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Por naturaleza infieles Opinión

Por naturaleza infieles

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Hoy, nos hemos vuelto consumidores antojadizos y volubles, absolutamente cautivos por el sex appel de las marcas, las ofertas y las novedades que ofrece del mercado. Las antiguas tres b, BBB: bueno, bonito y barato; han sido reemplazadas.


Sí, por naturaleza somos infieles.

Pero, ¿por qué? Porque como consumidores, lo somos.

Si no lo cree recodemos lo que ocurrió cuando se llegó H&M en nuestro país: corrimos y estuvimos dispuestos a hacer colas interminables, con frío, calor, hambre, sed o sueño; pero teníamos que salir con alguna prenda. Una imagen que recuerda a los norteamericanos pasando la noche a las afueras de algún local comercial antes de un sale.

¿Y por qué esto constituye “infidelidad”? porque en ese minuto, en buen chileno: perdemos la cabeza, o no sabemos ni cómo nos llamamos y olvidamos hasta la manera de caminar. Nos hemos vuelto cada vez más cambiantes y veletas yendo donde calienta el sol. No recordamos, ni remotamente, donde comprábamos habitualmente y qué marca acostumbrábamos a usar y solía ser la “elegida”, y somos infieles. Resulta que en estas canchas no parecen subsistir los matrimonios para toda la vida.

Hoy, nos hemos vuelto consumidores antojadizos y volubles, absolutamente cautivos por el sex appel de las marcas, las ofertas y las novedades que ofrece del mercado.

Las antiguas tres b, BBB: bueno, bonito y barato; han sido reemplazadas. Ya lo de bueno no importa tanto porque no esperamos que nos dure demasiado si se trata de ropa, por ejemplo, lo más probable es que la desechemos muy pronto y la reemplacemos a la brevedad por algo nuevo. Lo de bonito, suena anticuado ya que hoy la idea es que sea cool. Y en cuanto a lo barato, es una definición muy, pero muy, relativa.

¿Qué se busca hoy? Comprar fácil, rápido y con derecho a cambio o devolución. Es decir, infieles.

Entonces, el futuro se hace presente e irrumpe el imbatible comercio on line, mientras algunas voces desde un pasado lejano los acusan de ser competencia desleal. Pero, así como no se puede tapar el sol con un dedo y tampoco se puede detener algo en contra de fuerza de gravedad, no podremos detener el avance del comercio en un clic que facilita al máximo el acceso a la compra para un público que, hoy, puede elegir.

Entonces ¿Qué podemos hacer con la infidelidad? Pues, asumirla.
Asumir que estas son las nuevas reglas del juego, no resistirse, ni perder el tiempo quejándose y luego aprender lo más rápido posible a jugar en el nuevo y desafiante tablero.

Hoy el mundo está liderado por jugadores creativos y altamente competitivos, pero en el sentido innovador del concepto, compiten con su inteligencia y con su fuerza.
Su inteligencia los hace fuertes.

Bienvenidos somos todos a este nuevo mundo creativo, intuitivo, flexible, rápido, líquido e infiel.

Mónica Reyes
Reyes & Asociadas Comunicación Creativa

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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