MERCADOS
La OCDE cita una serie de razones para la amplia debilidad de los salarios, entre ellas la desaceleración en el crecimiento de la productividad, con aumentos concentrados entre las empresas más innovadoras y poco efecto secundario para aquellas que no están a la vanguardia. Asimismo, los trabajadores poco cualificados no han podido beneficiarse de un entorno laboral cambiante, y los obstáculos a las prestaciones por desempleo significan que algunos se ven obligados a aceptar trabajos con bajos sueldos.
El débil crecimiento salarial de los mercados laborales en todo el mundo desde la crisis financiera está golpeando a los trabajadores más pobres, agravando las desigualdades y alimentando la insatisfacción, según la OCDE.
El organismo con sede en París dijo que los aumentos salariales están «desaparecidos en combate», incluso con el aumento del empleo, y que las ganancias no se han distribuido equitativamente. En su pronóstico de empleo, la OCDE dijo que los ingresos laborales reales del 1 por ciento superior de los asalariados han aumentado mucho más rápido que los de los trabajadores de mediana edad a tiempo completo.
La presión sobre los trabajadores y una percepción de estar perdiendo ha fomentado el resentimiento, ha contribuido al auge del populismo y a la reacción en contra de la globalización. Donald Trump resultó elegido tras una campaña electoral en la que culpaba a las políticas migratorias y de comercio mundial por las penalidades de los trabajadores; el nuevo viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, ha convertido el freno a la inmigración en una prioridad, y el tema incluso ha puesto en peligro la posición de la canciller alemana, Angela Merkel.
«El populismo, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, está aumentando, en parte como respuesta a la crisis», escribió Sony Kapoor, director general del centro de estudios Re-Define esta semana. «El electorado está más insatisfecho después de lo que equivale a una década casi perdida tras la crisis en la que pocos vieron un aumento en sus salarios reales, y muchos más experimentaron inseguridad económica y de otro tipo».
La OCDE cita una serie de razones para la amplia debilidad de los salarios, entre ellas la desaceleración en el crecimiento de la productividad, con aumentos concentrados entre las empresas más innovadoras y poco efecto secundario para aquellas que no están a la vanguardia. Asimismo, los trabajadores poco cualificados no han podido beneficiarse de un entorno laboral cambiante, y los obstáculos a las prestaciones por desempleo significan que algunos se ven obligados a aceptar trabajos con bajos sueldos.
Otro factor es el aumento en el trabajo temporal o parcial, un problema que ha llegado a un punto crítico en Italia, donde las empresas están chocando con el nuevo Gobierno sobre sus planes para restringir los contratos temporales. El Gobierno dice que el cambio es necesario para mejorar la seguridad laboral de los trabajadores.
Hay una «creciente insatisfacción por parte de muchos sobre la naturaleza, si no la fortaleza, de la recuperación», dijo el miércoles la OCDE. «Si bien los empleos finalmente regresaron, solo algunos pocos afortunados en la cima están disfrutando también de mejoras en los ingresos y la calidad del trabajo».
El organismo propone que los planes de formación se amplíen a todos los trabajadores, en lugar de solo aquellos que dejan de estudiar o a los universitarios, para que los trabajadores puedan refrescar sus habilidades a lo largo de su vida laboral, manteniéndolas atractivas para los empleadores y reduciendo la probabilidad de desempleo a largo plazo.
