Es lo que siempre quisieron. «Salvador Said y sus primos, Gonzalo en particular, fueron hábiles negociadores y pacientes. Sabían que el tiempo estaba de su lado», cuenta una fuente que estuvo cerca de las conversaciones. Además de los directores, también tendrán injerencia en algunos de los puestos claves.
Anoche Salvador Said viajaba a Toronto para finalizar los últimos detalles de la millonaria operación que los dejará como socios del tercer banco más grande del mercado.
Al cierre de esta nota, el acuerdo con Scotiabank era quedarse con entre el 20 y 25 por ciento, tal como lo adelantó este medio hace ya varias semanas. Además, negoció la presidencia y 4 directores de un total de 11. Es lo que siempre quisieron y más, ya que a eso se sumaría un acuerdo para que los Said tengan voz y voto en el nombramiento de algunos ejecutivos claves, algo que con los españoles del BBVA no tenían.
Los Said sabían que a Scotia no se le podía escapar el ‘deal’ y negociaron desde una posición de fuerza. Al final lograron todo lo que querían y que BBVA aumentara su oferta en US$ 500 millones. Es esa cifra precisamente la que tendrán que inyectar los Said para no diluirse y quedarse con al menos el 20% del nuevo banco.
Para alcanzar hasta el 25% de la propiedad del nuevo banco controlado por Scotiabank, ambas ramas de los Said aportarían su actual participación accionaria de 31.62% en el BBVA Chile, amén de una inversión adicional del orden de unos US$500 millones, monto que incluye un porcentaje equivalente en la compañía de seguros y otras sociedades relacionadas. De esta forma, ambas familias mantendrían una participación en el directorio, en línea con la que tienen hoy en el BBVA, conservando José Said la presidencia del banco.
Aunque el proceso negociador lo lideró Salvador, fueron igual de importantes Jaime y Gonzalo, en representación de los Said Handal, «que van de la mano en todas estas operaciones gracias a un complemento de visión de negocios como generacional», dice una fuente cercana a la operación.
Salvador Said señaló que se trata de “un hito relevante para nosotros, porque encontramos un socio con una visión de largo plazo que nos permitirá aportar estratégicamente a través de una participación activa y relevante en el directorio”.
“La oportunidad de liderar la transformación digital y la convergencia en un proyecto ambicioso que lleve a consolidarnos en una posición de liderazgo en Chile, fueron determinantes en la decisión de asociarnos con Scotiabank, los que han demostrado una vocación societaria que nos representa plenamente”, agregó.
El lenguaje tapa lo que fueron negociaciones amables pero duras. Los canadienses querían el 100% del banco y estaban dispuestos a pagar. Los Said no querían salir y tenían la ventaja de la opción preferente. Además, el banco canadiense había dicho que esta era una oportunidad que se da solo una vez y que no podían dejarla pasar.
«Salvador Said y sus primos, Gonzalo en particular, fueron hábiles negociadores y pacientes. Sabían que el tiempo estaba de su lado», cuenta una fuente que estuvo cerca de las conversaciones. Scotia sí o sí quería cerrar antes de fin de año. Ya diciembre es 6 semanas más tarde de lo que hubiesen querido.
Los Said nunca quisieron cash. Los US$ 1.200 millones que hubiesen recibido representaban más problema que beneficio. El objetivo siempre fue quedarse como socios y tener al menos dos directores.
Ahora en Toronto seguirán las negociaciones y podrían cerrarse este miércoles. El jueves, Salvador debería estar de vuelta en Chile.
Entre los temas que aún hay que afinar, están los detalles de su asociación (partnership) con miras a definir el gobierno corporativo y los términos del pacto de accionistas que regule su relación de cara al futuro.
Los asesores de Said fueron los banqueros de Bank of America Merrill Lynch.
De acuerdo a Bloomberg, Bank of Nova Scotia espera gastar hasta 280 millones de dólares canadienses (US$221 millones) para integrar el negocio chileno de BBVA con sus propias operaciones en nuestro país.
Los costos de integración variarán entre 260 millones y 280 millones de dólares canadienses antes de impuestos, y se registrarán predominantemente en el primer y segundo año, dijo el banco con sede en Toronto en un comunicado. Los ahorros estimados en los costos antes de impuestos serán de entre 150 millones y 180 millones de dólares canadienses al año, señaló la entidad bancaria.
Scotiabank, que tiene operaciones en más de 50 países, quiere comprar el banco para aumentar su presencia en Chile, como parte de una estrategia para expandirse en los países de la Alianza del Pacífico, que también incluye a Colombia, México y Perú. La transacción duplicará la participación de mercado de Scotiabank en Chile en alrededor de 14 por ciento y lo convertirá en el tercer banco no estatal del país.
El impacto de la escala en Chile «es muy significativo», dijo en una conferencia telefónica con analistas Nacho Deschamps, jefe de banca internacional. «Esto nos permitirá expandir nuestra base de clientes, aumentar nuestras relaciones primarias con muchos clientes corporativos, comerciales y minoristas», añadió.
El presidente ejecutivo, Brian Porter, señaló en la misma llamada que espera que el acuerdo se cierre en junio, con la fusión de Scotiabank Chile y BBVA Chile en el segundo semestre del próximo año.