Mientras el secretario de Estado espera que Contraloría lo libere de sanciones administrativas por su viaje a la universidad norteamericana, la investigación penal comienza a abrir dudas. Dos semanas antes del evento pidió aumentar la reserva de hotel de dos a tres noches, pues pensaba asistir con su esposa. El mismo día, su jefe de gabinete reclamaba a Jon Petit, ya que, pese a que –según la versión de Hacienda– fue invitado como ministro el 23 de febrero, más de un mes después en el borrador del evento aún lo anunciaban como director de UC Clapes.
Felipe Larraín Bascuñán ama Estados Unidos. Es su segunda patria, tuvo allí a su primer hijo con su mujer Francisca Cisternas Lira y en ese país, en la Universidad de Harvard, cursó su doctorado en Economía, además de haber realizado, entre 1997 y 1999, la cátedra Roberto F. Kennedy de Estudios Latinoamericanos.
Por eso no sorprendió cuando, el 15 de abril pasado, Pulso publicó un pequeño apunte sobre el viaje del ministro de Hacienda de “regreso” a su alma mater, a propósito de la presencia como orador del secretario de Estado en el Alumni Day, un encuentro anual de ex alumnos en la casa de estudios ubicada en Boston.
Lo que sí pilló de sorpresa a Larraín fue la polémica que estalló el 8 de mayo, cuando diputados del Partido Socialista (PS) denunciaron faltas a la probidad ante la Contraloría, por el viaje que realizó entre el 11 y el 16 de abril.
La acción de los diputados Manuel Monsalve y Leonardo Soto –que luego sería complementada por otra de Soto–, lo acusaba de financiar con recursos públicos un viaje de carácter privado y personal, dado que había sido invitado originalmente a mediados de 2017, cuando aún no se elegía Presidente en Chile y, por ende, tampoco se conocía quien sería el ministro de Hacienda.
El caso abrió un segundo flanco, el penal, después que el abogado y activista medioambiental, Luis Mariano Rendón, presentara una querella por malversación de fondos contra Larraín.
A casi un mes de iniciada la investigación, que lidera la fiscal Ximena Chong, el caso está comenzando a revelar complejos detalles de cómo se generó el viaje, las condiciones en que se realizó y gestionó su estadía en Boston y cómo finalmente se pagó, poniendo en duda si realmente Larraín fue invitado como ministro y no como economista y ex alumno.
Según la información que pudo obtener El Mostrador Mercados, existirían datos que complican su relato oficial respecto del carácter de su viaje a Harvard, incluyendo comunicaciones del Ministerio de Hacienda a la casa de estudios estadounidense pidiendo extender la estadía por el interés del secretario de Estado de viajar con su mujer y otras donde, a dos semanas del evento, Larraín aún no era anunciado en este como ministro.
De acuerdo al propio Ministerio de Hacienda, al menos desde el 23 de febrero Harvard le confirmó la invitación como ministro, lo cual –según la defensa de Larraín– echaría abajo la persecución penal, al menos en cuanto al carácter de la invitación y sentido del viaje mismo.
No solo eso. En la investigación se han ido develando numerosas inconsistencias entre la versión de Hacienda sobre las actividades de Larraín en Boston y el programa oficial emanado de Harvard.
Y aunque desde su entorno han señalado tener confianza en que no hubo delito, pues, aun cuando fuera una visita oficial como ministro, el Estado no incurrió en gastos, lo cierto es siguen pendientes diligencias para determinar si efectivamente hubo o no desembolso del fisco chileno.
[cita tipo=»destaque»]El 28 de marzo, el escenario cambió repentinamente. En un correo enviado ese día por Cornejo a Petit, la asesora de Larraín le indicó que necesitaban una noche más de alojamiento para el secretario de Estado, pues planeaba viajar con su mujer. “(…) Por favor, modificar la reserva del hotel para el ministro Larraín, reservar tres noches (llega el 12 de abril y se va el 15) es muy posible que el ministro viaje con su esposa”.[/cita]
Todo esto, mientras la agenda de ‘austeridad’ de Larraín –con duras críticas a la gestión del anterior Gobierno– ha debido morigerarse por la contradictoria señal que se da al llamar al país al ahorro mientras, en paralelo, se financia un viaje con más características de personal que de Estado.
Chong pidió a Harvard que detalle una serie de aspectos de la invitación y el financiamiento de la visita, pero la entidad se negó, forzando al Ministerio Público a acudir a la Oficina de Cooperación Internacional y de Extradiciones para requerir información a señalada universidad, a través del Departamento de Estado norteamericano.
La negativa de Harvard a las consultas enviadas por el Ministerio Público sorprendió a los persecutores, pues el mismo 8 de mayo, mientras la Contraloría recibió la denuncia contra Larraín, el propio director del programa de ex alumnos de Harvard, Jon Petit, respondía a TVN consultas sobre el tema, confirmando que le había ratificado la invitación, pero como ministro, una vez que fue designado por el Presidente Sebastián Piñera.
Petit revelaba, además, que el primer acercamiento para convidarlo al Alumni Day ocurrió en abril de 2017, ocho meses antes de la segunda vuelta de diciembre, y un año antes del evento.
Esa comunicación, de hecho, es una de las que busca verificar Chong, luego que el 16 de mayo pasado Hacienda enviara un set de antecedentes requeridos por la fiscal a los pocos días de que fuera acogida a tramitación la querella de Rendón, en que no estaba el correo del 23 de febrero de Petit, donde se felicitaría a Larraín por su designación y se le confirmaría la invitación con el nuevo cargo. Dicho documento, señalan fuentes cercanas a Larraín, se habría enviado los últimos días a Chong.
La defensa del ministro, a cargo del abogado Carlos Cortés, confía en que harán caer la arista penal por dos motivos.
Primero, creen que ese correo del 23 de febrero constituye indiscutible evidencia de que viajó y fue invitado como ministro, por lo que se justificaría el desembolso de Hacienda, al menos en el saldo que no cubrió Harvard.
Segundo, sobre el uso de recursos públicos y como una medida de protección, Larraín anunció el 8 de mayo que pagaría la diferencia de lo que no cubriera Harvard, para terminar con la polémica. Por eso, desde esta semana el portal de viajes del sitio de lobby del Gobierno detalla el reembolso de Harvard y la diferencia, tanto en pasajes como viáticos, que cubrió Larraín de su pecunio.
La jugada de Larraín se cumplió el 11 de mayo pasado, cuando reembolsó un total de 1,79 millones de pesos para cubrir el saldo dejado por el reembolso previo de Harvard. El objetivo de ello sería asegurar que el fisco nunca gastó un peso y, en consecuencia, no habría delito. Sin embargo, esta arista también podría complicarse, pues el pago habría sido a través de un cheque cruzado nominativo del ministro, el que se habría cobrado dos días después.
Como la Subsecretaría de Hacienda debía cubrir ese día 11 por la tarde –y de hecho lo habría hecho con una transferencia de fondos inmediata–, el fisco habría efectuado un desembolso efectivo de recursos por dos días al menos, tanto por una parte de los pasajes, como por parte del viático.
El uso de recursos públicos y el carácter de la visita del ministro son piezas centrales de la investigación penal, al igual que la legalidad del acto administrativo que está analizando Contraloría por la presentación del PS, cuyo dictamen aún no se conoce.
A los pocos días del cambio de mando, el equipo de Teatinos 120 comenzó a gestionar su viaje a Harvard. Miriam Cornejo y Francisco Matte fueron los encargados de dicha labor.
La primera fue la asistente de Larraín en Hacienda en su primer periodo (2010-2014), tras lo cual lo acompañó en su paso como director de UC Clapes, el centro de estudios que creó al alero de la Facultad de Economía de la Pontifica Universidad Católica (PUC) y desde donde el piñerismo hizo contrapeso al Gobierno de Bachelet durante los cuatro años siguientes.
Matte, en tanto, asumió como jefe de gabinete del ministro y, en este rol, supervisó las gestiones vinculadas a la presentación de Larraín en el Emerson Hall de Harvard.
Hasta el 20 de marzo, el viaje del jefe de las arcas fiscales solo consideraba dos noches de estadía en Boston: el viernes 13 y el sábado 14 de abril, este último día, el del evento donde sería orador.
Petit ya tenía reservadas dos noches en el hotel Veritas, pero los asesores de Hacienda intentaron cambiarlo, ya que, pese a ser uno de los más cercanos a la facultad, al parecer no es del gusto de Larraín. Desde Harvard le rechazaron la solicitud de hospedarse en la Faculty Club Harvard, a pocos metros del Emerson Hall, porque no había cupos, a pesar de que había sido invitado como ministro.
Sin embargo, el 28 de marzo, el escenario cambió repentinamente. En un correo enviado ese día por Cornejo a Petit, la asesora de Larraín le indicó que necesitaban una noche más de alojamiento para el secretario de Estado, pues planeaba viajar con su mujer. “(…) Por favor, modificar la reserva del hotel para el ministro Larraín, reservar tres noches (llega el 12 de abril y se va el 15) es muy posible que el ministro viaje con su esposa”.
La solicitud del equipo de Hacienda era uno de varios aspectos desconocidos del entramado de viaje y pone en duda el carácter oficial de su visita a Harvard.
En los siguientes días –revelaría la investigación–, Petit informó que no hay más reservas de hotel para el ministro chileno, por lo que le ofrecen cambiarse al Hyatt Regency, mucho más distante, las tres noches requeridas o mezclar con el Veritas.
Finalmente, Larraín desistió de las tres noches ofrecidas y optó por quedarse dos noches en el Hyatt: el viernes 13 y el sábado 14. No obstante, viajó el miércoles 11 por la noche y llegó el jueves 12 a las 11 de la mañana.
El mismo 28 de marzo, mientras Cornejo buscaba a conseguirle una noche más a Larraín en el Veritas u otro hotel, el jefe de gabinete del ministro le escribió a Jon Petit, requiriéndole que modificaran el cargo de Larraín con que figuraba en el programa, pues no reflejaba su nuevo estatus de autoridad.
“Por favor, asegurarse que para todos los efectos el señor Larraín sea presentado como ‘ministro de Hacienda’ (en el último borrador él aparece como ‘Director de Clapes UC’)“, le indicó Matte, pese a que el propio ministro ha dicho que ya desde febrero estaba confirmada su presencia como secretario de Estado. Esto ocurrió el 28 de marzo, dos semanas antes del evento donde –según Larraín– su exposición fue “una de las instancias más importantes”.
El 8 de mayo, Hacienda emitió un comunicado público para enfrentar las acusaciones de los parlamentarios opositores. Allí sostuvo no solo que fue invitado como ministro sino también que fue presentado en todas las actividades como tal y adjuntó un programa donde efectivamente figura así. Sin embargo, otros antecedentes que forman parte de la investigación penal evidencian distintas inconsistencias entre lo declarado por Hacienda y lo que aparentemente ocurrió en Boston.
En la agenda de actividades que Hacienda hizo llegar a la Fiscalía, enumeran todas las actividades del ministro. Larraín llegó el jueves 12 de abril antes del mediodía, por la tarde su única actividad que figura es la preparación de su presentación del sábado, el día subsiguiente.
El viernes, según Hacienda, desarrolló labores de coordinación con su equipo de asesores durante la mañana, para luego tomar “contacto” con Petit, a fin de coordinar su participación en el evento del sábado. De ahí, el viernes del ministro se va en otras dos actividades, una de las cuales ni siquiera se realizó.
Según el ministerio, en la ‘agenda’ de ese viernes, a las 16:00 horas, Larraín tenía prevista una reunión con el director de la Escuela de Políticas Públicas de la Kennedy School of Government, Ricardo Hausmann, la cual no se pudo efectuar por un viaje fuera de la ciudad del economista venezolano.
El inusual ‘plantón’ del carismático académico, crítico del modelo monoexportador chileno y también un ácido antichavista, nuevamente hizo dudar del talante de la visita de Larraín. Este medio se contactó con Hausmann para conocer su versión de por qué no llegó a la reunión pactada y su respuesta ahonda las dudas: “Con Larraín nos vemos cada vez que viene. Esta vez no cuadraron las fechas. Su gente pidió cita, pero yo no estaba disponible. Me cuentan los alumnos que dejó muy buena impresión su visita”, respondió.
Otro antecedente devela con mayor claridad los motivos de su ausencia y pone en duda por qué Hacienda incluyó la actividad en la agenda que tenía como ministro en Harvard.
El 12 de marzo, casi un mes antes del Alumni Day, Hausmann había sido anunciado por la Federación Internacional de Administradora de Fondos de Pensiones (Fiap) como orador principal en un seminario a realizarse entre el 12 y 13 de abril de 2018, exactamente cuando desde Hacienda dicen que Larraín tenía previsto el encuentro con el venezolano.
La participación de Hausmann es confirmada en otras dos invitaciones, el 24 de marzo y el 4 de abril, esta última fecha a apenas a una semana de que Larraín viajara a Boston.
Luego de la frustrada cita con Hausmann, el secretario de Estado chileno incluyó en su agenda una reunión de “dos horas” con el economista Ricardo Caballero, connotado académico, su amigo de años.
Dicho encuentro se habría realizado a las 6 de la tarde del viernes 13 en Kendall Square, una zona relativamente alejada de Harvard, aunque muy cercana al hotel Hyatt Regency donde se alojaba Larraín.
El sábado Larraín, participó del evento principal todo el día. Sin embargo, la agenda del ministro indica que su presentación sobre la economía de América Latina la realizó en la sesión plenaria (Session Plenary), pero esta fue en la práctica con dos oradores en los que no figura el titular de la cartera de Hacienda: la anfitriona y decana interina de la Graduate School of Arts and Sciences, Emma Dench, y luego la única exposición en la sesión plenaria, de Michael Puett, que versó sobre religión.
Larraín, según el programa del evento elaborado por Harvard, expuso una vez que concluyó la sesión plenaria, a las 13 horas. A las 13:45 horas figura en la ‘Sessión 1’ con su presentación, pero no en la plenaria ni en el Emerson Hall 105 –el salón principal con capacidad para 350 personas sentadas–, sino que lo hizo en el Emerson Hall 101, una sala con capacidad para 79 personas.
Según el programa, el fue uno de tres oradores que expusieron al mismo tiempo. De hecho, la presentación de Cynthia Friend sobre el futuro de la Energía es la que se realizó en la Emerson Hall 105, evidenciando que allí debió haber estado concentrada la atención de los asistentes.
La confusión crece considerando que el comunicado de Hacienda del 8 de mayo indicó que, al asistir al Alumni Day, Larraín también pudo “conocer de primera fuente sobre temas de coyuntura internacional como la situación de Rusia bajo el liderazgo de Putin, a cargo de Timothy Colton, profesor de Gobierno y Estudios Rusos en Harvard, y el futuro de la energía, tema que presentó Cynthia Friend, profesora de la catedra Theodore William Richards”.
En efecto, la presentación de Colton fue más tarde ese día, por lo que el ministro chileno pudo asistir. Sin embargo, la de Friend fue en paralelo a la de Larraín. Hasta ahora al menos, este medio no tiene conocimiento de que hubiera habido posteriores cambios en el programa.
El Ministerio de Hacienda fue consultado por las distintas materias que se vierten en este reportaje. Sin embargo, la institución optó por no clarificar las dudas planteadas, tanto respecto de la intención que habría tenido Larraín de extender su estadía, pues pensaba viajar con su esposa, ni en cuanto a los intercambios de su equipo con Harvard en las semanas previas al evento.
Hacienda solo confirmó que los días 7 y 8 de junio pasados, la cartera ingresó nuevos antecedentes, entre los cuales se encontraría el correo del 23 de febrero que confirmaría la invitación a Larraín como ministro de Hacienda.
“En relación a las otras consultas, estas escapan a la investigación seguida por el Ministerio Público y no haremos referencia a ellas”, señaló la cartera escuetamente.
A juicio del diputado PS, Leonardo Soto, “sin duda los antecedentes son sorprendentes por la información que entregan y ratifican lo que siempre hemos expuesto a Contraloría y la opinón pública, en cuanto a que este viaje realizado por el ministro de Hacienda a Boston, al encuentro de ex alumnos de su generación en Harvard, era un viaje exclusivamente privado, era un actividad que miraba el interés particular, con una generación de amigos y, por consiguiente, no cabía ningún tipo de financiamiento público del presupuesto chileno ni tampoco retribuciones de viáticos”.
En su opinión, los detalles del viaje “indignan a la ciudadanía por el hecho de que es absolutamente incoherente con la política pública, que el mismo ministro ha publicitado en los medios, de que Chile se debe ajustar el cinturón y entrar en una fase de austeridad en el gasto público”. Por ello, cree que esto “permite sostener que este Gobierno se adjudica un monumento al padre Gatica, que predica y no práctica, y eso le hace mal a la ejemplaridad y coherencia que debe tener un Gobierno que está empezando”.
Desde la Fiscalía no estuvieron disponibles a comentar los antecedentes revelados en este artículo, mientras continúan las pesquisas con Harvard y Hacienda, luego que el 24 de mayo pasado acudiera Larraín a declarar.
En esa instancia, el secretario de Estado habría hecho hincapié en que Harvard primero reembolsó y que, si quedó diferencia, la cubrió él.
Según Rendón, los antecedentes que están surgiendo revelan que la Fiscalía está haciendo su labor, que “el solo desarrollo de esta investigación habla bien de nuestra institucionalidad, pues indica que, sea quien sea la autoridad, esta debe ser escrutada con rigurosidad si hay dudas sobre su actuar. Ojalá siempre fuese así. La regla debe ser que, a mayor rango, mayor rigor en el escrutinio”.
En cuanto a la investigación misma, Rendón manifestó que, respecto de “los antecedentes acumulados hasta ahora, solo puedo decir que hemos detectado varias inconsistencias en la información entregada, que, de confirmarse, podrían estar configurando alguna forma de obstrucción a la justicia”.