Nos referimos al Bien Común, entonces, como el aporte concreto, positivo y medible a la sociedad en general, en respeto a las personas y al medio ambiente y la generación de Sentido y Propósito en lo que hacemos o emprendemos.
Constantemente escuchamos, se escribe y hablamos bastante acerca de la importancia de que las actividades del más diverso tipo que se ejecutan en la sociedad, atiendan o contribuyan adecuadamente al Bien Común, pero pocas veces se define de qué hablamos o qué entendemos por Bien Común y esto nos puede conducir solo a una expresión de buenas intenciones pero que, al carecer de contenido y profundidad específica o bien de guías de actuación concretas, pierda relevancia o fuerza para poder impregnar estas actividades, en particular el accionar de las empresas.
Recordemos que la esencia de la empresa, en los más diversos rubros, es producir bienes y servicios que se orienten a satisfacer necesidades humanas de todo tipo y, con ello, las empresas o emprendimientos más relevantes serán aquellos que puedan aportar de mejor manera al bienestar social general y, de paso, obtener una legitima retribución o utilidad, pero esto último como una consecuencia y no como el objeto esencial de su accionar, que es aquello que da sentido y coherencia a lo que hace o desarrolla una empresa y que no es precisamente la sola generación de utilidades.
Nos referimos al Bien Común, entonces, como el aporte concreto, positivo y medible a la sociedad en general, en respeto a las personas y al medio ambiente y la generación de Sentido y Propósito en lo que hacemos o emprendemos.
La propuesta de la Economía del Bien Común (EBC), impulsada por Christian Felber, busca que los valores que constituyen la base de nuestras relaciones humanas pasen a ser parte y se constituyan en valores de la economía y en ese sentido define 5 valores esenciales en que, y a través de ellos, podemos evaluar nuestro comportamiento como empresarios o emprendedores en relación con todos nuestros grupos de contacto o stakeholders.
Estos 5 valores son:
Entonces, el Bien Común es colocar a los seres humanos y al planeta, así como el éxito de las relaciones entre estos, en el centro del sistema económico, y la Economía del Bien Común busca transferir los valores válidos de relación y constitución/organización al mercado, alentando a los actores económicos a que se comporten y organicen de forma humana, cooperativa, solidaria, ecológica y democrática. “La propuesta de la EBC convierte los valores de la sociedad en valores de la economía”.
De acuerdo a lo anterior, el accionar de las empresas, los nuevos emprendimientos, los programas o desarrollos innovadores de todo tipo, las iniciativas de base comunitarias, colaborativas o cooperativas deberían contener el elemento diferenciador que entrega la consideración de este bien común, que hoy se traduce en requerimiento de sostenibilidad en la cadena extendida de producción o servicio, el impacto social, ambiental y en la comunidad en donde están insertos y cómo la propuesta contribuye o no y en qué medida al Bien Común y si se basa en principios y valores éticos.
La herramienta concreta del “Balance del Bien Común” nos conduce a poder medir esta relación entre valores y comportamiento ético en nuestra relación con todos los grupos de contacto. El mundo hoy nos exige mucho más y es claro que no podrán tener éxito perdurable aquellas empresas u organizaciones que no consideren estos factores y el respeto debido a todo ser humano y el planeta, lo que en conjunto con una gestión eficiente y profesional responden al creciente requerimiento de un ciudadano cada vez más consciente y responsable, lo que es ya una muy buena noticia. Es lo que vamos constatando cada vez más y con más fuerza.
Somos muchos los que queremos aportar a esta mirada más integral y de coherencia en el decir y el actuar, de manera que estos valores impregnen de forma concreta el actuar de cada empresa u organización a la que podemos acompañar en sus procesos internos y de relación con sus grupos de contacto. Es nuestro compromiso ético y a eso estamos abocados.