines de 2006 y donde se mantuvo hasta 2010, para luego asumir como ministro de Vivienda en el Gobierno de Sebastián Piñera. Hace pocos días, el ex presidente de la Asociación de AFP asumió como director en BTG Pactual, uno de los bancos que se sumaron a ser nuevos acreedores de las Cascadas.
Así las cosas, Scotiabank Chile y Deutsche Bank Chile se instalan como los dos principales acreedores de las Cascadas, aunque, aún después del refinanciamiento en camino, Itaú CorpBanca seguirá siendo el más expuesto, con US$ 257 millones de deuda.
En esta operación de refinanciamiento, resulta clave el rol de ex ejecutivos ligados a CorpBanca. Por un lado, BTG, que hoy conduce Fernando Massú, quien fue el último máximo ejecutivo de CorpBanca cuando lo controlaba Saieh. Los caminos se cruzan permanentemente entre el banco brasileño y Saieh. BTG, tradicional asesor financiero de CorpBanca, vio migrar a este a Jaime Munita en 2011, quien rápidamente se hizo cargo de la operación en Colombia.
Tras el terremoto cafetero, que desplomó las pérdidas que traían desde su llegada en 2013, Munita y un grupo de ejecutivos dejaron sus cargos con Itaú ya en el poder. Hoy Munita está instalado como máximo ejecutivo de Compass Group en Chile.
También el gerente general de Banco Internacional, Mario Chamorro, es conocido de Saieh. Fue su mano derecha por años en el proceso de crecimiento de la entidad bancaria, y dejó su cargo años antes del arribo de CorpBanca a Colombia, habiendo hecho la pega para la entrada a ese mercado.
A fines del año pasado, Chamorro realizó su última contratación estrella: Javier Barrenechea, a cargo del área de tesorería, misma labor que desempeñaba en CorpBanca Colombia y por la cual esta institución fue multada en dicho país por la superintendencia del ramo, misma causa que terminó motivando su salida de Itaú CorpBanca.
Para Álvaro Saieh, en tanto, el financiamiento de las Cascadas siempre fue prioridad y así lo dejó en claro en 2013 y 2015, en los últimos dos grandes refinanciamientos de las sociedades en el reciente quinquenio.
Tienen conexiones para ello. Darío Calderón, el conocido ex dirigente del fútbol profesional en los 90 y lobbista de empresarios, es al mismo tiempo asesor personal de Ponce y Saieh. En tanto que Saieh ha tenido la asesoría de otro connotado, el dueño de la agencia Imaginacción, Enrique Correa, quien también ha sido asesor de Ponce y SQM.
El estrecho vínculo entre el ex controlador de CorpBanca y Ponce se vio una vez más reflejado hace unos días, cuando La Tercera –medio que controla Saieh– salió con un agresivo editorial contra el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran. Este había reiterado que, para llegar a cualquier acuerdo con SQM, la condición mínima necesaria es que Julio Ponce deje de controlar directa o indirectamente la empresa. El editorial del citado matutino, titulado “Indebidas exigencias de Corfo a SQM”, acusa a Bitran de tener razones personales y de ser intransigente. El aludido respondió con una carta en la que, entre otras cosas, recuerda «el extenso prontuario de SQM», al tiempo que insiste en que Ponce Lerou es un socio indeseable y con él controlando «no hay ninguna posibilidad de acuerdo».
Las cascadas son sociedades de inversión cuyo objetivo último es mantener el control de SQM, el activo subyacente, pero al mismo tiempo generar utilidades con dichas transacciones.
Este objeto de negocios, además de exponer a las fluctuaciones del valor de las acciones de dichas compañías, implica permanente flujo de recursos para financiar las operaciones.
Por ello, tanto en 2013 como en 2015, cuando las deudas arreciaban, CorpBanca fue la válvula de escape para que las sociedades postergaran sus deudas.
Así lo hizo en julio de 2013, justo en medio de la tempestad para el banco, luego que este medio revelara las triangulaciones de créditos desde el banco a la cadena de supermercados de Saieh, SMU, en junio de ese año. En los siguientes meses, CorpBanca –que en paralelo se jugaba la concreción de megaadquisiciones en Colombia– enfrentaba una estrechez de liquidez que incluso forzó a la intervención de Banco Estado y el Gobierno para compensar la caída de depósitos a plazo, en especial la ascendente salida de las AFP ocurrida en todo el año, pero con particular fuerza a mediados del mismo. Cabe recordar que, durante la crisis, CorpBanca se vio forzado a vender una importante cartera de créditos a Banco Chile para generar liquidez.
Sin embargo, las necesidades de Ponce eran más relevantes para la entidad bancaria y, en julio de 2013, acudió al rescate. A junio de ese año, la exposición de CorpBanca a las Cascadas se concentraba en Oro Blanco y Potasios, con un total de US$ 290 millones.
CorpBanca abre la billetera y otorga un crédito de US$ 145 millones a Norte Grande, llevando el endeudamiento del grupo con dicho banco a unos imponentes US$ 435 millones, los que –según los estados financieros de Norte Grande– representaban más de 50% de los US$ 800 millones que las sociedades que controlan SQM mantenían como deuda con la banca.
CorpBanca es clave para las Cascadas. Incluso, a junio de 2014, representaba más del 60% de los créditos con bancos de las sociedades, luego del pago del bono de US$ 100 millones a Deutsche, que se hizo con los recursos contenidos en el aumento de capital de casi US$ 190 millones realizado en Oro Blanco y Norte Grande en mayo de 2014.
Es justamente la entrega de esos créditos en 2013 lo que genera la segunda de las tres multas que la Sbif le aplicó al banco a fines de 2015, por considerar que excedía los límites individuales de créditos.
En la disputa que la Sbif y CorpBanca mantienen en tribunales por la multa del regulador, la superintendencia describe la operación y refuta la defensa del banco, que considera cuestionable que se sumaran todos los créditos para efectos del cálculo de los límites individuales de crédito, considerando que desde 2011 Potasios ya no era filial de Oro Blanco, pues las acciones que esta tenía en Potasios habían sido asignadas a Nitratos.
La autoridad critica duramente esa opinión, recordando además que el contrato de crédito que tenían desde 2010 CorpBanca y Oro Blanco ordenaba que, cualquier cambio en la sociedad, debía ser aprobado por la institución financiera.
Justamente, toda la trazabilidad de los créditos otorgados por CorpBanca en 2011, 2013 y 2015 a las sociedades controladas por Julio Ponce y la eventual violación de los límites individuales de créditos, constituyen un tema pendiente de discusión entre la autoridad y el banco y también es hoy fuente de preocupación en el sector financiero.
Esto, a propósito de la tramitación del proyecto de ley que reforma la Ley General de Bancos y que restringiría aún más los límites a los créditos a holdings empresariales.
Durante 2014, las sociedades Cascadas prepagan algunos créditos a CorpBanca. En particular, el 31 de julio, Oro Blanco, Norte Grande y Potasios pagan un total de US$ 145 millones, reduciendo drásticamente la deuda. A fines del primer año de Gobierno de Michelle Bachelet, las sociedades Cascadas ven caer nuevamente su deuda en torno a los US$ 300 millones.
Pero llega 2015 y, nuevamente ajustadas, las Cascadas de Ponce necesitan ayuda. CorpBanca vuelve a ser clave.
Con las amortizaciones del año anterior, a junio de 2015 las Cascadas mantienen una cifra cercana a US$ 260 millones en deudas con CorpBanca.
En una operación concretada el 9 de septiembre de 2015, CorpBanca otorga a Pampa Calichera un crédito por US$ 70 millones y a Oro Blanco otros US$ 84,6 millones. Parte de los recursos que obtiene Pampa van a recomprar parte de los bonos representados por Deutsche. En tanto que los dineros obtenidos por Oro Blanco van a prepagar US$ 12,5 millones en deuda propia con ese banco, otros US$ 72,05 millones fueron a su controladora Norte Grande, incluyendo el saldo de una deuda entre ambas cascadas por US$ 34,4 millones. Además, con dichos recursos Norte Grande pagó poco más de US$ 30 millones en deudas a CorpBanca.
En este ir y venir de créditos y amortizaciones, CorpBanca vuelve a saltar en su exposición a las Cascadas, pasando de los poco más de US$ 255 millones a junio de 2015, hasta bordear los US$ 320 millones a fines de septiembre de ese año. Tras dichas operaciones, en julio de 2016 realizan el último ajuste previo al refinanciamiento actual: Pampa acuerda con CorpBanca que parte de los recursos que había recibido en septiembre de 2015 –que detonaron la investigación y multa de la Sbif– sirvan a Potasios y Oro Blanco para amortizar unos US$ 45 millones con dicho banco.
Con ello, la deuda de las Cascadas se ajusta y, a fines de 2016, alcanza a menos de US$ 290 millones, nivel que se mantiene también a marzo pasado. Según el informe de Econsult, a la fecha las cascadas mantienen acreencias por US$ 307 millones con CorpBanca, las que caerán a US$ 257 millones con el actual proceso.