Publicidad
El Mundial y los mercados financieros Opinión

El Mundial y los mercados financieros

Publicidad

¿Qué efecto tiene sobre el mercado financiero el ánimo que se genera en un país tras sufrir una derrota importante en el mundial? En promedio las derrotas generan una caída en las bolsas de perdedores.


El escenario es la final de la Copa del Mundo, 16 de julio de 1950, estadio Maracaná. La selección de Brasil enfrenta a Uruguay. Minuto 34, tras un error técnico del arquero Barbosa, Edgardo Ghiggia tira un fuerte remate anotando el segundo tanto para Uruguay, sellando así el destino de la Copa y enmudeciendo a las 200 mil personas en el estadio.

Este evento aún es considerado una tragedia nacional en Brasil y nos habla de lo relevante que es para las hinchadas una derrota en la Copa. Aprovechando la temporada mundialera y dada la importancia social del fútbol, es razonable preguntarnos cuáles son las implicancias para el mercado financiero del Mundial.

La primera y más directa es analizar qué efecto tiene ser elegido como anfitrión. Los países normalmente compiten ofreciendo fondos públicos bajo la esperanza de que el reconocimiento y la atención mundial terminen siendo beneficiosos para el país. Lamentablemente, no existe evidencia de que esto sea verdad.

De hecho, hay muchos casos donde el país que se termina adjudicando el evento muestra un retroceso en su mercado accionario después de la noticia como fueron los casos de Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos. Una posible explicación detrás de lo anterior es que muchas veces los gastos que se realizan deben ser financiados eventualmente con impuestos y se hacen en infraestructura no productiva, especialmente en los casos de países que no cuentan ella, como fue en Brasil 2014.

La segunda implicancia es bastante más indirecta e interesante. ¿Qué efecto tiene sobre el mercado financiero el ánimo que se genera en un país tras sufrir una derrota importante en el Mundial? En promedio las derrotas generan una caída en las bolsas de perdedores, esta caída es mayor en la medida que el partido es más importante y alcanza un descenso de casi 0,5% el día posterior a la eliminación.

Esto no debiera sorprendernos, el fútbol tiene un fuerte efecto sobre el estado de ánimo de las personas. De hecho, hay evidencia de que tras la derrota de Inglaterra contra Argentina en Francia 98 aumentaron en un 25% los ataques cardíacos durante los días siguientes al partido.

Sin importar que estemos hablando de la organización del Mundial o de perder un partido, la frase del Bill Shankly, legendario entrenador del Liverpool, sigue estando vigente: “El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias